Sesenta años de bloqueo no han conseguido que Cuba se rinda, pero sí la han destrozado. Mientras Washington se encuentra aislado en las Naciones Unidas, es el pueblo cubano quien asume el costo.
Por trigésimo tercer año consecutivo las Naciones Unidas aprobaron el 29 de octubre, por una abrumadora mayoría, una resolución que condena el bloqueo estadounidense contra Cuba.
Esta votación se produce en un momento delicado, ya que Cuba atraviesa un período sumamente difícil. Todos los que han visitado la isla recientemente pueden dar testimonio de ello. La situación es aún peor que en los años noventa, tras la caída de la Unión Soviética. Los cubanos se enfrentan a cortes eléctricos diarios, escasez de medicamentos y una inflación desbocada.
Esta situación es consecuencia del bloqueo económico más largo de la historia mundial. En 2022 una comisión de la ONU afirmó que “las numerosas sanciones de Estados Unidos constituyen el sistema de medidas coercitivas unilaterales más severo y prolongado jamás aplicado contra un país”.
Sin esas sanciones asesinas la vida en Cuba sería muy diferente. “Si Cuba no tuviera un bloqueo, podría ser Holanda. Tiene un pueblo intelectualmente preparado y altamente educado”, declaró el presidente brasileño Lula en 2021.
Pero el Tío Sam no lo permite. Desde hace seis décadas Estados Unidos hace todo lo posible para doblegar al país. “La obsesión histérica de Washington por aplastar a Cuba desde los primeros días de su independencia en 1959 es uno de los fenómenos más extraños de la historia moderna, pero aun así este mezquino sadismo sigue sorprendiéndonos”, afirmó Noam Chomsky.
Consecuencias dramáticas
De alguien como Trump, ese sadismo no sorprende. Como era de esperar, su gobierno recrudeció aún más las medidas. Además de otras acciones, Cuba fue incluida en la lista de países que apoyan el terrorismo, lo que hizo que las transacciones financieras con el extranjero quedaran prácticamente bloqueadas. Cuarenta bancos se negaron a realizar operaciones con Cuba el último año.
Algo así supone un golpe devastador para la economía de cualquier país. Además, Cuba, al igual que muchos otros países del Sur, sigue sufriendo las consecuencias económicas de la crisis del covid. Especialmente el sector del turismo, la columna vertebral de la economía cubana, recibió golpes severos. En el primer trimestre de 2025 el número de visitantes extranjeros cayó un treinta por ciento.
Al aislar a Cuba de la mayor economía del mundo y obstaculizar las transacciones financieras, el crecimiento se paraliza. El comercio se vuelve más caro y lento, los inversores extranjeros se retiran y sectores como la agricultura, la industria y el turismo funcionan por debajo de sus posibilidades.
Según el informe elaborado por Cuba este año para respaldar la resolución, el bloqueo causa en solo cinco días pérdidas de 100 millones de dólares a la economía cubana. Esa suma equivale a la financiación necesaria para reparar una de las principales centrales termoeléctricas del país.
Anualmente las pérdidas totales causadas por el bloqueo se estiman en 7.500 millones de dólares, o el 7% del PIB. Traducido a España, eso equivaldría a una pérdida de 111.000 millones de euros, una cifra que ilustra la magnitud del impacto.
Naturalmente, también tiene grandes consecuencias para la vida cotidiana de los cubanos. Los hospitales se enfrentan a escasez de medicamentos, equipos médicos e incluso piezas de repuesto simples. Esto se traduce en tratamientos pospuestos y menor calidad de atención, desde terapias contra el cáncer hasta enfermedades comunes.
La seguridad alimentaria es otro punto crítico. Cuba debe importar gran parte de sus alimentos, pero debido a las restricciones en transporte y financiación, los costos y los plazos de entrega aumentan. Esto dispara los precios y provoca escaseces periódicas, con efectos palpables en la nutrición y el bienestar de las familias.
El bloqueo también frena el desarrollo tecnológico. El acceso a la tecnología y al software procedentes de Estados Unidos está fuertemente restringido, lo que amplía la brecha digital. Esto obstaculiza la educación y la investigación, sofoca el crecimiento de las empresas y limita el acceso a la información para toda la población.
Aún más difícil de cuantificar es el daño en el plano emocional. El ministro cubano de Relaciones Exteriores lo formula de la siguiente manera: “No es posible expresar en cifras el daño emocional, la angustia, los sufrimientos, las privaciones que el bloqueo genera en la familia cubana. Así ha sido por varias generaciones, más del 80% de los cubanos en la Isla nacieron después del comienzo del bloqueo”.
A pesar de toda esa agresión, privación y daño emocional, Estados Unidos no ha logrado desestabilizar al país al punto de que su pueblo se vuelva contra la revolución. Pero sí ha provocado la mayor ola migratoria de la historia cubana. Desde 2020 más de un millón de personas han abandonado la isla, principalmente jóvenes, lo que representa aproximadamente el 10% de la población.
Resolución de la ONU
Los días 28 y 29 de octubre se debatió en la Asamblea General de las Naciones Unidas la resolución cubana “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba”. Al igual que en años anteriores se esperaba que la resolución fuera aprobada por una abrumadora mayoría. Los únicos votos en contra el año pasado fueron los de Estados Unidos e Israel.
Este año, el gobierno de Trump hizo todo lo posible para aumentar el número de votos en contra y de abstenciones. Se instruyó a través de una nota interna a los diplomáticos estadounidensesapara que presionaran a los gobiernos en ese sentido.

Pero no lo lograron. Una vez más, una mayoría abrumadora votó por poner fin de inmediato a esta política de sanciones cruel e inútil: 165 países votaron a favor, 7 en contra – entre ellos Estados Unidos, Israel, Ucrania, Argentina y Hungría – y hubo 12 abstenciones.
En esta cuestión, Washington se encuentra fuertemente aislado, pero los cubanos pagan un alto precio.
El vídeo a continuación (en castellano) ofrece una buena visión general del propósito y las consecuencias del bloqueo estadounidense contra Cuba:
Katrien Demuynck es miembro del capítulo belga de la REDH.
Fuente: https://www.dewereldmorgen.be/artikel/2025/10/29/blokkade-zonder-einde-de-vs-faalt-cuba-betaalt
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