Tolima es un departamento de una larga trayectoria de luchas agrarias, prácticamente ininterrumpidas desde la década del ’30. Hoy en día, mientras se adelanta una fuerte militarización de su territorio, prosigue la política del despojo al campesinado, la misma dinámica que desató el conflicto social y armado desde épocas de la llamada «Violencia» -hoy, aparte […]
Tolima es un departamento de una larga trayectoria de luchas agrarias, prácticamente ininterrumpidas desde la década del ’30. Hoy en día, mientras se adelanta una fuerte militarización de su territorio, prosigue la política del despojo al campesinado, la misma dinámica que desató el conflicto social y armado desde épocas de la llamada «Violencia» -hoy, aparte del gamonalismo, se suman, como factor de despojo violento, megaproyectos minero-extractivos y energéticos. Ante la oposición del campesinado que defiende el derecho a vivir en su territorio así como la vocación agropecuaria de esta importante despensa agrícola para Colombia, el Estado ha respondido con violencia oficial y paraoficial. Hoy en día, la principal organización campesina en ese departamento, Astracatol es una de las organizaciones más perseguidas en el país. Pese a todo, los campesinos tolimenses participaron en primera fila en el paro cafetero que sacudió a Colombia entre Febrero y Marzo, y también en el paro agrario y popular de Agosto.
A finales de Septiembre, tuvimos la oportunidad de cruzar algunas palabras con Marco Reinerio Montealegre, dirigente de Astracatol, seccional Rovira. Campesino cafetero, participó activamente en la organización del paro cafetero de comienzos de año, razón por la cual comenzó a recibir amenazas y a ser perseguido, en una seguidilla de hechos que terminan con su partida del país, dentro del marco del programa de refugio temporal en Asturias organizado por el Colectivo de Colombianos Refugiados en Asturias «Luciano Romero Molina» y por Soldepaz Pachakuti. Hablamos de su programa de refugio temporal, de sus impresiones sobre la movilización de cafeteros en la que participó y del reciente paro agrario y popular que marcó un importante punto de inflexión en la realidad política y social colombiana.
Marco volvió a Colombia el día 16 de Octubre, tras el término de su refugio temporal, pese a que no hay garantías para el ejercicio de su labor sindical. Tememos por su vida, y es muy importante mantener una actitud vigilante, que se sume a la solidaridad que ha recibido Astracatol y el sindicato agrario nacional Fensuagro. A continuación, dejamos que Marco sea quien hable como uno más de los campesinos colombianos que hoy reclaman enérgicamente sus derechos, pese a las burlas del gobierno.
-1. Usted participó en la organización del paro cafetero en marzo ¿Cómo fue la participación de los campesinos del Tolima en este paro?
-Respecto a la organización del paro, le comento que varias organizaciones hicieron la convocatoria, entre ellas Astracatol a nivel regional y que en últimas fuimos los que estuvimos con los campesinos hasta el final del paro en Ibagué, Tolima.
-2. ¿Cómo evalúa usted el resultado de ese primer paro cafetero?
-La evaluación que hago de ese paro es la siguiente. Fue positiva para el sector campesino en el sentido de que le demostramos al gobierno que organizadamente podemos paralizar el país. Fue negativa con relación a la negociación que hizo el grupo que estuvo representando al gremio, y que fue elegido por organizaciones diferentes a las que verdaderamente luchan por las reivindicaciones campesinas… además fue un grupo que si bien son cafeteros, son de los grandes y ellos hacen sus componendas dentro de las negociaciones.
Para estas negociaciones se necesita enviar a líderes elegidos por las bases, para que las exigencias sean verdaderamente en favor del gremio y en especial de los pequeños y medianos productores que siempre somos los más afectados.
También en mi evaluación veo negatividad por parte del Estado colombiano debido a la represión sanguinaria utilizada con su fuerza antimotín, como lo es el ESMAD, para impedir el derecho a la protesta justa con todos los que estamos exigiendo nuestros derechos. En este caso hago referencia a todos los compañeros campesinos que fueron asesinados, heridos, y maltratados.
