No creo que el autodefinido “activista social” Fernando Dorado, defensor del proyecto progresista del presidente Petro y quien escribiera una columna vecina a la mía en en portal Rebelión.org, subestimando el comentario que hice a un artículo muy enjundioso del filósofo comunista y profesor universitario Sergio de Zubiría sobre el sistema de contradicciones del progresismo colombiano, no conozca las categorías científicas de sistema, y menos la de contradicción dialéctica, base de la concepción del mundo materialista y fundamento esencial de la dialéctica establecida por Marx y Engels, llevada a la práctica especialmente por Lenin, Mao, Hochiminh, Fidel Castro y por los tantos otros militantes del marxismo revolucionario que durante siglos, en todo el mundo han sido.
Tampoco da impresión es sus escritos y auto presentaciones, que desconozca las categorías científicas de capitalismo, imperialismo (como fase superior de este Modo de Producción) izquierda, progresismo, clases sociales, e incluso oligarquía, ya que nos sindica en la columna en comento, de estar contribuyendo (¿voluntaria o involuntariamente?) con nuestros escritos a la campaña mediática de desprestigio contra el presidente Petro.
Trato de explicármelo con dos hipótesis: Una, que definitivamente la influencia del pensamiento escolástico y clerical en Colombia, que niega las contradicciones objetivas como base del movimiento real del mundo y la sociedad, es tan fuerte y profundo que es imposible desligarlo de la actividad social de algunas personas. Otra es un poco más compleja y tiene que ver con la mala intención que siempre acompaña a todo contrabandista, sean ellos de mercancías o sean contrabandistas ideológicos como por ejemplo la dupla post marxista y posmodernista de Laclau-Mouffe, ideólogos de los llamados “populismos latinoamericanos radicales”, que en sus escritos muy difundidos por los centros ideológicos del Imperialismo global, enseñaron a algunos incautos a jugar con la “contradictio in subjecto” de que hay mucha niebla pero excelente visibilidad, para que desconocieran o mejor, negaran el sistema total de contradicciones objetivasy reales, con el fin de reemplazarlas por antagonismos, significantes, y términos confusos y vacíos.
Pej : A la lucha por la tierra, basta cambiarle el significante a tierra y reemplazarlo por techo, o por trabajo, y se obtendrá una movilización social igual. O cambiar marxismo por izquierda, y esta por progresismo y listo, a la lucha. O capitalismo por imperialismo y este por el nombre de un país hegemónico y así se dará la sensación de estar luchando por la soberanía nacional. Con lo cual se confirmará la hipótesis teórica de Laclau de que el populismo radical puede llevar a grandes reformas y hasta a una revolución social. La que a la larga y dada la confusión deliberada de los conceptos científicos, específicos, distintos y hasta contradictorios; termina siendo una revolución desde arriba (como Gramsci denominaba al fascismo) que cambiaría todo para que todo siga igual ¿Les suena? : El gatoPardo convertido en liebre.
Pero como la realidad en Colombia se mueve y más aprisa de lo que vemos; para mayor incomodidad de quienes desde una pretendida izquierda y peor, desde el marxismo revolucionario niegan o desprecian las contradicciones objetivas en el movimiento de la sociedad; al llamado progresismo colombiano le han aparecido de la noche a la mañana otras tres contradicciones objetivas que se suman a las que el filósofo y profesor universitario comunista de Zubiría describió en su artículo de la revista izquierda; que yo me atrevería a calificar de más que peligrosas:
Una; Nepotismo de la familia Petro, que como lo ha reseñado la prensa internacional ha puesto en aprietos la gobernabilidad del Estado colombiano, al haber convertido la familia presidencial en una verdadera cuña del mismo palo y fuente de deslegitimación por haber contribuido a llevar a su consanguíneo al máximo poder democrático en Colombia : Uno, el hijo, por compra de millones de votos con dineros del narcotráfico, y otro, el hermano, por otros tantos millones de votos ordenados por mafiosos, desde las cárceles donde se encuentran, para obtener en contraprestación el llamado perdón social como parte integrante de la llamada paz total.
Dos: La inculpación como criminal de guerra que ha hecho la justicia para la paz JEP al famoso general uribista-santista, Mario Montoya, cuyo perfil ha sido excelentemente mostrado por la periodista Constanza Viera en el periódico español Publico.es (Favor no se pierda esta nota https://www.publico.es/internacional/fabula-general-falsos-positivos-colombia.html , que ha terminado por armar el rompecabezas de la última fase de la Contrainsurgencia imperialista en Colombia desde 1998, iniciada en el gobierno de Pastrana con el archiconocido Plan Colombia, continuado por los el “Uribato” ( dos gobiernos del matarife Uribe Vélez 2002- 2010) Los dos gobiernos del pérfido y sanguinario JM Santos 2010-2018. Y por el gobierno del Pelele armado Uribista Duque (2018-2022) a quien reemplazó el presidente progresista Petro.
Tres : El enrarecimiento del problema agrario y la paz en Colombia, con el caso del ganadero y representante del poder terrateniente señor José Félix Lafaurie, nombrado por el presidente Petro como negociador de paz del Gobierno en el proceso con el ejército de liberación nacional ELN, cuyo perfil personal era bien conocido antes de su nombramiento. (Ver columnas de denuncia del periodista investigador Yohir Akerman https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/yohir-akerman/camuflado-de-civil/ ) que aclaró sus estrechos vínculos con la Contrainsurgencia narco paramilitar que despojó a 8 millones de campesinos de 8 millones de hectáreas, y convirtió la tierra en la alcancía del capital en proceso de acumulación, y, quien hace unos días ha entrado en contradicción con el presidente, a quien le ha dicho que ningún propietario colombiano se dejará quitar un centímetro de tierra, para lo cual revivirá las “brigadas solidarias ganaderas” (¿modernas convivir?) que los experimentados campesinos, indígenas y afrodescendientes conocen en carne propia desde hace 70 años. (Ver nota https://www.elespectador.com/opinion/columnistas/yohir-akerman/camuflado-de-civil/ )
Si, a lo anterior agregamos las declaraciones del fundador del narco paramilitarismo colombiano Salvatore Mancuso, podemos entonces tener claro ya no solo el rompecabezas de la cúpula presidencial contrainsurgente mencionada dos párrafos arriba, sino la conformación de todo un Bloque de Poder dominante (anticomunista) cuya ideología contrainsurgente ha sido el pegante que los ha cohesionado: Pastrana con Uribe Vélez, con JM Santos ( a pesar de su pretendida rivalidad personal) con Duque, con el carnicero general Montoya, con Mancuso y con José Félix Lafaurie, el negociador de paz con el ELN.
Ergo: ¿ Habrá que aclarar algo más sobre el sistema de contradicciones del progresismo en Colombia?
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