«A mediados del siglo XIX, un pequeño grupo de réprobos, izquierdistas y perseguidos, declararon con grandilocuencia que no eran ellos sino sus enemigos, los grandes poderes de Europa, quienes sufrían el acoso de un fantasma. Así comienza el Manifiesto comunista». Con estas palabras abre esta magnífica y apasionante aproximación (de obligada lectura para lectores comunistas… y no comunistas) a uno de los escritos clásicos de la tradición marx-engelsiana.
Las coordenadas poliéticas de China Miéville (autor multipremiado –tres veces el Arthur C. Clarke, dos veces el British Fantasy Award, cuatro veces el Locus Award a la mejor novela fantástica–f de numerosas obras de ficción y no ficción, por ejemplo Octubre, La historia de la revolución rusa): «Al igual que los autores del Manifiesto, no creo que sea irrelevante la generalizada y masiva miseria del mundo, los insoportables listados de privaciones y depravaciones; y tampoco que todo ello carezca de conexión con el sistema económico que domina el actual orden de cosas». Tampoco cree CM que la pobreza de los pobres esté desconectada de la riqueza de los ricos «ni que la importancia de aquellos a los que se les ha arrebatado el poder no guarde relación con el poder de los poderosos».
El libro que tienes en tus manos, señala CM, «no pretende ser una evaluación exhaustiva del Manifiesto o sus argumentos» (aunque está muy cerca de ello en mi opinión). Está pensando como una introducción a «un texto indispensable, teniendo en mente el lector curioso y de mente abierta». No se presupone ningún conocimiento previo. Incluye resúmenes y Miéville cita muchas secciones del Manifiesto. El autor «ha intentando hacer que este libro, en la mayor medida posible, se mantenga en pie por sí solo, sin dejar de hacer honor al trabajo de académicos y activistas del que se nutre». Por esa razón el ensayo está lleno de ecos: «no dejar de citar, de nombrar, aunque sea de paso, y de decir lo que otros dijeron antes». Por si faltara algo, para lectores interesados en investigar la literatura al respecto (básicamente anglosajona), «en las notas he mencionado y profundizado en diversos debates, discusiones y referencias, a las que solo puedo aludir en el texto principal».
Un espectro recorre el mundo consta de una introducción, seis capítulos: 1. Sobre el Manifiesto y la forma de manifiesto. 2. El Manifiesto Comunista en su época. 3. Un panorama general del Manifiesto. 4. Evaluando el Manifiesto. 5. Críticas del Manifiesto. 6. El Manifiesto Comunista, hoy, el epílogo: «Un catecismo comunista (a partir de Engels)», y cinco anexos complementarios: el texto del Manifiesto del Partido comunista (en la edición original se da la traducción de Samuel Moore, con la cooperación de Engels, de 1888; en la edición castellana se da la traducción a nuestro idioma de Juanmari Madariaga publicada por la propia editorial en 2023, añadiendo la numeración especial de China Miéville y sus notas al pie) y los prefacios a la edición alemana de 1872, la rusa de 1882 y la alemana de 1883, más el prefacio de Engels (en solitario, Marx ya había fallecido) a la edición inglesa de 1888.
Sobre su contenido (p. 15): el primer capítulo es una breve nota sobre el propio formato de «manifiesto»; el 2º recrea el contexto histórico del MC y explora el lugar que ocupa el texto dentro del marco general del pensamiento de Marx y Engels; el 3º incluye una exposición abreviada del Manifiesto y los epílogos de mayor relevancia que acumuló con el paso del tiempo. En el 4º el autor desentraña algunas de las afirmaciones clave del MC, para evaluarlo en cuanto obra de historia, política, economía y ética (en nota: «estos no son todos los posibles enfoques… Por ejemplo, quedan pendientes debates de cierta importancia alrededor de la aproximación fascinante del Manifiesto a la cultura, aunque sea muy parcial y defectuosa»). El margen entre los capítulos 4º y 5º es poroso: «en general, el primero pretende explicar y evaluar las afirmaciones y conceptos centrales del MC, y abordar con relativa concisión las críticas como parte integral del mismo proceso, mientras que el foco del siguiente capítulo [el 5º] se sitúa más directamente sobre algunas de las críticas del documento que me parecen más importantes». El 6º sopesa el valor del MC en nuestra época febril, «para aplicar sus invectivas y exhortaciones a las crisis que afrontamos, cada vez más aceleradamente, y para preguntarnos qué es lo que debemos descartar y lo que podríamos tomar ahora del Manifiesto: es decir, si de algún modo puede servirnos de guía. Si sirvió de guía en algún momento».
El epílogo, «Un catecismo comunista (a partir de Engels)» (Miéville, afortunadamente, está años-luz alejado de cualquier desconsideración antiengelsiana), se estructura en tres preguntas con sus respectivas respuestas. Las preguntas: 1. ¿Eres comunista? (Miéville responde con tres palabras: «Sí, somos comunistas»), 2. ¿Cuál es el objetivo de los comunistas?. 3. ¿Cómo deseáis lograr este objetivo?
De la fuerza literaria y política del autor este paso de su tercera respuesta es muy significativo: «Sí, cambiaremos el estado actual de cosas. No lo haremos en el sentido de que sea inevitable, sino que lo haremos en el sentido de que no es imposible; en el sentido de que es necesario, de que la apuesta y la lucha valen absolutamente la pena. En el sentido de que vivir con ese «Sí» ardiendo en lo más íntimo de tu ser, de forma simultánea, y con tanta fuerza, o finalmente más fuerte incluso, que el ardiente «No» de esa parte de odio necesario, es la única manera de acercarse a existir, y a vivir como un ser humano en un sistema tan repulsivo, monstruoso, inhumano y antihumano». Sí, concluye, cambiaremos el actual estado de cosas.
Material ideal para seminarios de aprendizaje, estudio y profundización. Un buen comentario de Naomi Klein: «Es emocionante acompañar a Miéville en su lidia –de buena fe crítica y compromiso incandescente– con un manifiesto que todavía nos llama a construir un mundo nuevo».
Sugerencia de lectura: empezar la lectura del ensayo leyendo el Manifiesto (con anotaciones), seguir luego por la explicación de China Miéville y finalizar con una nueva lectura del Manifiesto.
Leer con Miéville, ha señalado Ruth Wilson Gilmore, «agudiza nuestros sentidos hacia los movimientos internacionalistas contemporáneos desde abajo.» Tiene razón.
Nota final.- Una versión abreviada de esta reseña se publicó en El Viejo Topo, septiembre de 2025.
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