La prensa gusana está de alboroto con el nuevo espectáculo anticubano inflado en Japón, alrededor del activista político contrarrevolucionario y boxeador profesional Robeisy Eloy Ramírez Carrazana.
Al nacido en la Isla, monarca de las 126 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), le tienen pactada para ayer 25 de julio en el Ariake Arena de Tokio, la primera defensa de su nuevo título frente al japonés Satoshi Shimizu. Y en víspera del 26, los batistianos y sus herederos derrotados, planificaron calentar la propaganda anticubana desde Japón.
Según un video publicado en la cuenta oficial de Ramírez Carrazana en Instagram, funcionarios de la embajada de Cuba en la nación asiática se comunicaron con la promotora local Ohashi Promotions, para solicitar que en el espectáculo deportivo no se utilizara el Himno Nacional de Cuba. Además, en un post de Facebook, informó que también se le exigió no utilizar la bandera de Cuba «ni en su ropa ni en ningún otro lugar».
Y tras estas declaraciones del activista contrarrevolucionario se ha inflado toda una campaña de “solidaridad” con “el deportista” que “el régimen comunista persigue y sabotea”, y le “prohíbe expresar sus sentimientos de cubanía”, “su respeto por los símbolos patrios”…
Hay que decir que los manipuladores de la propaganda anticubana y la guerra cognitiva saben hacer su sucio trabajo, y logran motivar y sensibilizar a su favor, y que lo hacen más allá incluso de los públicos cautivos de la contrarrevolución. Incluso, entre nosotros mismos dentro de la Revolución: La noticia en su impacto de primera instancia, provoca objeción y diferencia…
Todo lo que nos huele “a prohibición”, nos compulsa a recordar que José Martí insistía en que si la guerra es “a pensamiento”, nuestra respuesta debe ser a pensamiento. Pero pasado el impacto cognitivo, la verdad queda establecida: Precisamente la recomendación martiana nos alerta, para no dejarnos sensibilizar con las trampas de sentimiento, menos demos espacio al prejuicioso expediente “del probable funcionario” equivocado”.
Lo primero que debemos atender es a la fuente de la información: Se trata de lo que dice quien se nos presenta como “deportista y patriota insultado”, impedido de rendir homenaje en su “condición de cubano” a los símbolos patrios.
Las autoridades cubanas no se han referido a las declaraciones de Ramírez Carrazana. Y lo que sí puedo asegurar porque llevo más de treinta años en estudios y vínculos directos con nuestros diplomáticos, es la alta profesionalidad y el estricto apego a la ley que se les reconoce en el ámbito internacional, hasta por los adversarios. También son serios y profesionales los directivos de la Federación Cubana de Boxeo, que es la institución encargada de dirigir, organizar y representar a los boxeadores cubanos y sus actividades en el mundo. Y si bien apreciaría lo que pudieran aportar los directivos y funcionarios conocedores del asunto, sé que no me equivoco cuando afirmo que el show contrarrevolucionario estaba ya montado actuaran o no funcionarios de nuestra Embajada.
No seamos ingenuos: Japón es un país donde tenemos muchos amigos, amplias relaciones culturales, deportistas contratados y socios económicos importantes, y en el hacer hostil de los batistianos también debe estar la mano del Departamento de Estado de USA y de los servicios especiales del imperio, en su incansable oficio de desprestigiar la imagen de Cuba revolucionaria, de mentir y obstaculizar.
Y este es un asunto de confrontación ética y también política.
Como recordaremos muchos, Ramírez Carrazana doble campeón olímpico desertó en julio de 2018 del equipo que representaría a nuestra patria en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla. El equipo de nuestra nación se entrenaba entonces en la ciudad mexicana de Aguascalientes y el abandono de deportista nos hizo una baja de significación…
La actitud de Ramírez Carrazana fue criticada en su momento con mesura, no se “politizó” ni se le asumió en la categoría política de “traidor”, si en la magnitud del repudio moral a quien opta por sus apetitos de estómago. (http://www.cubadebate.cu/ noticias /2018 /07/05/boxeador-cubano-robeisy-ramirez-abandona-la-seleccion-en-mexico/).
La caza y compra de talentos deportivos ha producido bajas en las escuadras cubanas, el incentivo de hacerse millonarios funciona. Quienes se van son víctimas de la maquinaria del capital montada a escala global, enfilada además a los efectos de dañar al deporte cubano.
Ramírez Carrazana tras abandonar el equipo-Cuba peleó como bien aprendió aquí, y obtuvo un fajín de campeón en la OMB. Se calcula según cifras oficiales de sus contratos más recientes, que ha acumulado ganancias de entre 3 y 4 millones de dólares.
Pero los éxitos en campeonatos y en dinero, no borran su abandono del equipo-Cuba a las puertas de una importante competencia, No puede hacer olvidar la vergüenza de quienes por Cienfuegos lo amaban y tenían por muchacho querido. Cuba por demás debe establecer la diferencia con quienes resisten y no claudican. Entonces la vergüenza resulta en protagonista incuestionable y coloca en primer plano la cuestión moral:
¿Un deportista desertor, luego de dejar a su equipo y afectar el desempeño colectivo del país, merece honrar el himno y la bandera que abandonó? ¿Merece entrar a un ring con las notas del himno de Bayamo, merece portar las insignias patrias como lo hacen sus compañeros que no renunciaron?
Y en cuanto a Ramírez Carrazana, junto a la ética, funciona la política: Y la peor política: La de los terroristas y odiadores que el mismo asumió.
Ramírez Carrazana no solo se dedicó “al deporte” y a la vida burguesa que le proporciona sus finanzas. En paralelo ha hecho carrera en la contrarrevolución, y se convirtió en figura frecuente en los medios de la mafia miamense, donde hace gala de un furibundo anticomunismo: “Si regreso a Cuba es porque se cayó el comunismo!” proclamó en la prensa gusana (https://www. facebook.com/DIARIODECUBA/posts/10161770698062796/…).
Y claro que Ramírez Carrazana resultó en activo promotor de la plataforma divisionista que intenta robarnos nuestra vocación fidelista de ser hombres y mujeres de patria y vida. Más, emulando la guapería a 90 millas de sus nuevos amigos terroristas declaró: “Si tengo que ir a tirarle tiros a los comunista voy” (https://www. youtube.com/watch?v=fTmavQpSIWw). Y este odiador es el Robeisy Eloy Ramírez Carrazana que hoy anda por Tokio. Desde nuestro caimán nos da pena ver en lo que se ha convertido este joven nacido entre nosotros.
Robeisy Eloy Ramírez Carrazana junto a sus socios mafiosos, grita sus odios por las redes. Ese es su espacio. El único que tiene. Más allá de su espectáculo bien nos conoce este activista de la contrarrevolución: Sabe que somos gente de paz, de patria y vida, porque además somos de Patria o Muerte!
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