-3. La directiva de la Federación Cafetera dice que se han recibido los subsidios, pero en un sector importante de productores, principalmente agrupados en el movimiento de Dignidad Cafetera dice que la mayoría de los pequeños caficultores no han recibido nada, ¿es eso así?
-Bueno para ellos, para el gobierno, eso es normal que el pequeño productor siempre se lleve la peor parte, la negociación que hizo el grupo encargado fue de $150.000 por carga de café de 125 kilos, y ese es el famoso subsidio del que hablan, pero lo que no dicen es la retención que nos hacen por cada carga de café que se vende, y que va a parar a un fondo para atender «emergencias cafeteras», y el estado las emplea en otras cosas.
Siempre los pequeños cafeteros son los menos beneficiados, y uno de sus propósitos es desaparecerlos del gremio. Finalmente, todos los arreglos que se hagan con el gremio cafetero, en cuanto a precio y demás, son pagados por los mismos productores, con los dineros que le retienen por venta del grano.
-4. ¿Cómo vio usted el paro agrario y popular de agosto? ¿Fue una continuación de la lucha iniciada por ustedes en marzo? ¿Cree usted que debería buscarse una mayor confluencia con otros sectores rurales, como arroceros, paperos, cacaoteros, zonas de reserva campesina e incluso mineros?
-A pesar de que al comienzo el gobierno por los medios de desinformación como RCN y CARACOL negaba el paro Agrario en Colombia, no le quedó más remedio que aceptarlo, puesto que ya otros medios alternativos estaban difundiendo la noticia de la magnitud de este paro.
Fue muy positiva porque se demostró una vez más que ya el campesino en Colombia no soporta más el olvido y las injusticias que se cometen a diario, por parte del Estado y su fuerza militar, con el sector que produce día tras día los alimentos para el sostenimiento del país.
En este último paro se pudo ver, como muchos gremios, asociaciones sindicatos, transportadores y otros más, se solidarizaron porque entienden la importancia de apoyarnos los unos a los otros, ya que el problema nos compete a todos.
Este paro agrario es la continuidad de las muchas movilizaciones y paros anteriores, debido a que cada día la crisis va en aumento y el gobierno en lugar de buscar soluciones para el campo, lo margina más, poniéndonos a competir con un TLC y contra lo cual no tenemos nada que hacer; por otra parte entregándole las tierras de cultivo a las multinacionales para explotación minera… por cosas como éstas, cada día aumenta la pobreza, la miseria, el desplazamiento y la guerra.
De este gran paro cabe anotar la cantidad de campesinos heridos y maltratados por parte de la fuerza pública, lo mismo que el asesinato de 15 campesinos que su único delito fue el salir a protestar por sus derechos para tener una mejor forma de sobrevivir.
Con relación a la confluencia de otros sectores rurales, ya se está dando porque inicialmente algunos de esos sectores agrarios que fueron partidarios del TLC, y que cuando comenzaron a vivirlo se dieron cuenta de lo nefasto que era, porque los intereses económicos de dicho sector se perjudicaron, parte de este sector y de otros que han resultado afectados, también participaron en el paro. La misma necesidad hace que cada vez se unan más asociaciones y sectores en torno a las movilizaciones y paros campesinos.
También es importante la vinculación de todos los sectores sociales que quieran participar, ya que también forman parte en la problemática del país.
-5. Astracatol ha sufrido una gran persecución desde su misma formación. Usted mismo tuvo que salir refugiado, ¿podría comentarnos las circunstancias en las que tuvo que salir?
-Si, nuestra asociación desde su inicio ha sido macartizada por los entes gubernamentales y asediada por las fuerzas militares; Astracatol fue creada en diciembre del año del 2007 después de una gran movilización campesina; un mes después, en enero de 2008, fue asesinado el fiscal, compañero Israel González, por miembros de ejército nacional, integrantes del Batallón Caicedo de Chaparral. A partir de esta fecha se inició una persecución política.
Para febrero del año 2008 se creó la primera seccional de Astracatol que fue en el Municipio de Rovira, y de la cual quedé como representante legal. Actualmente en calidad de desplazado forzado, sigo siendo presidente de Astracatol -Seccional Rovira.
