Picanya es un municipio con cerca de 12.000 habitantes, emplazado en la comarca de L’Horta Sud, en la provincia de Valencia; está gobernado actualmente por el PSPV-PSOE; atravesado por la Rambla del Poyo, Picanya es uno de los municipios ubicados en la llamada zona cero de la DANA; la gran riada sucedió el 29 de octubre de 2024 y se saldó con 230 personas muertas en el País Valenciano.
El consistorio picanyero impulsa un proyecto para la reclasificación de 100.000 m2 de huerta productiva que pasarían a catalogarse como “suelo urbanizable industrial”, denunció el pasado 12 de diciembre el colectivo Per L’Horta.
Esta iniciativa municipal “rompe la continuidad del paisaje agrario e imposibilita la conexión de la infraestructura verde existente, lo que provoca la disminución de la resiliencia ante el cambio climático”, explica el movimiento cívico en una nota informativa.
Per L’Horta reivindica que se tomen en consideración los riesgos de una gran riada, evidenciados sobre el terreno el día de la DANA; además de las víctimas mortales, el listado de obras en Picanya -después de las inundaciones- da cuenta de la magnitud de la catástrofe: construcción de puentes y pasarelas; la rehabilitación de las oficinas municipales y juzgado de paz; el refuerzo de los laterales del barranco y la puesta en marcha de la biblioteca, entre otras actuaciones.
A partir de este diagnóstico, Per L’Horta reivindica la paralización del proyecto reclasificador y la preservación del territorio de huerta; entre otras razones, porque -tal como señala el colectivo en las alegaciones- los informes ambientales que categorizan la zona como “no inundable” se redactaron antes del 29 de octubre de 2024.
Además, la propuesta de Plan para la recuperación y mejora de la resiliencia frente a las inundaciones en el territorio afectado por la DANA (junio 2025), del Ministerio para la Transición Ecológica, apunta una relación entre la magnitud de los daños por la riada y la localización de las zonas urbanas.
“La crecida ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar la planificación del riesgo de inundaciones y reelaborar nuevos mapas de peligrosidad y riesgo en esta zona y probablemente en otras del arco mediterráneo”, añade el documento del ministerio.
En concreto, la propuesta de Plan señala que en municipios ubicados en la cuenca de la Rambla del Poyo, como Picanya, Chiva, Paiporta, Catarroja o Massanassa, se superaron el día de la DANA “ampliamente” las previsiones de planificación vigente sobre los mencionados riesgos.
El colectivo, que critica la falta de un proceso de participación ciudadana “real”, ha distribuido un documento de alegaciones al proyecto impulsado por el Ayuntamiento; el fin es que sea firmado y respaldado por parte de la ciudadanía y, particularmente, los vecinos de Picanya.
Las alegaciones de Per L’Horta señalan que la actuación podría desarrollarse en otros municipios que sí cuentan con zonas industriales “no inundables”; entre las posibles consecuencias del proyecto -por el tráfico y la implantación industrial-, figurarían el aumento de las emisiones contaminantes, las vibraciones y los ruidos.
El objetivo es presentar las alegaciones ciudadanas en el Ayuntamiento de Picanya, para que se proceda a retirar la modificación puntual número 25 del Plan General que reclasifica suelo no urbanizable de huerta y lo destina a suelo urbanizable industrial; la destrucción de más de 100.000 m2 de huerta se produciría, además, “en una zona de riesgo de inundación que pone en peligro a la ciudadanía”.
Otro de los argumentos planteados es que, según el Mapa de Inundación de L’Horta Sud, presentado en enero por la Universitat Politècnica de València (UPV), “en la zona que se quiere edificar la altura del agua llegó hasta los 65 centímetros”; a ello se agrega un previsible incremento de “la presión urbanística sobre la huerta, ya que construye hasta los límites del término municipal”.
En el apartado de posibles alternativas, Per L’Horta ha valorado el anuncio del Ayuntamiento de Catarroja, gobernado por el PSPV-PSOE y Compromís, el 11 de diciembre, de consolidar como “huerta productiva” la superficie prevista -en su día- en el macroproyecto urbanístico Nou Mil·leni; el fin de esta consolidación es prevenir el impacto de grandes inundaciones.
El plan urbanístico (PAI) Nou Mil·leni, promovido por el PP y anulado tras una sentencia del Tribunal Supremo en 2014, proyectaba la construcción de más de 12.000 viviendas en la zona de huerta de Catarroja (30.600 habitantes, L’Horta Sud).
Además, en este contexto, Per L’Horta denunció el pasado 2 de diciembre las deficiencias de los planes de la Generalitat Valenciana (gobierno del PP en coalición con Vox) para la recuperación -como espacio agrario- de la huerta afectada por la DANA.
La asociación recoge denuncias por parte de agricultores que apuntan la dificultad de percibir las ayudas debido a la complejidad burocrática; en otros casos, se han llegado a cobrar las ayudas sin la realización de actuaciones para la recuperación de los terrenos.
La nota informativa respalda estas informaciones con varios testimonios; “el gran problema que se nos viene ahora es que l’Horta está muy degradada y es probable que buena parte de los campos no se recuperen”, afirma un labrador del municipio de Sedaví (10.800 habitantes, L’Horta Sud), Jordi Bellver; y agrega otras de las claves: “Las ayudas van a parar al propietario del campo, no a quien lo trabaja”.
Desde hace unos meses, el movimiento cívico ha advertido sobre proyectos que no toman en consideración los efectos de la DANA; el pasado 17 de octubre, Per L’Horta alertó que el proyecto de canalización del Barranc de La Saleta Tramo Aldaia-Nuevo Cauce del Turia -promovido por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ)- utiliza los mismos datos hidráulicos que la documentación anterior a la catástrofe de octubre de 2024.
Asimismo “tal como está planteado, el proyecto no solucionará los problemas de avenidas de agua por no estar actualizado al contexto de cambio climático actual”, resalta el documento de alegaciones, que concluye con otro de los impactos que tendría la canalización: la destrucción de 150.000 m2 de huerta.
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