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El fortalecimiento de la organización del Movimiento 26 de Julio en 1959 en Baracoa

Fuentes: Rebelión

En estos momentos trascendentales para Cuba la juventud tiene que demostrar lo que es y lo que puede. Tiene que demostrar que es firme, que es limpia, que es desinteresada, que es luchadora, que es abnegada, que es estudiosa.

LA CONVOCATORIA

Existía un asedio continuo de las tropas del Ejército Rebelde al Escuadrón Militar de la tiranía que se asentaba en la ciudad de Baracoa y se produjo el intercambio con su jefe a principios de diciembre para que pactara la rendición.

El Comandante Raúl Castro jefe del Segundo Frente Rebelde expresaba en la carta al Teniente Blanco lo siguiente: “Conociendo de sus contactos con el capitán Zapata, jefe de una de las compañías de la Columna 18 «Antonio López Fernández», que manda el comandante Félix Pena, aprovecho la oportunidad de esa vía para enviarle adjuntas las bases de la rendición que hemos establecido sobre los objetivos militares sitiados por nuestro Ejército Revolucionario, así como las instrucciones emitidas por nuestro máximo líder, Fidel Castro Ruz”.

El alto mando del Ejército de Batista optó por la apresurada evacuación de todas sus fuerzas por vía marítima para evitar la derrota y rendición y, además, reforzar a las tropas de la asediada Santiago de Cuba.

Con la ocupación de de la ciudad de Baracoa el 27 de diciembre de 1958 por las tropas de la columna rebelde del Comandante Félix Pena y las fuerzas revolucionarias clandestinas, pronto se inició el proceso de la creación y funcionamiento de los órganos militares, gubernamentales y revolucionarios del Movimiento 26 de Julio, lo cual se acentuó después del triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959.

El 21 de junio se produjo la visita de Fidel y el acto masivo con la población baracoense que esclareció inquietudes y definió las orientaciones y las medidas que se proponía el Gobierno Revolucionario para enfrentar el desarrollo requerido en aquellas circunstancias. Fue un hito importante en ese año esta visita por las orientaciones trazadas personalmente a la dirección revolucionaria y, en su discurso, al pueblo.

Una vez concluida aquella fase inicial del poder revolucionario, el Movimiento 26 de Julio se propuso la labor de reorganización ya se contaba con las comunicaciones y directivas del nivel provincial asentado en Santiago de Cuba, representada por el Coordinador Casto Amador y el representante del sector estudiantil Willy Hodge.

Fue en estas circunstancias que se produjo la convocatoria por la Coordinación, a cargo de la Sección Estudiantil, para la reunión con los miembros del movimiento revolucionario 26 de julio y colaboradores en la sede (Casa del 26) a celebrarse el 30 de Octubre de 1959, a las 8 p.m. En la misma se expresaba lo siguiente:

Compañeros de ideales:

Razones poderosas nos impelen a escribirles. Ninguna razón más poderosa que la que emana de la obligación y el deber que tenemos todos de servir a la patria. Te escribimos porque conocemos de tu conducta y proceder ante los acontecimientos nacionales, y sabemos que siempre estuviste dispuesto a sacrificarte por la causa del pueblo cubano, empeñado desde hace años en barrer con la escoria y la podredumbre, para poder vivir decentemente, sin máculas algunas que infamara el decoro y dignidad.

Conocemos, compañero, tu preocupación porque la situación cubana cambiara completamente y porque el país se encausara por caminos de libertad y decencia. Y que por brindarle a Cuba esa oportunidad, luchaste denodadamente por derrocar a la tiranía. Pero sabemos, además, que tu ideal no era únicamente derribar al tirano, sino ver que se llevaran a cabo las profundas transformaciones de que estaba urgido el país. Sabemos de tus sueños de ver este amanecer rutilante de la vida cubana, este renacer de esperanzas y de fe firme en nuestro destino.

Pero, compañero, para realizar la gran obra que tenemos por delante, es necesario de tu esfuerzo y ayuda, así como es necesario el de todos los hombres y mujeres que contribuyeron con su acción a la llegada de estos momentos excepcionales. Compañero, es necesario que comprendas que la lucha no puede terminar, porque a pesar que triunfamos en la insurrección, el verdadero triunfo de la Revolución no se ha producido todavía: el triunfo de la Revolución se está forjando día tras días en la batalla incesante por arrancarle al futuro nuestro progreso y felicidad.

