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«Podemos», la hora de la verdad

Fuentes: Diario Hoy

Un amigo, al que tengo en alta estima intelectual y personal, me decía hace algún tiempo que no le convencían quienes defienden una economía salvaje refiriéndose a Podemos. Mi posición era y es que ya es difícil defender una economía más salvaje que la que tenemos. Sigo día a día los espacios que ocupan en […]

Un amigo, al que tengo en alta estima intelectual y personal, me decía hace algún tiempo que no le convencían quienes defienden una economía salvaje refiriéndose a Podemos. Mi posición era y es que ya es difícil defender una economía más salvaje que la que tenemos. Sigo día a día los espacios que ocupan en los medios de comunicación y veo con preocupación la encrucijada en que se encuentra Podemos, una vez comenzado un proceso organizativo que le llevará de ser un movimiento social y político a convertirse en una organización o partido que aspira a presentarse a unas elecciones para gobernar. Ahora la preocupación es cada día mayor porque no sólo tiene que crecer y estructurarse de una forma distinta a como lo han hecho los partidos a los que critica, sino que además tiene que exponer su ideario acorde con lo que ha defendido hasta aquí, de forma que resulte creíble y realizable. Es una tarea difícil en la que la sociedad espera comprobar si la inteligencia que han demostrado al conquistar ese gran espacio político se corresponde con la que deben tener ahora para demostrar que es posible construir ese sueño que han ofrecido a tantos ciudadanos hartos de corrupción e ineficacia.

De la oleada de opiniones surgida tras la primera exposición de ese dictamen (que no programa, todavía) ya se ocupan todos los medios, no sin cierta demagogia en algunos de ellos. Sin embargo, para mí uno de los principales problemas que tiene Podemos es que una vez elegidos los responsables a nivel nacional, ahora toca elegir a los que serán su cara visible en pueblos y ciudades para concurrir a la elecciones municipales y autonómicas, directa o indirectamente. Este segundo proceso organizativo es más complicado ya que no hay unos líderes conocidos y porque es previsible que haya gente que vea aquí su oportunidad de conseguir cargos que les permitan participar en un reparto de poder que parece próximo. El ejercicio de una democracia auténtica exige que ‘los responsables de Madrid’ no traten de imponer sus candidatos en pueblos y ciudades. A la vez, el reto en las bases es saber elegir a las personas que encarnan los principios de Podemos y no a los que vienen en busca de cargos y poder. De cómo se desarrolle este proceso dependerá la conflictividad que puede darse en sus filas y el éxito posterior de quienes han de presentarse a las elecciones, que deberán ser personas creíbles para los votantes.

El otro gran reto es la concreción de su ideario. Pasar del plano de lo deseable al de lo posible es un ejercicio en el que también se la juega Podemos, teniendo en cuenta la fuerza del sistema que tiene enfrente. La pirueta de tener que acabar presentando un programa socialdemócrata no sería lo más grave. Mucha gente podría entenderlo y aceptarlo si lo razona y explica bien. Esperemos que los líderes de Podemos sepan analizar con generosidad e inteligencia las aportaciones de los distintos colectivos a ese ideario que están construyendo, dando participación a muchos más expertos, como supongo estarán haciendo en estos momentos.

Me permito llamar la atención sobre tres temas que no he visto suficientemente explicados. El problema de la deuda, del que han hecho bandera, no puede despacharse con la palabra reestructuración. Tienen que medir hasta dónde puede llegarse realmente en ese asunto. Si no hay una quita razonable, derivada de una auditoría seria y competente, los países del sur de Europa no podrán pagarla, lo que exigirá una acción conjunta de todos ellos. No estaría mal recordarle a Alemania la generosidad con la que se le perdonó en su día gran parte de su deuda. En el tema del medio ambiente tampoco estaría mal que se asesoraran un poco mejor, ya que se trata de un sector susceptible de crear empleo y no de destruirlo como algunos se empeñan en hacer creer. El tercero es el de las compañías eléctricas, cuyo escándalo están obligados a detener ya que la situación de abuso e impunidad de este sector no tiene parangón en toda la Unión Europea. Es de suponer que en el trabajo que realicen a partir de ahora haya más definición, tanto en estos como en otros temas. Y desde la perspectiva de Extremadura será obligado pensar cómo se adapta a las condiciones especiales de nuestra comunidad el futuro programa de gobierno que se esté redactando a partir de ahora.

La responsabilidad que se le viene encima a Podemos es grande. Sólo la inteligencia, la generosidad y la coherencia con los principios que ha defendido hasta ahora le permitirán salir airoso de este trance y no defraudar a tanta gente a la que ha llevado un mensaje de esperanza. Aun teniendo que moderar las propuestas que hasta ahora han venido haciendo, cosa que puede ser entendida y aceptada por muchos de sus simpatizantes, Podemos no puede convertirse en esa ‘casta’ a la que ha retratado y combatido implacablemente. Aquello de «el que se mueva no sale en la foto» ya tuvo su maestro y todos sabemos hacia dónde nos ha conducido.

Fuente: http://www.hoy.es/nacional/201412/04/podemos-hora-verdad-20141204003159-v.html