Gonzalo Pontón, editor, historiador y escritor, ha sido investido doctor honoris causa por la UPF el 22 de octubre en el auditorio del campus de la Ciutadella. Ha estado acompañado por su padrino Javier Aparicio Maydeu, catedrático del Departamento de Humanidades y delegado de Cultura de la UPF, y Joaquim Albareda, catedrático del Departamento de […]
Gonzalo Pontón, editor, historiador y escritor, ha sido investido doctor honoris causa por la UPF el 22 de octubre en el auditorio del campus de la Ciutadella. Ha estado acompañado por su padrino Javier Aparicio Maydeu, catedrático del Departamento de Humanidades y delegado de Cultura de la UPF, y Joaquim Albareda, catedrático del Departamento de Humanidades y director del Instituto de Historia Jaume Vicens Vives de la UPF, ha pronunciado el elogio.
Se trata de la decimoséptima personalidad que la UPF inviste como doctor honoris causa, la distinción máxima que la Universidad concede a una persona en reconocimiento a su formación científica, universitaria o por unos valores que se manifiesten identificándose con la institución. Se trata, por tanto, de personas de gran relevancia por su especial vinculación con la universidad, por aportaciones al progreso, la ciencia y la cultura.
La ceremonia, que se ha podido seguir en directo a través de la web de la Universidad, y a través de las redes sociales con la etiqueta #PontónHonorisUPF, ha incluido la actuación del Aula de Teatro de la UPF y la interpretación de dos piezas al piano a cargo de Emili Blasco.
Tras la entrada de la comitiva de autoridades académicas al son de «El preludio inicial del clave bien temperado», de Johann Sebastian Bach, interpretada al piano por Emili Blasco, Jaume Casals ha hecho la apertura del acto. Seguidamente, Pere Torra, secretario general de la UPF, ha leído del acuerdo del Consejo de Gobierno de 14 de diciembre de 2018 de concesión del título de doctor honoris causa por la UPF (a propuesta del Departamento de Humanidades) de Gonzalo Pontón.
El acuerdo menciona la voluntad de la UPF de concederle esta distinción «por ser un referente en la difusión del pensamiento histórico, político, humanístico, literario y científico de máxima categoría intelectual, mediante su labor como editor e historiador».
Con todo el público de pie, el doctorando, acompañado de su padrino Javier Aparicio Mayeu , catedrático del Departamento de Humanidades y delegado de Cultura de la UPF, han entrado en el auditorio bajo los acuerdos de la «Sarabanda de la Suite en re menor», de Georg Friedrich Händel, interpretada de nuevo por Emili Blasco al piano.
Seguidamente, miembros del Aula de Teatro de la Universidad han hecho una lectura dramatizada de dos de los textos favoritos del doctorando: «Preguntas de un trabajador que lee», de Berthold Brecht, y «De vita beata», de Jaime Gil de Biedma.
Elogio del doctorando a cargo de Joaquim Albareda
Joaquim Albareda , catedrático del Departamento de Humanidades y director del Instituto de Historia Jaume Vicens Vives ( IUHJVV ) de la UPF, ha sido el encargado de pronunciar la laudatio del doctorando.
«Pontón es uno de los grandes editores -posiblemente el más importante en activo- los últimos cincuenta años en España, y además, ha desarrollado su labor mediante una estrecha alianza con el mundo académico. Por otra parte, se trata de un editor que tiene bien asumido el compromiso social de su trabajo y que entiende la edición como un instrumento de intervención cultural para ofrecer a la sociedad herramientas de comprensión del mundo».
Es cierto que una parte del éxito en su tarea como editor radica en el hecho de que Gonzalo Pontón ha sabido tejer asociaciones decisivas con algunos de los nombres más relevantes del pensamiento humanístico y científico de la universidad catalana y española. Los tres referentes fundamentales en este sentido, por trascendencia y duración, han sido Josep Fontana, Manuel Sacristán y Francisco Rico, con el que ha mantenido en el transcurso de los años una fértil colaboración.
