La muerte no por esperada me sigue sorprendiendo. Desde mi tierna infancia, ella, tercamente, se hacía presente en los momentos más inesperados. Así se volvió mi compañera de viaje. Lo cual no significa que le perdonara que me arrebatara lo más querido. No. Ha muerto tanta gente de mi entorno que vuelvo y releo los […]
La muerte no por esperada me sigue sorprendiendo. Desde mi tierna infancia, ella, tercamente, se hacía presente en los momentos más inesperados. Así se volvió mi compañera de viaje. Lo cual no significa que le perdonara que me arrebatara lo más querido. No.
Ha muerto tanta gente de mi entorno que vuelvo y releo los viejos y nuevos libros de autores que tienen un lugar en mi espacio sideral. Gabito, como se le llama en realidad en la Costa Caribe, fue uno de esos escritores excepcionales. Con su lúcida pluma recreó los cuentos de los abuelos y dimensiono la vida de nuestros pueblos llevándonos a recrear momentos en que los protagonistas como el Coronel o el Patriarca radiografiaran la realidad.
Su realismo conquisto los corazones populares -quienes son los que crean el fenómeno garciamarquiano- y lo elevaron a la cúspide de la literatura, lo cual lo llevo a codearse con importantes personajes de la vida del siglo pasado, entre los cuales vale la pena mencionar a Fidel Castro y a Clinton, quienes a su vez representaron a los pueblos en su lucha contra el capitalismo rapaz.
Gabito no fue solo un ser de enorme capacidad literaria, sino también y a la vez un gran político, lo que lo motivo a militar en el Partido Comunista Colombiano y los avatares de la vida lo llevaron a marginarse de el, con la salvedad de seguir pensando como «comunista» y seguir teniendo «un mamerto dormido en el corazón». Aprovecho su estrellato para denunciar al imperio corporizando a los pueblos en Agostinho Neto, dirigente angoleño, en una entrevista de periodista comprometido, como siempre el lo fue, y así denuncio al imperio.
Gabito entendió como nadie que los poderosos no resisten el «mamagallismo» y esta fue su arma. Sus libros fueron una muestra del poder de la palabra llevada al ridículo por la mamadera de gallo. Es de recordar que a el se atribuye la frase de «si la mierda tuviera algún valor, los pobres nacerían sin culo», develando el futuro a que seríamos sometidos los pueblos, el desangre de la privatización neoliberal que roba a todos los ciudadanos el erario público para entregarlo a manos privadas con el cuento de que son ellos los únicos capacitados para «manejar el estado», llevando a los soleos presidenciales a los personajes más incapaces y trogloditas. Fue por ello perseguido -y lo llevaron al exilio- e integro una de las tantas listas conque los asesinos del pueblo colombiano adelantan el Terrorismo de Estado. Turbay Ayala como tantos presidentes colombianos tiene en su haber el haber perseguido a lo mejor de la ciencia, el arte y la literatura, porque los asesinos del pueblo saben que los creadores de lo nuevo de la literatura y el arte son subversivos porque ellos no caben en los estrechos marcos diseñados por el poder.
No voy a hacer un listado de las realizaciones garciamarquianas, sólo recordar que Gabito descubrió «en el transcurso de sus años incontables que la mentira es más cómoda que la duda, más útil que el amor, más perdurable que la verdad, (y) había llegado sin asombro a la ficción de la ignominia de mandar sin amor, de ser exaltado sin gloria y de ser obedecido sin autoridad», como ayer lo fueron los antecesores de quien hoy decreta tres días de duelo por su muerte, como si la muerte significara el olvido y un «infundio de la imaginación» que le permitió saber «quienes éramos mientras el (los decrépitos patriarcas) se quedo sin saberlo para siempre con el dulce silbido de su próstata de muerto viejo trasnochado de raíz por el trancazo de la muerte, volando entre el rumor oscuro de las últimas hojas heladas de su otoño hacia la patria de tinieblas de la verdad del olvido».
Gabito nunca será olvidado. Siempre seguirá mamandolegallo a los poderosos y sus pueblos latinoamericanos seguirán deleitandose de sus obras, obras del nunca jamás que quizá en este siglo les toca construir definitivamente la utopía del socialismo.
Fuente: http://cambiototalrevista.blogspot.com.es/2014/04/gabito-garcia-marquez-su-muerte-y-su.html