Aunque en el imaginario social haya calado la figura de Josu Jon Imaz, exconsejero de Industria del Gobierno Vasco y expresidente del partido jeltzale que ahora dirige Repsol, el salto de la Administración pública a la empresa privada en el sector energético llega a una treintena de casos, como el número dos del PNV, varios extesoreros, dos exvicelehendakaris, un expresidente del Parlamento Vasco y otros tantos exconsejeros del Gobierno Vasco.
Las puertas giratorias son una pata fundamental a la hora de caracterizar el modelo de gestión del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Los críticos con este fenómeno señalan que el constante flujo de cargos públicos hacia el sector empresarial y viceversa lleva aparejado un trasvase de información harto relevante sobre la Administración que las corporaciones utilizan después para influir e imponer sus intereses empresariales. Hacen política fuera de las instituciones, a golpe de billetera.
Según sigue la crítica, los políticos se convierten en conseguidores de contactos para la agenda corporativa y facilitan un conocimiento central para ganar las licitaciones públicas. Asimismo, en muchas ocasiones, los cargos elegidos democráticamente adjudican contratos o granjean favores a las firmas en cuyos cargos directivos terminan recalando después con el objetivo de conseguir mejores salarios en la industria o simplemente acumular más poder.
En el caso vasco, cualquier análisis de este tipo se queda corto: empresas y cargos políticos cruzan, una y otra vez, del sector público al privado. ¿Dónde empieza y acaba cada uno? Año tras año, la respuesta es cada vez más complicada y la frontera más difusa. En el sector de las energéticas hay acumuladas, según ha podido comprobar Hordago-El Salto, cerca de una treintena de puertas giratorias cruzadas por personalidades del PNV.
Muchas de estas se concentran en Iberdrola y Repsol, dos oligopolios energéticos que en los primeros nueve meses de 2022 acumularon un beneficio conjunto de 6.300 millones de euros mientras el resto de personas observaba cómo los precios subían drásticamente. Josu Jon Imaz, consejero delegado de la segunda, afirmaba recientemente con un poco de cinismo que “Europa ha fracasado, las familias tienen problemas para pagar sus facturas”. Imaz fue exconsejero de Industria del Gobierno Vasco y expresidente del PNV.
La ejemplaridad en el sector energético
Iberdrola es un gigante energético que cuenta con un ciego apoyo institucional vasco para desplegar proyectos de hidrógeno, eólicos y fotovoltaicos sin apenas regulación o control público. Iberdrola cocina, pincha, corta y reparte en la organización de la energía en este país. ¿Cómo hemos llegado a este punto?
En el consejo de administración de la eléctrica se sienta Roberto Otxandio, exalcalde del PNV en Basauri, exdirector de Euskotren y en la actualidad miembro de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la compañía. Por las direcciones de sus filiales y entidades participadas también han desfilado destacados nacionalistas como Alfonso Basagoiti, exconsejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Juan Mari Atutxa, exconsejero de Interior del Gobierno Vasco y expresidente del Parlamento Vasco, y Javier Balza, exconsejero de Interior del Gobierno Vasco.
La relación entre la política y la empresa se estrecha cuando el patrimonio o el sueldo extra de los primeros dependen de los ingresos que genere la energética. Personalidades relevantes del PNV son accionistas de Iberdrola, la compañía con su gran torre a orillas de la Ría. El portavoz adjunto del PNV en Madrid, Mikel Legarda, exviceconsejero de Seguridad y exasesor del Gobierno Vasco para Asuntos Parlamentarios, es diputado en el Congreso con 67.731 euros en juego en la empresa (con datos de 2019). Jokin Bildarratz, exalcalde de Tolosa, expresidente de Eudel, exparlamentario y exsenador, ocupa el cargo de consejero de Educación del Gobierno Vasco y cuenta con 30.168 euros en acciones de Iberdrola (también con datos de 2019).