«La de Ariel fue, sin duda, una empresa heroica: tanto en el sentido de la renovación radical del panorama bibliográfico como en el del compromiso ideológico-político contra la dictadura y para construir una sociedad mejor».
«Durante los casi treinta y cinco años en los que marcó el rumbo de Crítica, Pontón convirtió esta editorial en el principal sello de referencia en la publicación y difusión del pensamiento histórico, político, humanístico y científico de máxima categoría intelectual, tanto en cuanto a los autores españoles como a los internacionales, con un catálogo superior a los mil quinientos títulos».
En esta última etapa del editor-historiador deviene historiador tout court, y en 2016 publica «La lucha por la desigualdad. Una historia del mundo occidental en el siglo XVIII», una sólida aportación a la historia social y de las ideas del siglo XVIII europeo que mereció el Premio Nacional de Ensayo (2017).
«Es por esta dilatada trayectoria en el mundo de la edición, marcada por la excelencia -que yo no habría podido reconstruir con tanto detalle sin la ayuda indispensable de Gonzalo Pontón Gijón, a quien quiero expresar mi agradecimiento- pero también caracterizada por su compromiso firme con el saber, con la conciencia crítica, con la libertad y con la igualdad, que la Universidad Pompeu Fabra ha querido distinguir Gonzalo Pontón con el título de doctor honoris causa».
Investidura de Gonzalo Pontón y discurso de aceptación
Una vez terminada la laudatio , ha llegado el momento más solemne de la ceremonia, con la investidura de Gonzalo Pontón, cuando ha recibido la medalla honoris causa de la UPF de manos del rector Jaume Casals, que le ha dado un abrazo de fraternidad en señal de incorporación al Claustro de doctores de la Universidad.
«Por el Consejo del Gobierno de la UPF ha sido nombrado doctor honoris causa, en testimonio y reconocimiento de sus relevantes méritos. En virtud de la autoridad que me ha sido conferida, os hago entrega de esta medalla, símbolo de este título, y del diploma acreditativo», afirmó el rector.
Ya como nuevo doctor honoris causa de la UPF, Gonzalo Pontón ha pronunciado su discurso de aceptación:
«Dejadme deciros enseguida que mi trabajo no la he vivido nunca como un trabajo, sino como una celebración continúa, y que los dioses del libro siempre me han bendecido -por alguna razón esotérica propia de su condición irracional- con todo tipo de venturas que han hecho de mi trabajo de editor una gratificación constante y permanente. Así pues, me preguntaba: ¿por qué merece un premio toda una vida de premios? He hecho por averiguarlo».
«Es posible que el Consejo de Gobierno haya reflejado ante el mosaico que he ido construyendo a lo largo de 55 años de trabajo editorial. Si este es el caso, debo decir con orgullo, tal vez con petulancia, que el Consejo no errado: el mosaico es ciertamente espléndido».
«Del primero (Manuel Sacristán) -uno de los filósofos más importantes del siglo XX-, aprendí a pensar lógicamente ya entender que el trabajo intelectual conlleva una gran responsabilidad personal. Del segundo (Josep Fontana) -uno de los historiadores más importantes del siglo XX-, lo aprendí casi todo. Josep Fontana, profesor de esta casa, fundador del Instituto de Historia Jaume Vicens Vives, muerte -sólo biològicament- hace 14 meses, fue a lo largo de cerca 50 años el maestro y el amigo que todo el mundo querría tener».
«Para mí, el fin último de la historia, más allá de estar de acuerdo en usar todos los materiales para hacerla, era la entera comprensión del mundo. Pensaba entonces -y lo sigo pensando ahora- que todo el conocimiento humano forma parte de la historia». […] La ciencia histórica, al menos la que yo quiero, no es una ciencia fría; es una herramienta para la formación de una conciencia crítica».
«He dicho que he sido muy afortunado en el desarrollo de mi labor de editor. Debería haber dicho, también, que este trabajo ha sido una bendición para mí porque, entre otras cosas, me ha permitido cultivar la amistad y, si me perdonáis la presunción, también el afecto de algunos gigantes de la historiografía mundial».