No es cuestión, pues, compañero, de creer que ya hemos llegado al final del camino. No es cuestión de creer que ya no somos imprescindibles ni necesarios, ni creer que otros pueden hacer nuestra labor. No, compañero. Todos somos necesarios en esta lucha de recuperación nacional. La Revolución necesita, ahora más que nunca, la ayuda y cooperación, no sólo de los que luchábamos en la insurrección, sino también, la cooperación y la ayuda de los elementos limpios y puros que nada hicieron en la etapa bélica. Y debemos comprender que la obra grande e inmensa que la Revolución se propone realizar, no puede descansar en hombros de unos cuantos ni en hombros de unos muchos, tiene que descansar en los hombros de todos, en los hombros de todos los hombres que sienten amor profundo por Cuba.

¿Que se han cometido errores que pensábamos que no se cometerían? ¿Que algunos compañeros han cometido faltas y no han procedido de la manera más correcta? ¿Que se desconoció nuestra labor, que no se contó con nosotros a la hora del triunfo? Todo eso ha pasado, compañero, pero es bueno que comprendas que en cosas de hombres, mucho de esto es inevitable. ¿Acaso vas a abandonar tus ideales por esas pequeñeces?. Sabemos que no. Te conocemos bien. Y no es de buenos patriotas permanecer indiferentes y apartados cuando ven que se afecta a cualquiera en sentido revolucionario y a la patria. Y queremos que sepan que todo lo que afecte en cualquier sentido a la Revolución, perjudica, en consecuencia, a la Patria. Debes, pues, proseguir en las filas, junto a tus compañeros. Juntos podemos trabajar para perfeccionar la obra de la Revolución, para rectificar y subsanar los errores en que incurran otros compañeros y nosotros mismos. En fin, eso es parte de la labor de los revolucionarios.

No olvides que la Revolución no ha terminado aún. No olvides que ella necesita del esfuerzo unificado de todos. No olvides que hay muchas cosas por hacer en nuestro pueblo. Que la revolución no sea ahora algo extraño para nosotros y que el desinterés sea norma de nuestros actos. Debemos laborar dentro de la Revolución con el mismo fervor y entusiasmo que mostramos ayer cuando combatíamos al Tirano. Que no nos importen las posiciones ni los cargos. Pensemos que los cargos son de carácter transitorio. Lo permanente y eterno es la responsabilidad que tenemos ante nuestro pueblo y ante nuestra conciencia.

Para trabajar desinteresadamente te llamamos. Esperamos que tu respuesta sea positiva, y concurras al local de la CASA DEL 26 DE JULIO, para tratar sobre cuestiones revolucionarias, organizarnos en secciones juveniles del Movimiento 26-7 y trazar un plan de trabajo y lucha.

LA REUNIÓN

Las palabras del Responsable de la Sección Estudiantil como miembro de la Dirección Municipal del Movimiento 26 de Julio en la sede de la organización aquel 30 de Octubre de 1959, a las 8 p.m, fueron las siguientes:

Compañeros:

Hace diez meses desde el triunfo de la Revolución sobre la tiranía. Hace más de cuatro meses que el Movimiento 26 de Julio fue organizado oficialmente en Baracoa. Y a pesar que ha pasado tanto tiempo desde entonces, hasta ahora no se les había llamado para hablar con ustedes, para intercambiar ideas con ustedes, para trazar planes con ustedes y para contar con ustedes. Yo puedo asegurarles que era nuestro criterio y nuestro mayor deseo convocarlos a ustedes a esta Casa del 26. Porque somos de la creencia que no puede primar el exclusivismo en el Movimiento 26 de Julio, que no puede la Dirección Municipal del 26 de Julio, encerrarse en un círculo exclusivista, que no puede desarrollar sus funciones sin hacer participantes de la misma a quienes le brindan apoyo y fuerza representativa, a quienes iniciaron y laboraron dentro de ese Movimiento, y que por lo tanto, tienen el derecho de ser participantes y actuantes, así como estar identificados plenamente con la obra que se está realizando en la paz.