No obstante, uno de los ejemplos para ilustrar cómo el sector energético se vigoriza gracias a los militantes del partido que más año ha gobernado en Euskadi es Repsol. Emiliano López Atxurra, exasesor de Lehendakaritza que fichó por Gas Natural Fenosa (ahora Naturgy), en la actualidad preside la petrolera. Por su parte, Mario Fernández, exconsejero de Trabajo y exvicelehendakari, fue vocal del consejo de administración de la misma empresa hasta que tuvo que dejarlo por ser condenado a seis meses de prisión en el marco del ‘caso Kutxabank’,
En la empresa siguió su esposa, Arantza Estefanía, quien actualmente figura como consejera de la empresa. Este cargo lo compatibiliza como miembro del Consejo Económico y Social Vasco de Lehendakaritza.
Repsol también ha fichado a otros consejeros del Gobierno Vasco como Javier Balza, exconsejero de Interior que trabaja en el despacho Uría Menéndez asesorando a Petronor, y José Ignacio Arrieta Heras, exconsejero de Industria que se cambió de camiseta varias veces, vistiendo el escudo de Repsol, Petronor y Naturgas. Asimismo, Antón de Madariaga, exalcalde por el Partido Nacionalista Vasco en Plentzia, fue director general y vicepresidente de Petronor.
El pequeño oasis de Muskiz
Las giratorias de Repsol para el PNV se abrieron hace muchos años con el Gobierno del municipio donde se asienta la petrolera. Gualber Atxurra, técnico de relaciones institucionales de la empresa, hizo las funciones de alcalde en Muskiz con el mismo partido.
Uno de los casos más flagrantes es el que se dio con Rufino Manterola y Amaia Ibañez, que compaginaron su trabajo en Petronor con los cargos de teniente alcalde y concejala del PNV en el municipio.
Como bien dice el mantra, la industria sigue generando puestos de trabajo para los vecinos del pueblo. Otro buen ejemplo es el de Guillermo Higuera, jefe de área en la sección de destilación de Petronor, miembro del equipo del PNV en Muskiz.
Denuncias de Podemos y EH Bildu
No
extraña que en Madrid, cuando el Grupo Parlamentario Confederal de
Unidas Podemos-En Comú Podem-En Marea presentó en el Congreso una
iniciativa relativa a eliminación de las puertas giratorias, el PNV la
rechazara “sorprendido” por “el trazo grueso” con el que se había
elaborado. “Se nos hace difícil su apoyo”, afrimaban.
Podemos ha llegado a afirmar que “de todos los partidos que practican las puertas giratorias en los consejos de administración del IBEX 35, el que tiene una mayor presencia en relación a su representación en el Congreso es el PNV de lejos”. La formación morada acusó a los nacionalistas que lidera la bicefalia entre Andoni Ortuzar e Iñigo Urkullu de torpedear la reforma eléctrica del Gobierno español por sus intereses en las energéticas y denunció que el Ministerio de Hacienda y Función Pública eludía informar sobre la implicación del PNV con las giratorias en el sector energético.
Por su parte, cuando el socialista Antonio Miguel Carmona llegó a Iberdrola, EH Bildu señaló que eso generó debate en Madrid, pero que las enormes puertas giratorias en Euskadi apenas genera discusiones más profundas en la capital española: “Aquí también se dan esas puertas giratorias, y por ser algo habitual no es normal y, mucho menos, adecuado”. Además, EH Bildu criticó entonces que “en medio de la polémica por los precios de la luz, hay exmiembros de nuestras instituciones pasando al sector energético”.
Más allá de Iberdrola y Repsol
La sombra jelkide (como se conoce a quien se autodetermina miembro del Partido del “Dios y la ley vieja”) en el sector energético es alargada y va más allá de Iberdrola y Repsol.
La segunda mayor distribuidora del Estado español, Nortegas, está presidida por Iñaki Alzaga, miembro del patronato de Fundación Agirre Lehendakaria y presidente del Grupo Noticias (conglomerado de medios de comunicación afín al PNV). Para cerrar el círculo, un exdirectivo de Nortegas, Mikel Amundarain, es el actual viceconsejero de Industria del Gobierno Vasco.
Por su parte, la quinta petrolera más grande del Estado, Esergui, ha estado presidida entre los años 2000 y 2016 por José Ramón Arriaran, exrepresentante del PNV en Juntas Generales de Gipuzkoa. Esergui es propietaria del tanque que ardió en Punta Lucero este verano pasado.
