En defensa del trabajo académico del profesor Renán Vega y por una reivindicación de la contradicción
“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.
Bertolt Brecht
Por estos días ha circulado en los pasillos del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), un panfleto que se titula “Pedagogía del terror y Renán Vega” en el que se señalan algunas inconformidades que encuentran los anónimos autores con el profesor.
La universidad debe caracterizarse por ser el centro donde se construye el conocimiento, desde la divergencia de ideas y en el que las perspectivas diferentes se afiancen y nutran en el marco del debate y la discusión informada. No en comunicados anónimos sin fundamento que lo que denotan es una falta de argumentos, que se convierten en escraches y calumnias, realizados con el fin de descalificar el trabajo académico y riguroso del profesor Vega. Quehacer del que múltiples generaciones de estudiantes y egresados nos hemos nutrido: la disciplina, la rigurosidad académica, su inquebrantable voluntad para construir una sociedad más justa y equitativa. Valores invaluables que han agregado un valor a nuestras prácticas como futuros docentes. En el momento en que la discusión carece de fundamentos y se torna personal, la esencia del debate se esfuma dejando pocos aportes que no contribuyen a la razón de ser del conocimiento y el saber.
El aula de clases no puede perder el horizonte de la controversia, del debate en el que se defiendan posiciones informadas y argumentadas, mediadas por conceptos, teorías y categorías provenientes de múltiples lecturas que sirven para alimentar la controversia y la inteligencia. Si esto no se hace en las aulas de clase y la universidad en general, el proceso enseñanza-aprendizaje, y en últimas la formación de educadores, estaría perdiendo un pilar fundamental: el pensamiento crítico, cuestión que debe caracterizar el conocimiento y la razón de ser de la universidad misma: la universalidad del pensamiento, formadora de educadores.
La ambigüedad del “todo vale”, y la suplantación del debate por la agresión y el anónimo aplicado por grupos fascistas que operan en la Colombia hoy (por ejemplo las auto denominadas Águilas Negras), han sido la base para apaciguar la controversia, anular la diferencia mediante la violencia y la eliminación física del contrario.
El trabajo académico del profesor Renán Vega habla por sí solo. Basta solo buscar los valiosos aportes en los diferentes campos de las ciencias sociales. Su trabajo académico en Colombia y a nivel internacional, es una muestra innegable de reconocimiento y esfuerzo para que comprendamos la realidad desde una perspectiva crítica.
Asimismo, su enfoque no se puede reconocer sin recordar su insistencia en ligar lo académico con lo político. Como lo señalan varios profesores y profesoras del departamento en Ciencias Sociales, es menester tener presente que la esencia de la pedagogía radica en que la enseñanza y el aprendizaje inspiren la reflexión y la transformación de la realidad social. Poner en cuestión el título de profesor a un docente que nos ha inculcado la pasión por aprender, por leer, por los libros, por el saber, por la rigurosidad y por la crítica permanente, no puede aceptarse de ninguna manera. Lo que debemos rechazar es el facilismo y la mediocridad.
La denuncia y los ataques no pueden caer en personalismos, en infamias y mucho menos en intentos por destruir la imagen del contrario simplemente por no estar de acuerdo con su perspectiva. Invitamos a toda la comunidad universitaria a abrir las puertas del debate y la discusión, a incentivar el intercambio de ideas y conocimientos diferentes tanto en el aula de clase como fuera de ella, no en descalificaciones sin fundamento.
Alejandro Mesa, María Tovar (representante estudiantil ante el CSU),
Germán Zuluaga, Johana Celis, Edward Guillen, Daniel Bolaños Felipe Suarez, Romario Tunjano, Aura Beltrán, Jhina Cabrera, Gabriela Gómez
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