A partir de algunos pasos en falso, la encargada de Seguridad está en el foco de la oposición y de los medios. En un mundo de redes sociales no hay mucho espacio para el error, y no debieran perfilarla como una nueva Bachelet, dicen los expertos.
En menos de un año, la actual ministra del Interior chilena, Izkia Siches pasó de ser el gran rostro de la oposición a Piñera a ser una carga para el gobierno de Gabriel Boric, cuyo aporte fue vital en la segunda vuelta gracias a un carisma y capacidad para movilizar a la ciudadanía. De hecho ella estuvo en el escenario la noche del triunfo casi como una presidenta de facto y fue invitada a La Moneda al primer encuentro con el ex presidente Sebastián Piñera. Sin embargo, tras una cadena de errores —subrayados una y otra vez por los medios que a su vez han escalado en las redes sociales— su papel de ministra, de la que depende la seguridad del país, ha estado «submarineado», que en la jerga trasandina significa oculto. Incluso cambió su forma de vestir, pasando a tonos oscuros, su rostro ya no sonríe y ha declarado que “la templanza es mi nueva compañera”. Una frase que, en este contexto, busca explicar sus salidas de libreto, el más grave, cuando anunció en un tono más de chimento que de acusación seria, que un avión con inmigrantes expulsados de Chile con destino a Venezuela, durante el gobierno anterior, había regresado con las mismas personas. Todo esto ante la Comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara de Diputados. Anteriormente, en marzo de 2021 aún como presidenta del Colegio Médico (Colmed), justo antes de tomarse licencia por embarazo había tratado al gobierno de “infelices” en un podcast llamado “La Cosa Nostra”, en un gesto que sólo sorprendió a los que no la conocían en esa faceta.
Esta semana ha circulado fuerte el rumor de una renuncia. Todo esto a partir de otro rumor sobre el despido de su jefe de gabinete, el oncólogo Roberto Estay, alguien que es sindicado como falto de experiencia comunicacional y responsable de los errores comunicacionales de la ministra. Siches salió a defenderlo, preguntándose cómo se filtran estos datos a la prensa. Algunos analistas políticos incluso señalaban, medio en broma, medio en serio, que el gobierno tiene línea directa sobre todo con La Tercera, un diario tan de derecha como El Mercurio, pero con cierta reputación más progresista, gracias a su diseño digital, contenidos culturales y que fue el elegido por Boric para hablar el 1 de mayo, donde recalcó la necesidad de alcanzar acuerdos amplios y de paso esbozó una idea que luego ira tomando más impulso: abrirse a alternativas en caso que triunfe el “Rechazo” en el plebiscito por la nueva Constitución, como por ejemplo —se comenta— realizar un nuevo proceso constituyente, esta vez con expertos.
Izkia, la influyente
Fue la primera presidenta mujer del Colegio Médico (Colmed) y enfrentó varias veces al presidente Piñera, criticando su gestión por la pandemia, en tiempos donde la vacunación masiva era una medida impensada. Su “relato” ella misma lo dejó en claro en las entrevistas: «Siempre los presidentes del Colmed fueron hombres, blancos y mayoría conservadores. Yo soy mujer, joven, de izquierda, morena, de Arica, medio aimara, con ojos achinados, crecida en Maipú, educada en un colegio picante [villero] que nadie conoce”. Si sumamos su pasado como miembro de las Juventudes Comunistas cuando estudió en la U. de Chile, llegando a ser Senadora Universitaria (2010-2012), su conexión con ciertos integrantes del Frente Amplio (como el mismo Gabriel Boric) y su manejo con los medios, que evocan a Michelle Bachelet, se convirtió en una especie de celebridad durante la pandemia. Al punto de aparecer en la revista Time como una de las 100 líderes para 2021 con un texto escrito por la misma ex presidenta de Chile donde señalaba que “Millones de votantes chilenos comparten sus sueños de un servicio de salud moderno, dando esperanzas de que Izkia esté aquí para quedarse. Sin embargo, apenas a tres días de asumir Boric fue recibida con balazos en la Araucanía, en una visita que se admite hoy fue mal planificada, después vino el episodio de los aviones de Piñera, luego la propia vocera de gobierno, Camila Vallejo, admitió delante de ella que han cometido “errores” (para luego estar secundándola en todos los puntos de prensa) y finalmente está su gestión evaluada como ”débil” durante el paro de camioneros que hasta hoy afecta al país. Siches, sin embargo asegura contar con el apoyo de Boric, aunque en la práctica la persona que más figura es el segundo a bordo: el subsecretario Manuel Monsalve. Incluso se rumorea que él podría reemplazarla o, la exalcaldesa de Santiago, Carolina Tohá.