«El mosaico editorial es como el velo de Penélope: hay recomenzar cada día. Cuando en 2009 hice 65 años, mis socios decidieron que me había llegado la hora de la jubilación. Pobres, no sabían que no hay manera de jubilar la pasión editorial».
«Una vez más los manantiales del libro me sonríen y m’afalaguen: ahora, valiéndose de la Universidad Pompeu Fabra como sólo ellos lo pueden hacer, me invitan, por decirlo con versos de Joan Brossa, a subir» en el pedestal con altivez … / Y yo sin salir de la sorpresa…»
Parlamento de Jaume Casals
Ya en el último tramo del acto, Jaume Casals ha pronunciado el parlamento de clausura, que ha iniciado con un pensamiento para Salvador Giner, fallecido recientemente, «un buen compañero, como profesor que fue de la UPF de manera fugaz , y también en el Instituto de Estudios Catalanes».
El rector de la UPF, haciendo referencia a uno de los autores que forman parte del catálogo de Gonzalo Pontón, afirmó que «no puedo dejar de hacer un comentario sobre las leyes de la estupidez humana de Carlo Maria Cipolla: estos días estamos comprobando en Cataluña y en España la confirmación de la estupidez humana». Y añadió: «Como pasa en la astronomía, que las leyes se formulan y al cabo de unos años se confirman, estamos verificando los datos que se habían acumulado hasta ahora, estamos llegando a la confirmación definitiva».
Seguidamente, y para ejemplificar el significado de la historia, Jaume Casals parafraseó Nietzsche: «El veredicto del pasado es como el veredicto del oráculo: no podremos entender si no somos constructores del presente y arquitectos del futuro». En este sentido, para el rector de la UPF, los historiadores son un aspecto básico para la universidad: «La historia debe entenderse como antiguamente, una especie de género, de investigación, cercana a la palabra «crítica». Es como el corazón de la universidad y de todos sus ámbitos», ha enfatizado.
Finalmente, Jaume Casals ha invitado a todos a pensar en el libro como «centro» de institución: «En esta universidad, si nos referimos a la calidad que pueda tener, la tiene porque está enfilada sobre todos los libros que han leído todos sus miembros, y también de los que han escrito», concluyó.
Pequeña biografía de Gonzalo Pontón
Gonzalo Pontón Gómez (Barcelona, 1944) es licenciado en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Barcelona. Ha desarrollado toda su actividad laboral en el sector editorial, durante cerca de 55 años. Como historiador, se ha interesado por temas como la ilustración, el capitalismo, el liberalismo y la desigualdad social.
Comenzó en 1964 en Ediciones Ariel, donde hizo de corrector de imprenta, y en la que fue editor a principios de los años 70. En 1976, con el apoyo económico de Juan Grijalbo, fundó Crítica , por publicar ensayos censurados por la dictadura. En esta editorial (adquirida por Planeta en 1999), recibió el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural (2007) y fue consejero delegado hasta su jubilación, en 2009, después de publicar más de 2.500 títulos. Uno de los hitos más importantes en Crítica fue la publicación de » Memorias, Cuadernos robados y Obras» , de Azaña, que sumó 100.000 ejemplares.
En 1976 fundó la editorial Crítica, para publicar ensayos censurados por la dictadura.
En 2011 fundó la editorial Pasado & Presente , que actualmente preside, y en la que publica libros escogidos (no más de 16 al año), con tiradas que oscilan entre 2.000 y 2.500 ejemplares. Con su obra La lucha por la desigualdad: una historia del mundo occidental en el siglo XVIII , la primera publicada por Pasado & Presente, fue reconocido con el Premio Nacional de Ensayo 2017, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Ha sido director del Gran Diccionario Enciclopédico Grijalbo, consejero delegado del grupo Grijalbo-Mondadori y director del Área Universitaria del Grupo Planeta. Presidió la Cámara del Libro de Cataluña (1994-1998) y la comisión de comercio exterior de la Federación de Gremios de Editores de España. Fue miembro de la Junta directiva del Gremio de Editores de Cataluña y representante de España en el comisión Freedom to Publish, de la International Publishers Association.