«…Superaran otros hombres este momento amargo y gris…» El tiempo pasa, ya van 33 años desde que el poder armado de los poderosos arrebatara al pueblo el protagonismo que se iba construyendo. A 33 años vemos como algunos rostros protagonistas de aquella época se han acomodado y conviven con los golpistas de ayer, cómo se […]
«…Superaran otros hombres este momento amargo y gris…»
El tiempo pasa, ya van 33 años desde que el poder armado de los poderosos arrebatara al pueblo el protagonismo que se iba construyendo. A 33 años vemos como algunos rostros protagonistas de aquella época se han acomodado y conviven con los golpistas de ayer, cómo se mezclan con cuanto general pase por delante, pareciera que nada hubiere pasado, hacen todo lo que está a su alcance para que los empresarios sigan ganando más y más.
Así como también nos vemos día a día junto a muchos que no dejaron de pelear en dictadura y hoy, a pesar de todo, siguen junto a las nuevas generaciones construyendo realidades de protagonismo popular: porque la única derrota verdadera es dejar de luchar.
33 años han pasado del golpe, y 16 años han pasado desde que la llamada oposición a la dictadura se instalara en La Moneda con nombre de Concertación. ¿Qué han logrado de sustantivo en estos años?, ¿que se ha hecho por cambiar el sistema económico de los poderosos?, ¿qué han hecho por cambiar la elitista composición de las Fuerzas Armadas de este país?, ¿qué han hecho por profundizar los niveles de organización del pueblo que los llevó al poder?. La respuesta es NADA: porque su misión siempre fue la de consolidar el modelo impuesto en dictadura, porque de las clases dominantes nada podemos esperar, salvo migajas.
Si se comparara el estado y nivel de organización de los trabajadores y el pueblo con la existente hace 33 años, concluiríamos que estamos bastante alicaídos, que los que se las daban de lideres hoy son los que están en la trinchera de al frente, que aquellos que apoyaron el gobierno popular hoy despiden trabajadores, sancionan a los estudiantes rebeldes, que los que eran en realidad no son, que los que se decían de izquierda hoy aparecen huecos de contenido.
Hoy es necesario seguir multiplicando y aunando los esfuerzos de construcción en curso para que la dispersión vaya disminuyendo, hacer de toda lucha social una lucha política para llenar de contenido de futuro la organización del pueblo. Avanzar de nuestra memoria rebelde a la construcción de una fuerza viva y transformadora, del vacío del sentido común al copamiento de las denuncias y las propuestas, a volver a llamar las cosas por su nombre. Seguir construyendo la unidad de clase, el poder local y popular, sentar las bases del Socialismo.
Cansados de una política de los poderosos para los poderosos, es que aportamos a la necesidad de acelerar los procesos de construcción en el plano de lo local, viendo en la política que se construye desde abajo y por fuera del Estado una alternativa para la gran tarea de construcción de sujetos políticos, «El despertar de los dominados».
Encontramos fundamental para estos tiempos continuar los procesos políticos de corte radical, enfrentando a los poderosos desde dos perspectivas fundamentales: Primero, la tarea interna de desarrollar y crecer en la organización de los dominados y explotados. Por otro lado, enfrentar a los poderosos con la fuerza movilizadora de los que luchan, sentando las bases que permitan efectivamente pasar a otra fase e instalar en el sentido común de nuestro pueblo un proyecto transformador digno de ser vivido.
A 33 años ¿Con que nos quedamos?: nos quedamos con la vida en vez de la muerte, con la alegría de la construcción de un nuevo tiempo en vez de la tristeza de la vida gris de los que se vendieron, nos quedamos con las ansias de transformación de nuestros compañeros del ayer, con sus sueños y entrega, esa es nuestra memoria rebelde, esa es nuestra apuesta.
Laope y Colectivo Al Choke, Colectivo Resistencia Estudiantil – RM, Colectivos de Trabajadores – RM, Colectivo Andamios