«No hemos parido y criado a nuestros hijos, con todo el amor de que somos capaces, para que los persigan y apaleen impunemente». Esta podría ser la divisa de «Madres contra la represión», una asociación formada por mujeres de clase obrera y con conciencia social, presentada públicamente el pasado 21 de abril en el colegio […]
«No hemos parido y criado a nuestros hijos, con todo el amor de que somos capaces, para que los persigan y apaleen impunemente». Esta podría ser la divisa de «Madres contra la represión», una asociación formada por mujeres de clase obrera y con conciencia social, presentada públicamente el pasado 21 de abril en el colegio Trabenco (distrito madrileño de Vallecas). El asesinato de Carlos Palomino a manos de un neonazi en 2007 o la detención de Alfon durante la última huelga general, junto a la creciente represión en las barriadas obreras madrileñas, marcan los antecedentes de este colectivo. Consideran que la represión física produce un miedo paralizante. Pero hay otra represión «demoledora», subrayan, de la que se habla menos y que aumenta con la crisis económica: las multas por salir a protestar en la calle; perder el empleo con una familia a la que alimentar o ingresar en prisión sin haber cometido ningún delito. Se vuelcan con la gente joven y luchadora: «Cuando tocan a uno, reaccionamos todas», afirman.
-Vuestra iniciativa surge en el barrio madrileño de Vallecas. ¿Cómo nace «Madres contra la Represión?
En 2007, un activista neonazi asesina a sangre fría a Carlos Palomino en el metro de Madrid. Fue la primera vez que pasó por nuestras cabezas la idea hacer algo en defensa de nuestros hijos. Después vino la detención de Alfon en la huelga general del 14 de noviembre pasado, cuando dos policías de paisano le detuvieron junto a su novia y el juez le envío a prisión preventiva sin fianza. Por cierto, con acusaciones infundadas. Además, el criterio en que se basaba la decisión del juez ya no existe en el Código Penal (alarma social), pero igualmente se aplicó. En resumen, ante la constante persecución que sufren nuestros jóvenes, se hizo realidad la idea de organizar «Madres contra la represión». El colectivo se presentó el pasado 21 de abril.
-Vallecas, Lavapies… ¿Cómo ha influido en el nacimiento de vuestra organización la represión en las barriadas obreras madrileñas?
Durante la prisión de Alfon, otros barrios de Madrid -además de Vallecas- emprendieron iniciativas de apoyo, actos y concentraciones. Las muestras de solidaridad y respaldo fueron enormes, de manera que la idea de impulsar la asociación se fortaleció. Hoy en día, además, hay muchas personas de otros barrios que asisten a nuestras asambleas y están, en la medida que pueden, ofreciendo su colaboración.
-Hay precedentes de colectivos similares al vuestro: «Madres contra la droga» de Vallecas o las madres argentinas de la Plaza de Mayo para la denuncia de las desapariciones durante la dictadura militar. ¿Cuáles son vuestros objetivos?
Sentimos un gran respeto por la lucha, la valentía y la fuerza con la que trabajan estas organizaciones. Aprendimos de ellas que nuestros hijos dejan de ser de una u otra compañera y pasan a ser de todas nosotras. Cuando tocan a uno, reaccionamos todas. Resumiría nuestro objetivo en una frase que usamos con frecuencia: «No hemos parido y criado a nuestros hijos, con todo el amor de que somos capaces, para que los persigan y apaleen impunemente».
-Os centráis en el apoyo a los jóvenes…
Sí, nuestra lucha se centra en ellos. La juventud, como «dueña del futuro», ha sido siempre objetivo de la represión. Su potencia es imparable y, en consecuencia, preocupa mucho al poder autoritario que ejerce este gobierno, a golpe de fuerza y no de razón. Los jóvenes deberían elegir el rumbo de sus vidas; también recibir una formación adecuada para su futuro profesional; poder defender sus ideales y sentirse orgullosos por todo ello; sin embargo, cuando enseñas a tu hijo a pensar por sí mismo y hacer una crítica constructiva del entorno en el que vive, lo cierto es que se le criminaliza, margina e impiden su formación (nos referimos a los abusivos precios de las matrículas universitarias o al cierre de institutos). ¿Qué menos que apoyarles en su lucha? Al fin y al cabo somos madres que estamos muy orgullosas de ellos.
Del colectivo forman parte Mavi Muñoz (madre de Carlos Palomino, asesinado en 2007 por un grupo Neonazi) y la madre de Alfon (joven de 21 años detenido y encarcelado tras la huelga general del 14-N). ¿Qué apoyos ha recibido la asociación?
