La asociación teta & teta, que fomenta la cultura feminista a través de la creatividad, acerca miles de libros dedicados a las mujeres presas. Un proyecto solidario, cultural y poético, pero sobre todo transformador.
El germen de A las olvidadas nace de una queja. Una queja que María esgrime en voz alta y que la señora Mercedes, una amiga del barrio, resuelve sin ambages. María se lamenta de la cantidad de libros que tiene en casa y de que no sabe qué va a hacer con tanto libro. Mercedes le invita a que los done a una biblioteca o una cárcel. La palabra cárcel reverbera en María y termina por desatar un proyecto que, a la postre, será evasión y cobijo de cientos de reclusas.
Un proyecto que es feminista y solidario, cultural y poético, pero que sobre todo es transformador. Una medicina literaria cuyo modo de empleo consiste en responder a una pregunta aparentemente sencilla: ¿qué libro le regalarías a una mujer que está en la cárcel? Una pregunta trampa que te lleva a otras y que no sólo transforma al destinatario del título elegido, sino que muy probablemente interpela al remitente.
Por último, escribe unas líneas. Dedica unos minutos a pensar una dedicatoria, explica el porqué de ese libro o simplemente improvisa unas palabras de ánimo. Lo que te surja. «Las dedicatorias son la demostración de que alguien ha pensado de verdad en ellas y que se ha parado diez minutos a pensar qué escribe en esa página en blanco del libro, es el lado más emocional y genera un vínculo con ellas», explica María Rufilanchas, creadora del proyecto.
María es publicista y una de las responsables de teta & teta, asociación que fomenta la cultura feminista a través de la creatividad. Y es precisamente de esa creatividad de donde van surgiendo proyectos como A las olvidadas, ejemplo de cómo el oficio de la publicidad puede, también, trazar vínculos entre personas. «Me gustan las ideas y me gusta la creatividad, pero no me gusta vender. He descubierto la creatividad social y estoy en mi salsa total, siempre me gustó pensar ideas pero −ahora lo sé− nunca me gustó vender», explica.
En total, la iniciativa –que cuenta con el apoyo fundamental de la Fundación Gabeiras– ha hecho llegar ya cerca de 6.000 libros dedicados a un total de siete prisiones –Albalote, Estremera, Aranjuez, Alcalá Meco, Soto del Real, Córdoba y León–, «solemos pensar que de alguna manera estamos jugando a ser Lorca, que igual que él acercó el teatro a los pueblos con su compañía La Barraca, nosotras llevamos libros dedicados a las mujeres de las prisiones con A las olvidadas», explican las responsables en la web del proyecto.
«Hay que llevar el feminismo a las prisiones»
Cuenta María que llegan, sobre todo, libros escritos por mujeres. Entre las autoras más socorridas nos encontramos con la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, autora de Todos deberíamos ser feministas, Rosa Montero, Julia Navarro o María Dueñas y su exitosa El tiempo entre costuras. «Nos llegan muchos libros de feminismo –confiesa orgullosa María– y esto dice mucho de la gente, al final hay que llevar el feminismo a las prisiones como sea».
¿Y qué opinan las olvidadas? La reacción muchas veces estremece. Según datos del Ministerio del Interior, en julio de 2019 las mujeres sólo representaban el 7,65% de la comunidad reclusa. Esta desproporción hace que las prisiones estén exclusivamente diseñadas para ellos, lo que, en cierto modo, las somete a un doble olvido.
«Muchas gracias, por lo menos hay alguien que se acuerda de nosotras, porque a veces pensamos que nadie piensa en nosotros, yo a la cárcel la llamo el último rincón del mundo, también el cementerio de los vivos», confesaba una de las reclusas durante la visita del equipo de A las olvidadas.
¿Cómo participar?
Si deseas colaborar con este proyecto sólo tienes que elegir un ejemplar (puede ser nuevo o de segunda mano), escribir una dedicatoria y enviarlo a la calle Hortaleza 20, 2º izquierda, 28004 Madrid. Las olvidadas los agradecerán.
Fuente: https://www.publico.es/culturas/libros-destino-prision-via-escape-liberar-mujeres-reclusas.html