¿Una nueva Bachelet?
El profesor de la U. Católica y codirector del laborario de escucha de redes SocialLab UC, cree que el error es perfilarla como una nueva Bachelet. “El objetivo de constituir una figura maternal o una Bachelet 2 me parece erróneo. Lo que necesita Chile es otra idea de Izkia. Alguien capaz de, como ya han dicho otros analistas, unir a aliados y adversarios. Yo estuve en el verano de 2019 conversando en La Moneda, tratando de darle luces al gobierno para tomar el tema de la ´dignidad´, animándolos a usar las redes sociales y a responderle directamente a Siches cuando se refería al gobierno. Y efectivamente hubo un encuentro la semana siguiente”. El académico dice que midió la percepción en las redes sociales —como gran espejo de lo que piensan los chilenos— y fue “increíble”. “Ella es un personaje capaz de dialogar y llegar a soluciones. Y eso es lo que se requiere”.
También alude a un tema cultural: “la soberbia de los médicos”, algo que ha ocurrido también por ejemplo con el exministro Mañalich. “Hay una sensación de poder y seguridad que yo creo les da la carrera, y que dificulta mucho que entiendan y comprendan la asesoría en temas muy amplios en los que ellos tienen déficit culturales. El orgullo de ella y el entorno de profesionales que ella misma eligió, en cuanto a analizar las situaciones y ver las comunicaciones, son una causa probable de los errores. De todas formas, el sector de la población que apoya al gobierno no se ha pronunciado. Por la empatía que genera Boric y por haber tenido errores menores pero simulares, la ministra tendrá espacio para seguir adelante”.
La obsesión comunicacional
El sociólogo, excandidato presidencial y uno de los conductores de “La Cosa Nostra”, Alberto Mayol aporta otros detalles: “Ella Entró a un ministerio que nadie quería tomar. Lo lógico era que fuera Giorgio Jackson, con experiencia en el mundo del estado y con liderazgo en la coalición de gobierno, pero no quiso. Izkia Siches no conocía las temáticas centrales enmarcadas en las funciones que debe cumplir en el ministerio de interior, pero tampoco puede ejercer el liderazgo del comité de ministros porque sencillamente no tiene estructura de poder en la coalición. Tampoco maneja un equipo de inteligencia que le permita saber con quién trabajar con Carabineros de Chile, por ejemplo. Y para colmo el grupo central de poder en el gobierno es fundamentalmente un club de amigos al cual ella no pertenece. Las condiciones de base nunca fueron buenas. Ella confió en sus capacidades, pero lo cierto es que los problemas del ministerio nadie ha logrado tratarlos con mínima suficiencia por años”.
Y profundiza: “Este gobierno vive hasta la obsesión centrado en los problemas comunicacionales, las operaciones comunicacionales y las consecuencias comunicacionales. En su primer video como ministro, Giorgio Jackson se mostraba trabajando en su oficina en La Moneda y mostraba que estaba leyendo El Mercurio. Y se lo pasan preocupados de qué dice la prensa que más denostan. La pregunta para saber si lo hacen bien es simple: ¿está la línea política del gobierno siendo coherente con su comunicación? Esa es la pregunta. Tener una vocera competente frente a la prensa y articulada, un Presidente talentoso ante el micrófono; no significa que sepas hacer la comunicación de gobierno. Entonces, si bien no podemos decir que desestima el trabajo comunicacional (porque incluso a veces lo considera excesivamente importante), no es menos cierto que la ausencia de una estrategia política traducida en estrategia comunicacional genera un efecto de carencia e incluso de torpeza” .
