La investigación señala, además, que —a diciembre de 2024— las AFP invierten, desde el fondo de pensiones, más de $19.691 millones de dólares en empresas que operan en Chile
La investigación vincula las inversiones de las AFP con la expansión de empresas extractivistas y de alto impacto ambiental que operan en Chile, cuyas consecuencias son permanentes para la naturaleza y las comunidades.
Un 93% del total de inversiones de las AFP en empresas nacionales, de tipo extractivista, a diciembre de 2024 se concentra en el sector minero (44,8%) o forestal (48,2%).
Fundación SOL presenta su más reciente estudio llamado “Fondo de pensiones y crisis socioambiental: Inversión de las AFP en las empresas extractivistas y de alto impacto ambiental”, cuyo objetivo principal es aportar al esclarecimiento de los nexos entre la inversión de las AFP y la instalación o expansión de empresas extractivistas y de alto impacto ambiental que operan en Chile y que tienen consecuencias de corto, mediano y largo plazo sobre la naturaleza y los territorios.
“El estudio da cuenta de cómo el ahorro previsional de los trabajadores se utiliza para capitalizar este tipo de empresas, mediante la compra de acciones, bonos y otros instrumentos”, señaló Recaredo Gálvez, investigador de la Fundación SOL y uno de los autores del estudio.
La investigación señala, además, que —a diciembre de 2024— las AFP invierten, desde el fondo de pensiones, más de $19.691 millones de dólares en empresas que operan en Chile (mediante acciones de sociedades anónimas abiertas y bonos de empresas privadas y públicas), que realizan actividades extractivistas o de alto impacto ambiental.
En su conjunto, las actividades extractivistas y de alto impacto ambiental representan el 80,7% de las inversiones de las AFP en empresas que operan en Chile. En el estudio se revisó la serie de inversiones correspondiente a los últimos 17 años, constatando un incremento en las inversiones destinadas por las AFP, desde el fondo de pensiones hacia los tipos de empresas antes indicados. En el caso de las compañías extractivas, entre 2008 y 2024, la inversión aumentó un 102,3%, mientras que para las compañías del tipo de alto impacto ambiental, en el mismo periodo, las inversiones aumentaron un 26,3%.
“El hecho de que las AFP, por ejemplo, estén invirtiendo más de $2.196 millones de dólares a diciembre de 2024 en empresas que operan proyectos mineros también habla de la matriz productiva nacional. Las grandes empresas están mayoritariamente asociadas a actividades extractivistas de alto impacto ambiental, y ello ha tenido y está teniendo consecuencias no solo sanitarias para los territorios, sino también económicas y sociales”, agrega Andrea Sato, investigadora y autora del estudio.
Otro dato importante que revela el estudio es que las principales empresas receptoras de inversiones también han estado vinculadas a situaciones ampliamente conocidas en cuanto a conflictos ambientales, por ejemplo, en el caso de las empresas del sector forestal, entre 2018 y 2024 Celulosa Arauco y Constitución fue la principal receptora de activos, llegando en 2024 a recibir más de $1.400 millones de dólares en inversiones. En cuanto a minería, SOQUMICH se presenta como la principal receptora de activos provenientes de fondos de pensiones entre 2020 y 2024, año en el que superó los $1.580 millones de dólares en inversiones.
Entre 2020 y 2024, la mayor proporción de las inversiones de los fondos de pensiones en empresas se destinó a bonos de empresas, es decir, instrumentos financieros de tipo deuda. En 2024, un 60,6% de las inversiones de empresas que operan en Chile se destinó a compañías de alto impacto ambiental y un 20,1% a empresas extractivistas.
Todo esto ocurre mientras los resultados del sistema de AFP en cuanto a las pensiones pagadas son desastrosos. “Incluso para quienes cotizaron prácticamente toda una vida laboral, los montos de las pensiones no se encuentran por sobre el salario mínimo en la mayoría de los casos, así lo revelan los datos disponibles a julio del año 2025, donde el 50% de quienes recibieron su primera pensión de autofinanciada de vejez y cotizaron entre 35 y 40 años, alcanzaron un monto inferior a $268.769” indica Marco Kremerman, también autor del estudio.