Si, Mavi y Elena forman parte fundamental de la asociación. Su entereza y su actitud ante las mayores dificultades suponen un motor para el resto. Además, la asociación cuenta con numerosos apoyos de solidaridad de otras organizaciones. Estamos integradas en la Red Solidaria Antirrepresiva Estatal y en la Plataforma Solidaria Antirrepresiva de Madrid, que nos echan una mano imprescindible para hacer nuestro trabajo. Los compañeros psicólogos aportan su tiempo y trabajo de manera desinteresada. El abogado siempre se muestra disponible para cualquier consulta o actuación que necesitemos. El apoyo económico es, por ahora, nuestro eslabón más débil, pues únicamente disponemos de nuestras propias fuerzas, de la venta de camisetas, mecheros y demás; y alguna pequeña aportación particular.
-¿Qué actividades desarrolla «Madres contra la Represión?
Cuando tenemos conocimiento de alguna detención, nos desplazamos a la Comisaría y nos ponemos en contacto con el abogado para que se interese por la situación. Cuando pasa el detenido a disposición judicial, nos vamos a los juzgados y permanecemos a la espera de la decisión del juez. En este tiempo contactamos con las familias, que llegan siempre nerviosas y sin creer que su hijo/a se encuentre en el calabozo. Esta actividad es muy importante, pues los familiares suelen pensar que sus hijos han hecho algo mal y a menudo no son muy comprensivos.
¿Qué hacéis entonces?
Nos centramos en que traten de entender a sus hijos y el motivo de la detención; y, si ellos quieren, les acompañamos en todo momento. Cuando es necesario, prestamos atención psicológica y legal. También acompañamiento en el juicio y, en caso de que haya penas de prisión, nos encargamos de facilitar a los familiares las visitas. Nos hemos volcado, por ejemplo, con los familiares de los 5 anarquistas detenidos en Barcelona. Por otra parte, demos charlas siempre que nos las piden y participamos en encuentros. Estamos preparando un taller antirrepresivo para enseñar a los jóvenes a actuar frente a las detenciones.
-Os habéis implicado, de manera muy activa, en las iniciativas de solidaridad con los cinco anarquistas catalanes detenidos en mayo de este año. ¿En qué otras campañas habéis participado?
Apoyamos la manifestación con motivo de la huelga de enseñanza del pasado 9 de mayo. También respaldamos a diario el encierro de estudiantes de la Universidad Complutense. Y colaboramos con las campañas de recogida de alimentos que organizan los jóvenes de Vallecas, la acampada de parados, el encierro en el Centro de Salud Federica Montseny y cualquier otra movilización que se realice en el barrio, o de la que tengamos noticia.
-¿Cómo se define ideológicamente vuestra organización?
No tenemos una ideología política concreta: cada una tiene la suya. El respeto por el pensamiento de cada una es fundamental. Trabajamos, en síntesis, en la defensa de nuestros derechos y en apoyo a la sociedad marginada y represaliada. Podríamos decir que somos una asociación de personas de clase obrera y con conciencia social.
-¿Consideráis que existe una relación entre la actual crisis (por ejemplo, en relación con los recortes) y la represión?
Existe una relación directa: ante una crisis hay más denuncia social y por lo tanto más represión para acallarla. Cuando ves a los ancianos rebuscar en los cubos de basura para comer, no puedes callar. Tampoco cuando ves que familias enteras se apoyan en el colegio para que sus hijos tengan una comida completa al día, y cierran el comedor. Ni cuando ves que un estudiante brillante no puede acabar sus estudios, porque han puesto unos precios impagables. Y así podríamos hacer un listado enorme. No te puedes callar si tienes un mínimo de conciencia. Ahora bien, consideramos que el principal problema es el paro que nos ha traído esta crisis o estafa. Porque supone una estafa que paguemos los trabajadores las consecuencias una deuda corrupta que han generado unos pocos. Nosotras no vamos a callarnos.
-Por último, ¿Qué función pensáis que desarrolla el miedo a la represión a la hora de instar a la gente a que se movilice?
La represión tiene muchas caras. El miedo a la represión física, que es de la que solemos hablar, produce un efecto paralizante en la mayoría de las personas, pero quizás no sea determinante. Hay otras formas de represión que son demoledoras. Por ejemplo, arruinarte a base de multas, quedarte sin trabajo si no aceptas las condiciones que te ofrecen, más aún, si tienes hijos que alimentar; o entrar en prisión sabiendo que no hace falta cometer un delito, porque el sistema judicial no es objetivo y actualmente no existe la presunción de inocencia. El miedo se combate estando unidos y organizando un frente común contra las agresiones. No debemos sentir miedo sino orgullo. ¿Cuando nos daremos cuenta que juntos somos fuertes?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.