El imperialismo es un mismo crimen con el Estado sionista, como siameses que fundan sus nombres fatales sobre la industria de la guerra y el dólar, del hambre y el sometimiento, de la piel deshecha y vuelta jirones irreconocibles de las niñas y niños de nuestra Palestina.
Este 4 de julio de 2025, integrantes de la articulación política y social Plataforma Anticapitalista y Popular, realizaron una acción antiimperialista en las puertas de la embajada de Estados Unidos en Santiago, comuna de Las Condes, al mediodía.
Junto con desplegar un lienzo y vitorear consignas en solidaridad con la causa de Palestina, leyeron una declaración donde señalaron que «Cada estrella de esa bandera es el reflejo del puñal con que la entidad sionista de Israel intenta descorazonar el pecho del pueblo de oliveros, pastores, campesinos y luchadores palestinos» y que «El imperialismo estadounidense ha matado y saqueado a más de 70 pueblos del mundo, directa e indirectamente. El imperialismo es un mismo crimen con el Estado sionista, como siameses que fundan sus nombres fatales sobre la industria de la guerra y el dólar, del hambre y el sometimiento, de la piel deshecha y vuelta jirones irreconocibles de las niñas y niños de nuestra Palestina.
Bajo los drones y los bombardeos; bajo el supremacismo espantoso de la Norteamérica sionista; bajo el genocidio transmitido en tiempo real por los medios psicópatas, existe un pueblo que entierra a sus hijos cada día de la ocupación, como si fueran flores oscurecidas por el horror. El ente sionista y los Estados Unidos, a contrarreloj, entre palestinos asesinados y malheridos casi llegan a los 200 mil. Despojan de vida a la Palestina nuestra con munición, hambre, desnutrición, prohibiendo la entrega humanitaria de alimentos y agua, destruyendo hospitales y escuelas; violando una y otra vez el derecho internacional, los tratados, las Naciones Unidas. El imperialismo gringo y sionista impone, por segundo, el riesgo de una conflagración atómica mundial».
Asimismo, añadieron que «Los enemigos de la humanidad, esas clases opresores blancas y patriarcales, racistas e insaciables de ganancia, quieren para sí toda Asia Occidental. Si tras la peste de la ocupación política y militar quedan almas sobre ese suelo árabe, sufrirán la suerte de los esclavos y el despojo colonialista. ¿Será posible que los pueblos del planeta no pongamos fin al paso de los cuchillos repetidos?
Estamos al fin del mundo, al borde del polo austral. Pero ya no hay lugar seguro donde no nos asalte la dentadura del infierno. Hace tiempo que el imperialismo gringo-sionista se regocija en nuestro hogar común como si fuera dueño de cada vértebra andina».
Y terminaron planteando que «Hoy 4 de julio, plantamos juicio, corazón y resistencia frente a la embajada de la infamia en Chile. Venimos de la tradición insumisa y la arteria rebelde de la historia. No esperamos nada de la administración del Estado súbdito chileno. Por el contrario. Conocemos sobradamente de sus genuflexiones ante sus amos. Por eso, nosotros, pueblo trabajador y originario, nos declaramos las y los palestinos de América Latina.
Hemos nacido para vencer la muerte y celebrar la vida. Como parte desde ahora del pueblo palestino, nos declaramos voluntad y empeño colectivo para la libertad y la justicia plena».
