El próximo 24 de noviembre se cumplen 5 años de la firma del Acuerdo entre el Gobierno colombiano y las Farc, nos referimos al del Teatro Colón que es el que quedó después de la primera renegociación del inicialmente pactado en La Habana.
En estos 5 años han sido asesinados 292 de los guerrilleros firmantes de la paz y 1.270 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, en las cárceles aún permanecen unos 400 exguerrilleros de las Farc que según lo acordado deberían estar libres desde hace 4 años.
Cinco años después el Estado ni el Gobierno han puesto en marcha ni han dado cumplimiento a ninguna de las reformas pactadas, tal es el caso de la Reforma Rural Integral, la Reforma Política o el componente de democracia, el esclarecimiento y la superación del paramilitarismo, lo relativo a erradicación voluntaria de los cultivos de uso ilícito y los programas alternativos, el Acuerdo Étnico, para sólo mencionar algunas.
La situación social y de dificultades de amplios sectores de la población ha empeorado, tal como se constata en las cifras de la Cepal y de las distintas instituciones del país y del exterior, tampoco hay cambios en el componente de democracia y de participación, ni progresos en la atención a las demandas y las reivindicaciones de amplios sectores sociales.
La respuesta represiva de las élites dominantes frente a las justas reclamaciones sociales no se ha modificado después de firmado el Acuerdo con las Farc, ello se repite con barbarie; este año en el Paro Nacional de abril, mayo y junio, fueron asesinados 87 colombianos, 267 manifestantes reportados como desaparecidos, 3.365 detenidos arbitrariamente, 90 personas con lesiones oculares y 106 víctimas de agresiones de género.
Al llegar a este quinto año es verificable que las Farc cumplieron con sus compromisos: el desarme, la desmovilización y la reinserción, por el contrario la contraparte o sea las clases dominantes y su Estado no han cumplido con lo pactado, dado que no le garantizan la vida a los excombatientes que entregaron sus armas y todo lo firmado ha quedado como ‘letra muerta’.
En este proceso fallido una parte de las Farc no entraron al mismo, los sectores encabezados por Iván Lozada y Gentil Duarte, otros como la Segunda Marquetalia en cabeza de Iván Márquez y el difunto Jesús Santrich que participaron del proceso y de la firma del Acuerdo han retornado a la acción guerrillera, al considerar que el Estado ha actuado con perfidia e incumplido el Acuerdo; otros grupos que fueron de Farc se han dedicado a la delincuencia, mientras que otros han sido cooptados por el Estado para reforzar la nueva generación del paramilitarismo que actualmente se ensaña contra el movimiento social.
Publicitaron que el desarme de las Farc traería la paz a Colombia y vendría el posconflicto pero ha sobrevenido una mayor degradación del conflicto social y armado, donde el Genocidio y el Terrorismo de Estado siguen desbordados, agudización de la Guerra contra el pueblo que caracteriza al Gobierno de Iván Duque que carece de una Política de Paz.
En estos años se ha dado un proceso de pacificación más no un proceso de paz, tarea que sigue pendiente en Colombia, solo las transformaciones estructurales del Estado y la sociedad son garantía de la paz y por esto las luchas por ellas siguen teniendo plena vigencia, al igual que la lucha por la Solución Política y para avanzar hacia allá, hay que seguir construyendo otro modelo de negociación y de Solución Política distinto al de rendición y pacificación que pregona Duque.
Como Ejército de Liberación Nacional estamos comprometidos con la Solución Política del Conflicto, considerando además que en la construcción de ese nuevo modelo participamos no sólo nosotros, sino también el resto de las fuerzas revolucionarias y democráticas del país, el movimiento popular y la sociedad misma.
Fuente: : https://eln-voces.net/
INSURRECCIÓN 818 / Revista Semanal del Comando Central
Ejército de Liberación Nacional / Noviembre 22 de 2021