Recomiendo:
0

La Surda y las elecciones

A construir una nueva alternativa política para una nueva mayoría

Fuentes: www.surda.cl

Nacimos como una propuesta política de las generaciones de jóvenes que vieron cómo la llamada transición a la democracia no traía participación ni justicia social, y se cerraba en un nuevo pacto entre las elites políticas y económicas, de la Concertación y la Derecha.Hemos ido creciendo y aprendiendo desde entonces, nuestro proyecto ha ido madurando […]

Nacimos como una propuesta política de las generaciones de jóvenes que vieron cómo la llamada transición a la democracia no traía participación ni justicia social, y se cerraba en un nuevo pacto entre las elites políticas y económicas, de la Concertación y la Derecha.

Hemos ido creciendo y aprendiendo desde entonces, nuestro proyecto ha ido madurando con sus triunfos y derrotas, con el aporte de las nuevas generaciones. Siempre en una búsqueda por actualizarlo a las condiciones presentes, repensarlo, impulsarlo con creatividad, ideas y trabajo.

En este esfuerzo enfrentamos la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en un momento de avance de la derecha y de los poderosos, frente al cual no podemos marginarnos. No da lo mismo quién gobierne Chile. Un gobierno de empresarios y ultra conservadores significa enormes dificultades políticas para la construcción de una alternativa popular de cambio democrático. Por esa razón creemos que el 15 de enero el voto debe ser usado de forma efectiva contra Piñera. En ese sentido, en esta segunda vuelta el voto nulo no es una opción efectiva de rechazo a la derecha. Es más, como siempre, sólo un rechazo activo puede frenar a la derecha.

No somos dueños del voto de nadie ni creemos en las negociaciones cupulares que disponen de los votos de la gente. Por el contrario, respetamos el voto de todo el mundo, cualquiera sea su opción, pero buscamos que ese voto sea informado y conciente. Por ello, creemos que hoy es preciso desenmascarar y manifestar claramente frente a la ciudadanía lo que significa un eventual gobierno de derecha y plantear nuestra posición.

Si gana Bachelet no vamos a celebrar un triunfo electoral de la Concertación, ni tampoco participaremos de un Gobierno de ese conglomerado, pues somos críticos de sus administraciones y no existen indicios de que esa gestión vaya a cambiar de forma sustantiva a partir de 2006.

Para quienes queremos la justicia social, la democracia y el mejoramiento humano, queda claro que la Concertación es proyecto agotado, que ya no traerá la alegría ni la igualdad, y que renunció tempranamente a tratar de derrotar a la derecha y a los poderosos. Por el contrario, sus cúpulas se integraron a la elite sometiéndose a sus intereses económicos, y postergando las aspiraciones de las mayorías, incluidos sus propios simpatizantes. Ahora, ante la arremetida de una derecha política desatada, que busca devolver a las manos de los grandes patrones el gobierno del país, apelan al pueblo y la ciudadanía. De todos modos, no es por salvar esas cúpulas políticas que luchamos por frenar a la derecha: son nuestros propios desafíos de construcción social y política que exigen garantizar la derrota electoral de Piñera y su Alianza.

Estamos convencidos que son las mayorías ciudadanas articuladas y no sólo los partidos quienes pueden derrotar a la derecha y sostener los cambios de fondo que Chile necesita. Por ello, cualquiera sea el resultado electoral trabajaremos para que el poder deje de concentrarse en la elite y vuelva a las manos de una mayoría organizada, que indique el rumbo al gobierno y haga valer sus derechos. Nuestro empeño se centra en la construcción de un sentido social igualitario y realmente democrático, demandando una verdadera justicia social que defienda a los/as pobres, humildes y a la clase media honesta, y castigue el abuso empresarial. Llega la hora también, de comenzar a detener el enorme endeudamiento en que está atrapada una alta proporción de nuestra población y que responde a la voluntad de hacer negocio con el dinero de la gente de trabajo a través de sistemas de créditos como los que Piñera introdujo en Chile, endeudamiento perverso que atrapa en sus redes a los trabajadores, estudiantes, profesionales, madres, jubilados y pensionadas.

Ante este escenario de ofensiva de la derecha y reordenamiento del mapa político, es fundamental avanzar en la construcción de una nueva alternativa política. Al fin de cuentas, el pueblo de Chile no está dividido según las reglas del binominalismo ni la gente tampoco se define en última instancia por su voto, sino por cómo vive, qué intereses tiene, en qué cree realmente. Hay que construir de cara al país real, con todos, con los que han estado participando y con los que no, con los inscritos y los no inscritos. Hay que articular las voluntades de muchos que tienen una genuina voluntad de cambio democrático y de justicia social y buscan caminos por donde avanzar. Esas mayorías plurales de quienes buscamos día a día hacer del mundo un lugar mejor, más solidario e igualitario, de quienes intentamos construir formas de vida y relaciones sociales distintas, menos materialistas, depredadoras, y rígidas, y sí más justas, sustentables, creativas y humanas. Si eres crítico de esta sociedad, si te opones al conservadurismo y la concentración del poder y la riqueza, si crees que la educación y la cultura son una prioridad y no un negocio, si aspiras a que exista una nueva economía al servicio del ser humano y la vida y no del gran capital, entonces sin duda en ese camino nos encontraremos.

No podemos seguir dependiendo de las opciones políticas dominantes, debemos avanzar decididamente a tener una expresión propia en la lucha política electoral. Para hacer efectivos los cambios que Chile necesita llamamos a la gente honesta que ha apoyado a la Concertación, a la gente de izquierda consecuente y abierta, a los comunistas de corazón, al mundo social organizado, a la juventud rebelde y constructiva, y a todos los chilenos y chilenas de buena voluntad a iniciar el camino de crear una nueva alternativa en Chile, no vinculada a los grandes intereses económicos, abierta a formas democráticas y participativas de gobierno y acción política, y comprometida con hacer del Bicentenario un momento de avance a todos/as los/as que creemos que un Chile y un mundo mejor son posibles y necesarios.

¡Con la esperanza intacta!