El objetivo de la Campaña es responder al “cambio de posición” del Gobierno de España respecto al Sáhara Occidental, y que el ejecutivo español retorne a la legalidad internacional.
Cerca de 400 personas se concentraron el 17 de junio, en la plaza Los Pinazo de Valencia, cerca de unas grandes superficies comerciales, en apoyo al pueblo saharaui, convocados por Zemmur (Asociación de Saharauis en Valencia); la Delegación Saharaui para la Comunidad Valenciana; el Moviment Valencià d’Ajuda al Poble Saharaui (MO VAPS) y la Plataforma Valenciana de Solidaritat amb el Poble Saharaui (PVSPS).
Con una presencia muy significativa de mujeres saharauis y en una zona de sombra (40 grados ese día a las 19,00 horas en la ciudad), dos megáfonos lanzaban consignas que los concentrados repetían: Sánchez atiende el Sáhara no se vende; Sáhara Libertad, Polisario vencerá; Marruecos asesina, España patrocina; o ¿Dónde están los derechos humanos? Además en el acto se ondearon banderas con el lema Sàhara Lliure.
La manifestación forma parte de la campaña Contra el gir del Govern. Mou-te per un Sàhara Lliure, que en el estado español impulsa la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), constituida en 2005 y de la que forman parte más de 200 colectivos agrupados en federaciones autonómicas.
El objetivo de la Campaña es responder al “cambio de posición” del Gobierno de España respecto al Sáhara Occidental, y que el ejecutivo español retorne a la legalidad internacional. Para denunciar esta “traición” y reivindicar el derecho a la autodeterminación e independencia del pueblo saharaui, están previstas –entre junio y noviembre- la organización de manifestaciones, charlas, vídeos de denuncia, encuentros y mensajes en las redes sociales.
Una de las evidencias del “giro” denunciado es la carta remitida –el pasado 14 de marzo- por el presidente del ejecutivo, Pedro Sánchez, al rey de Marruecos, Mohamed VI, en la que el dirigente socialista afirma: “España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo”.
Y “en este nuevo contexto”, añadía Sánchez, “tiene mi garantía de que España actuará con la absoluta transparencia que corresponde a un gran amigo y aliado”.
En la acción reivindicativa estaba anunciada la presencia de la activista Saharaui, Sultana Jaya, pero no pudo participar en la concentración (actualmente recibe atención médica en Alicante); la defensora de los derechos humanos ha estado sometida a 562 días de arresto domiciliario ilegal (desde noviembre de 2020) por parte de la ocupación marroquí, en la ciudad de Bojador.
“Decenas de agentes de las fuerzas de seguridad marroquíes vestidos de civil entraron en su casa (de Sultana Jaya) a las 5:30 de la mañana y la violaron; los agentes también agredieron sexualmente a su madre, de 80 años, y sus dos hermanas”, denuncia Amnistía Internacional (AI); también los efectivos policiales “dejaron un reguero de destrucción: rompieron de todo e incluso vertieron sustancias tóxicas por toda la casa”.
Brahim Bachir es miembro de Zemmur y participa en la concentración de Valencia, donde reside desde hace cuatro años (vive en el País Valenciano más de dos décadas). Informa de que las movilizaciones en la ciudad se convocarán –entre julio y noviembre- los últimos viernes de cada mes; y forman parte de las acciones previas a la manifestación estatal que se celebra en Madrid, todos los años, en noviembre.
Además Brahim Bachir recuerda que el 17 de junio se cumplió el 52 aniversario del secuestro y desaparición de Mohamed Sidi Brahim Basiri, dirigente del Movimiento de Vanguardia para la Liberación del Sáhara Occidental (es uno de los desaparecidos saharauis más antiguos); la responsabilidad de los hechos, sucedidos en 1970, recae en el colonialismo español y sus fuerzas policiales.
La desaparición de Basiri se produjo en el contexto de la represión “brutal” y “sangrienta” del Levantamiento de Zemla (El Aaiún), contra la ocupación española, añade Habibulah Mohamed, delegado del Frente Polisario en el País Valenciano. Tres años después de la masacre –en mayo de 1973-, comenzó la lucha armada del Frente Polisario.
“La represión es el pan diario en los territorios ocupados”, subraya Habibulalh Mohamed; por ejemplo, Sahara Press Service (SPS) informó el 14 de junio que estaba empeorando el estado de salud de Sidi Abdalia Ahmed Sidi Abhab, integrante del colectivo de presos de Gdeim Izik (acampada contra la ocupación marroquí en noviembre de 2010).
El activista “está sufriendo las consecuencias de la negligencia médica y discriminación racial por parte de las autoridades penitenciarias de la cárcel marroquí de Tifelt 2”, difundió la agencia informativa.
Por otra parte, estudiantes saharauis en la Universidad de Agadir han denunciado las “sentencias arbitrarias” contra Mohamed Liichi (recluido durante 20 días en una celda de aislamiento) y Hassan Alloud; además los estudiantes decidieron iniciar una huelga de hambre y protestas nocturnas contra la administración del campus (SPS, 25 de mayo).
En la concentración de la Plaza Los Pinazo de Valencia, activistas leyeron el manifiesto de la Campaña Muévete por un Sáhara Libre, que hace referencia a dos “traiciones”; la primera sucedió durante la dictadura franquista “agonizante” (el Acuerdo de Madrid, firmado en noviembre de 1975 entre España, Marruecos y Mauritania, que supuso la “entrega ilegal” del Sahara Occidental por parte de la potencia administradora, España).
La segunda “traición” se ha producido en marzo de 2022, con el “giro” del PSOE “sin consultar nuestra opinión ni tener en cuenta a las instituciones representativas”, añade el manifiesto de CEAS-Sáhara; de hecho, “según una reciente encuesta, la posición de Sánchez es compartida sólo por un 1,6% de la población y entendida por menos del 25% de la misma”.
Asimismo la coordinadora CEAS ha hecho público un argumentario del PSOE sobre la “importancia de las relaciones de España y Marruecos”; en el argumentario socialista se afirma, entre otros puntos, que estas “nuevas relaciones con nuestros vecinos nos permiten reforzar la seguridad de las fronteras de Ceuta y Melilla, y las marítimas de Canarias, asegurar el control de los flujos migratorios (…)”, además de “nuestra “integridad territorial, incluyendo Ceuta y Melilla”.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.