El machismo
Desde la Red de Politólogas #Nosinmujeres, la académica UC Isabel Castillo sostiene que el tema de Izkia es un caso que refleja la falta de oficio, “que es normal y común para personas que son nuevas a la política: dónde y cómo decir las cosas, sospechar de algunas informaciones recibidas. La diferencia es que su aprendizaje tiene que ocurrir en el cargo central del gabinete, por lo que el escrutinio es muy intenso y en un mundo de redes sociales no hay mucho espacio para el error.
Hay un problema también con sus equipos que parecen no estar dándole la información de manera oportuna, lo que la expone (se vio el otro día a raíz de un saqueo de supermercado, sobre el que dijo no tener información).
Y desde afuera pareciera que el episodio afectó su confianza, por lo que ha evitado seguir exponiéndose y ha mantenido un perfil más bajo”.
Lo que si sucede es que la instalación del gobierno ha sido compleja. “Es un gobierno sin experiencia previa en el Estado, salvo el Partido Socialista (y en menor medida el Comunista) que hasta ahora no es parte central de la coalición de gobierno. Posiblemente se subestimó lo que implica la instalación, la gran cantidad de cargos que debe nombrar el ejecutivo, etc. La primera vez que Piñera llegó al gobierno pasó algo similar porque tampoco tenían gente y experiencia en el Estado.
Y este gobierno tiene la dificultad adicional que está conformado por dos coaliciones distintas (Apruebo Dignidad y Convergencia Progresista proveniente de la ex Concertación) y creo que aún no se resuelve bien esa relación”.
La cientista política UDP, Nerea Palma, integrante de la misma red dice que este gobierno tiene un estilo o forma de comunicar diferente a lo que hemos estado acostumbrados en Chile. «No por eso me parece que se desestime el trabajo comunicacional. De hecho, me parece que, por ejemplo, el desempeño de la vocera de gobierno, Camila Vallejo, ha sido muy destacado, mostrando liderazgo, seguridad, y asertividad a la hora de hacer declaraciones”.
Y cierra: En lo que va de gobierno la ministra Siches ha dado pasos en falso, ha hecho declaraciones desafortunadas, y también ha cometido errores comunicacionales no forzados. Comparto la opinión de otros colegas que dicen que, en el mismo contexto, pero con un periodo de gobierno más avanzado como 6 meses o 1 año, muy probablemente, se le hubiese pedido la renuncia o ella hubiera renunciado. Sin embargo, el presidente Boric ha decidido respaldarla en más de una ocasión. Incluso después del episodio, hasta el momento, más crítico como lo fueron sus declaraciones en la Comisión de Constitución a comienzos de abril. Mi lectura es que tanto el presidente, como su círculo cercano (como el comité político) no ha querido dejar ir a una de las figuras más importantes de la campaña, en especial lo que fue la segunda vuelta. Después de todo, la cartera que se escogió para Izkia Siches fue la más importante dentro del gabinete, lo cual obviamente no fue casualidad».
En consecuencia, agrega la experta, me parece que, dada la importancia de Siches en la campaña el presidente y la cúpula de poder dentro del gobierno aún alberga esperanza que la figura de la ministra del interior recupere su liderazgo y popularidad. Ejemplo de esto fue el golpe en la mesa que significó el plazo que les dio la ministra del interior a la paralización y obstaculización de una de las carreteras más importantes del país por parte de. Desde mi punto de vista, se buscó reforzar la imagen de la ministra como una autoridad, y un rol importante dentro del gobierno. Sin embargo, no se logró el efecto deseado».
Finalmente, es difícil que la ministra vuelva a tener el liderazgo e importancia que tuvo desde la campaña presidencial. Pareciera ser que el gobierno quiere resguardar su imagen dejándola en segunda línea y confiando en otros actores, como la ministra Vallejo, para comunicar y ser uno de los rostros visibles del gobierno.