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Operación Perseo y la Guerra de Petro

Fuentes: Rebelión

La militarización del Plateado, en el corazón del cañón del Micay es una obsesión de Petro desde el día uno de su gobierno. Algunos dicen que es por riquezas minerales, otros que sería por la intención de construir una represa hidroeléctrica, otros sencillamente que por pura contrainsurgencia. Lo cierto es que Petro dio directamente la […]

Las Fuerzas Militares de Colombia han iniciado la Operación Perseo, Más de 1400 uniformados están desplegado en la zona

La militarización del Plateado, en el corazón del cañón del Micay es una obsesión de Petro desde el día uno de su gobierno. Algunos dicen que es por riquezas minerales, otros que sería por la intención de construir una represa hidroeléctrica, otros sencillamente que por pura contrainsurgencia.

Lo cierto es que Petro dio directamente la orden para la entrada del ejército en las primeras horas del 12 de octubre (con talante de conquistadores, vaya qué paradoja) con toda la fuerza de blindados, artillería y fuerza aérea. Dicen que llegan a proteger a una población que los rechaza, y que ya cuenta más de una docena de heridos como víctimas de esa curiosa forma de protección.

Y no solamente llegaron los soldados, junto a ellos, llegaron sus fuerzas auxiliares de la Segunda Marquetalia, como lo denunciaron los dirigentes de la Junta de Acción Comunal de ese corregimiento. Al final de cuentas, es la puta guerra, como decía el General Hernando Herrera, quien fue el arquitecto de la alianza entre la banda de Pocillo, hoy afiliada a la Segunda Marquetalia, y el ejército. Esta alianza entre el ejército y esta banda que es la que realmente controla los cristalizaderos en el municipio, está documentada y reconocida por el propio general, como consta en los audios que dieron a conocer los medios en su momento.

La población los rechaza, los han rodeado y han hecho fuertes declaraciones en un video donde estaban reunidos en el polideportivo del Plateado en asamblea, diciendo que lucharán” hasta que la Fuerza Pública abandone nuestro territorio”. Le dicen claramente a Petro que “exigimos al Estado retire la bota militar que no goza de nuestra confianza. Si hay presencia del Gobierno que sea con inversión social para vías y proyectos productivos y no con balas y bombas (…) presidente Gustavo Petro a usted no le están contando toda la verdad. Venga a nuestra región y verifique nuestras denuncias. Lo responsabilizaremos de toda acción en nuestra contra. Si este clamor no tiene eco en sus oídos, pasaremos a las vías de hecho y movilizaremos a todo el sur del país hasta que usted escuche al pueblo que lo apoyo en las urnas”. 

A la movilización popular se respondió con violencia, con un ataque de drones del que el pueblo responsabiliza al ejército, aunque los medios culpan a las fuerzas guerrilleras. Este ataque, hay que decirlo, se da en medio de constantes ataques y amenazas de Petro en las redes sociales, en que amenaza con bombardeos, en que acusa a las organizaciones comunitarias legitimadas y consolidadas en la región de estar instrumentalizadas por la guerrilla, a la vez que dice que atacará a los “traquetos” como una manera velada de estigmatizar a una población que por décadas ha dependido de la coca y que ha vivido muchas veces la violencia de las erradicaciones. La llegada de algunos ministros del gabinete de Petro, encabezados por el ministro de Defensa, para darse un paseo por el caserío, se da en medio de estas amenazas y en medio de la bota militar. En lugar de generar confianza, genera más zozobra.

Mientras tanto, las guerrillas de las FARC-EP de Mordisco, le siguen dando golpes y batalla al ejército, tanto en el Cañón de Micay como en otras regiones del Cauca. Recordemos que el gobierno terminó las negociaciones con Iván Mordisco de manera unilateral, argumentando que el cese bilateral con este grupo heredero de las FARC-EP no estaba dando los resultados esperados. Sin embargo, los hechos hablan por sí solos. La confrontación en el Cauca, y en todo el sur del país, ha escalado y el gobierno cada vez más va abandonando la retórica de la paz total y comienza a parecerse, en su estrategia de consolidación en estos territorios, más y más a lo que supuestamente tanto odiaba: al uribismo.

Su Plan Cauca y la Operación Perseo parecen calcados al Plan Colombia y al Plan Patriota. Promesas de inversión social cuando erradiquen, y mientras tanto, bombardeos, hambre y plomo. Sus discursos en la ONU se quedaron en eso, en discursos, mientras Petro abraza la llamada Guerra contra las Drogas y como el cerdo de la Granja de los Animales, se mira al espejo y cada vez se parece más al amo de antes. Así parece que la paz total quedará sepultada en El Plateado.  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.