Las puertas giratorias en este sector también llevan a escenarios internacionales al cruzarla. El exvicelehendakari Jon Azua, a su vez exconsejero de Industria, fundó Fenix Oil & Gas para operar en Estados Unidos y Colombia, y además vicepresidió Guascor con proyectos en Qatar. El exconsejero de Hacienda del Gobierno Vasco, Alfonso Basagoiti, fichó por Oil&Gas Capital, con importantes intereses en el fracking, y llegó a presidir Gamesa, la multinacional de energía eólica, durante su implantación en Estados Unidos.
En Bahía Bizkaia Gas, la entidad que llegó a ser el tercer mayor receptor mundial de gas ruso tras el estallido del conflicto bélico en Ucrania, han recalado pesos pesados del partido. Joseba Aurrekoetxea, antaño número dos del PNV, fichó por Enagás y Bahía Bizkaia Gas, además, preside su filial Bahía de Bizkaia Fotovoltáica.
Cuando Juan Mari Atutxa, un histórico nacionalista, dejó la presidencia del Parlamento Vasco y Josu Bergara abandonó el cargo de Diputado General de Bizkaia, ambos ficharon, gracias a ese destacado curriculum, por Bahía Bizkaia Gas.
Sener, empresa de ingeniería que creció a la luz de la industria de las armas, cuya sede en Getxo fue registrada en 2018 en el marco de la investigación ‘del 3% catalán’, cuenta también con salto de sector público a privado. Por un lado, Pedro María Mugarra, exalto cargo del Gobierno Vasco y exdirector de comunicaciones del departamento de Interior, pasó a ser directivo de Sener. Por otro lado, un director de proyectos de la empresa getxotarra, Mikel Gurutzeaga Zubillaga, llegó a ser nombrado director de Infraestructuras del Transporte del Gobierno Vasco.
La lista sería interminable, pero la cerramos destacando a José Manuel Martiarena, exconsejero de Interior que fichó por Naturcorp y Pasaia Gas, y a Sabin Anuzita, vocal de la junta del Cluster de Energía que tras abandonar la concejalía en Bilbao ha pasado a dirigir la compañía de ingeniería eléctrica Tecuni (dedicada a la eficiencia energética de edificios).
En palabras del investigador en Comunicación Jonathan Martínez, se trata del fenómeno “homo enchufens” dentro del “zoológico de la política institucional” donde “una especie tan común que nos hemos terminado acostumbrando con resignación a su presencia”. Esa especie autóctona con eusko label (sello de calidad de la Comunidad Autónoma Vasca) no está amenazada de extinción, simplemente es una gran desconocida. De hecho, los miembros de esta especie pasan habitualmente desapercibidos.
Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, expresidente de Petronor y exvicepresidente de Gas Natural, ha sido durante muchos años el árbol totémico que no deja ver un bosque lleno de puentes entre lo privado y lo público, o viceversa, algo que le ha venido de fábula al PNV.
El fenómeno y los fenómenos
El Tribunal de Cuentas europeo ha instado a la Unión Europea para que endurezca normas y controles con el objetivo de evitar las puertas giratorias de directivos y altos funcionarios. El tribunal considera que este fenómeno provoca “conflicto de intereses y pone en peligro la integridad de las instituciones”. En este sentido, la Defensora del Pueblo europeo, Emily O’Reilly, denuncia la inacción a la Comisión Europea porque el Ejecutivo comunitario es muy “reticente a usar los poderes que tiene” para abordar este fenómeno que “afecta al corazón de la integridad y la legitimidad de la UE”. En su opinión, las puertas giratorias son explotadas “por gente hostil”, refiriéndose al modus operandi de las grandes consultoras.
En el oasis vasco, la propuesta de reforma de la Ley Reguladora del Código de Conducta y de los Conflictos de Intereses de los Cargos Públicos fue tumbada en el Parlamento Vasco con los votos de PNV y PSE-EE. Esta propuesta planteaba medidas para mejorar la regulación de los conflictos de intereses. Además, pretendía otorgar rango de ley al periodo de carencia de dos años, es decir, el tiempo que ha de transcurrir desde el abandono de un cargo público hasta que se accede a una responsabilidad en el sector privado.