A raíz del trabajo organizativo como reuniones, talleres, como también denuncias por muertes de campesinos, denuncias a la Fuerza Pública por violación a los DD.HH. me iniciaron una persecución y acechamiento continuo mediante un grupo paramilitar llamado los NICHES que junto con las fuerzas militares del Ejército operan en la zona. Ellos asesinaron a varios campesinos de la región, entre ellos al fiscal Manuel Felinto Cuéllar, y al secretario Henry Saúl Moya de la seccional que represento.
Debido a todas las denuncias y al resultado de algunas de estas más avanzadas donde aparecen involucrados suboficiales y soldados del ejército nacional, aumentaron las persecuciones y asechamientos contra mi vida, al punto de que llegaron a mi pequeña parcela dos sujetos con pasamontañas, armas en mano, morrales militares; esto fue el día 2 de Mayo del año 2012 en las horas de la mañana, a eso de las 6:30 A.M. Para mi suerte no me encontraba, pues había viajado el día anterior, 1º de mayo que es día de marchas. A partir de esta fecha me convertí en un nuevo desplazado forzado, por las fuerzas oscuras del Estado… estuve movilizándome por varias fincas de compañeros campesinos en diferentes municipios. Igual a veces me desplazaba a la ciudad de Ibagué o Bogotá cuando teníamos eventos de nuestra Asociación o de la Marcha Patriótica. Desde esa fecha, hasta el 29 de abril del 2013 en que viajé para Asturias, fue un constante desplazamiento para salvaguardar la vida.
Finalmente contarle que mi salida para Asturias en el programa de refugio temporal de Soldepaz Pachakuti fue el día 29 de abril del año en curso, y el regreso a Colombia es el 16 de octubre. El regreso a Colombia es bastante incierto… primero, no cuento con ningún medio de seguridad, y es de anotar que se puede llegar a recibir la cuenta de cobro, por haber estado denunciando la triste realidad de lo que ocurre en los campos, algo que nunca los medios desinformativos colombianos cuentan; sin embargo, cuando se defienden causas nobles y justas como nuestras reivindicaciones campesinas, asumimos los riesgos que esto conlleva. Igual, como defensores de derechos humanos, no podemos dejar de denunciar los asesinatos y abusos de autoridad que se cometen en el sector agrario.
Ser líder campesino, obrero, o defensor de derechos humanos en Colombia es algo macartizado por el sistema gobernante… de ahí que se nos acuse de subversivos, para así tener argumentos de asesinarnos o retenernos, como ocurre actualmente con nuestro compañero Húber Ballesteros, vicepresidente de nuestra Federación Sindical Agropecuaria FENSUAGRO. Finalmente, decirle que Colombia es uno de los países más violadores de los derechos humanos, como lo ratifica en el Noveno Informe la Delegación Asturiana, con las once condenas hasta el año 2011 proferidas contra el Estado colombiano por la corte interamericana de derechos humanos.
-6. ¿Cree usted que el campesinado puede convertirse en la actual coyuntura, en la fuerza social que aglutine a otros sectores para enfilarlos hacia los cambios que el país necesita?
-Estoy completamente seguro, este gran paro agrario fue determinante, a pesar del lamentable proceder del gobierno en ordenar a su fuerza pública asesinar y herir campesinos… no conseguirá más que alentar al sector para que en futuras movilizaciones o paros defienda su vida.
Teniendo en cuenta que en Colombia somos 45 millones de habitantes aproximadamente, en los campos de Colombia se encuentran alrededor de 16 millones de campesinos, la fuerza campesina en Colombia es determinante para las trasformaciones de nuestro país… debido a esto el gobierno macartiza todo el trabajo sindical agrario que se pueda hacer, porque entiende perfectamente que si permite organizar todas las bases campesinas, él no tendría los medios para detener el número mayoritario que existe en los campos colombianos.
José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda, donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile), así como del sitio web internacional www.anarkismo.net. Autor de «Problemas e Possibilidades do Anarquismo» (en portugués, Faisca ed., 2011) y coordinador del libro «Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América Latina» (Quimantú ed. 2010).
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