Hay muchos compañeros que se sienten heridos porque no se les había llamado. Nosotros comprendemos eso, y les damos parte de la razón, ya que ellos no saben a qué se debía. Quizás esto fue debido a que nosotros no supimos actuar con la rapidez y la eficacia necesarias. Pero queremos decirles que estos meses, a pesar de que casi no realizamos labor exterior o pública alguna, fueron quizás los de más preocupación, los más amargos, los más irritantes. Porque solos tuvimos afrontar problemas serios. Tuvimos que hacer frente a los problemas de trabajo, y a los problemas burocráticos o de puestos públicos. Tuvimos que hacer frente y preocuparnos por muchos otros problemas,

. Y así ha pasado el tiempo, y es ahora cuando nos estamos encaminando con paso firme hacia una organización perfecta. Y es ahora, con un poco más de orientaciones, ya que varios compañeros han sido citados a Santiago de Cuba para recibirlas, y ya con bastante organización interna, es cuando los llamamos a ustedes para lanzar gigantescas campañas que siembren en todos los corazones ciudadanos los ideales de la Revolución, y prepararnos para, si es preciso, hacer frente a los enemigos de la Revolución, en la forma que lo demanden las circunstancias con la creación de las milicias.

Somos jóvenes todos los que aquí estamos. Somos, creo, una gran parte de la juventud baracoense, con responsabilidad, con ideales que defender, con ideas que exponer, y con anhelos de ser útiles. Debemos, pues, estar conscientes de lo que la condición de jóvenes nos exige en estos momentos trascendentales para Cuba, y cuando la juventud tiene que demostrar lo que es y lo que puede. Tiene que demostrar que es firme, que es limpia, que es desinteresada, que es luchadora, que es abnegada, que es estudiosa. Y tiene que demostrar que sólo ella puede coronar la obra grande de la Revolución, porque sólo ella tiene fuerzas suficientes para hacerlo y mente limpia de prejuicios.

Sabemos cómo desalientan las cosas mal hechas. Sabemos lo que produce el ver a un compañero que se le sube el cargo a la cabeza. Sabemos cómo indigna ver a gente que se quiere coger para ellos a la Revolución. Y sabemos cómo desalienta ver a alguien procediendo a sus antojos y caprichos, e inclusive ver que algunos estén politiqueando en plena Revolución. Pero debemos comprender que todo esto es pasajero, que no son más que rezagos del pasado, y que aunque parezca que siempre flotarán como un corcho, en su momento oportuno tendrán que desaparecer, porque no encontrarán ambiente donde desarrollarse y donde vegetar.

Todos los que traten de comerciar o politiquear, utilizando a la Revolución y su Movimiento como instrumento de su ambición y malignidad, sufrirán indefectiblemente la sanción que merecen individuos tan despreciables. Pese a todo lo malo que se vea no se puede echar para atrás. Debemos dar un paso hacia adelante, para evitar que lo malo y lo podrido se vaya a adueñar de la Revolución.

Debemos comprender que la obra de la Revolución es perfectible, es decir, que a medida que pase el tiempo su obra se va haciendo más perfecta, y todo lo malo y podrido que se encuentre dentro de la Revolución será extirpado y desechado.

Bueno, y para terminar estas palabras y entrar en otra materia, debo recordarles que la Dirección Municipal sola no es el Movimiento 26 de Julio. El Movimiento 26 de Julio son ustedes. El Movimiento 26 de Julio es todo el pueblo. Y como miembros que somos todos del Movimiento 26 de Julio, debemos cooperar en todo lo que esté a nuestro alcance, en toda labor que se nos asigne y en todo lo que contribuya a levantar el prestigio del Movimiento 26 de Julio.

Ahora hay que tener presente que según el llamado de Fidel para crear las Milicias Revolucionarias en el país, nosotros somos la milicia de esta nueva etapa y debemos prepararnos para iniciar el entrenamiento militar. Así que pronto seremos soldados de la Revolución. Y además dentro de las filas del movimiento integraremos distintas comisiones como la juvenil, de adoctrinamiento, de propaganda, de cultura, de educación y de desarrollo artístico.

Damos las palabras para plantear sus preocupaciones y sus opiniones y propuestas.

Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular, Consultante, Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio al Mérito Científico del Minsap por la obra de toda la vida.

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