Es obvio que una sociedad ansiosa, a la que se le indujo mediáticamente la ilusión de que con ese último texto del Acuerdo firmado entre J M Santos Y Timoleón Jiménez (sic) el 24 de nov de 2016, se iría a construir en Colombia una “paz estable y duradera”, y que, despues de 4 años de haberse firmado tal ilusión, la realidad cotidiana la despierta cada día con la muerte de un líder social o defensor de los DDHH (a la fecha van 1.000 ejecutados) o un “reincorporado” desarmado de la antigua guerrilla de las Farc-EP (oficialmente a la fecha van 242 ex guerrilleros ejecutados) o una nueva masacre calificada por el presidente duque como “asesinatos colectivos del narcotráfico ” (desde 2016 hasta el 4 de agosto del 2020 “oficialmente” se contabilizaron 116 mascares ( Ver https://mundo.sputniknews.com/radio_telescopio/202008241092527429-colombia-de-2016-a-2020-hay-116-masacres-oficialmente-contabilizadas/)
Solo en este año del 2020 van 77 (Ver imagen)
Es obvio que además de las sabidas intoxicaciones mediáticas “exculpatorias” de los gobernantes atribuyendo a una lucha por “territorios entre grupos de narcotraficantes”, frente lo cual la vocera más autorizada del Estado colombiano, la ministra de Gobierno Alicia Arango, reconociendo su incuria y desidia dice cínicamente con su mentalidad neoliberal de dejar hacer y dejar pasar, que: “No podemos negar la débil presencia y capacidad del Estado en resolver estos desafortunados asesinatos, amenazas y riesgos de defensores de derechos humanos, líderes sociales y reincorporados” ( Ver https://www.elespectador.com/noticias/politica/gobierno-admite-debil-capacidad-para-resolver-crimenes-de-lideres/ )
Lleva a preguntarse si el Estado colombiano estaba preparado para firmar un Acuerdo internacional para desarmar a las Farc-EP como el que se firmó hace 4 años; pues sencillamente, un Estado que delega su función primordial de control territorial no es un Estado.
O, por el contrario, era simplemente una estrategia más amplia de dividir para golpear: desarmar a la guerrilla más grande mediante dádivas, engaños y perfidias de Tahúr, para luego ir con más potencial y recursos económicos y militares contrainsurgentes sobre los grupos guerrilleros restantes, en una guerra contrainsurgente interminable que les continuará sirviendo de justificación política e ideológica para seguir usufructuando el Poder del Estado, combatiendo al enemigo número uno: el narco terrorismo castro chavista.
Varios analistas críticos, que no están de acuerdo con la estrategia del grupo privilegiado de Timochenko Londoño y sus tres eles, de seguir en una fila como en la antigüedad romana lo hacían los cristianos al salir obedientemente al foso de los leones para que fuesen devorados; es decir tirándole carne (de los reincorporados de base) a los lobos contrainsurgentes para satisfacer su voracidad vengativa, que de momento no los ha tocado la cúpula de los “reincorporados” por tener escoltas como congresistas, pero que nadie dude que tarde o temprano son objetivos de alto valor, han dicho muchas veces y escrito importantes libros donde demuestran cómo las guerras ya no se declaran como anteriormente, sino que se van desarrollando como una tendencia, lentamente, hasta llegar a niveles superiores de destrucción y muerte, tal y como se viene dando en Colombia.
Un tanque de pensamiento semi oficial de alta credibilidad que se auto describe como: “La Fundación Ideas para la Paz (FIP) es un centro de pensamiento independiente creado en 1999 por un grupo de empresarios colombianos. Su misión es generar conocimiento, proponer iniciativas, desarrollar prácticas y acompañar procesos para contribuir a la construcción de una paz estable y duradera en Colombia. También busca aportar a la comprensión de las conflictividades de nuestro país, ejerciendo el liderazgo necesario para movilizar a ciudadanos, servidores públicos y empresarios alrededor del objetivo común de construir una sociedad en paz.” (http://www.ideaspaz.org/foundation/about)
Organizado por empresas trasnacionales de hondo significado para los colombianos (ver la siguiente imagen)
Ha realizado un estudio de gerencia sobre los 4 años de la firma del Acuerdo Estado Farc-EP titulado : UN NUEVO CICLO DE VIOLENCIA ORGANIZADA EN COLOMBIA (ver http://ideaspaz.org/especiales/infografias/cuatro-anios-conflicto.html)
Donde hace las siguientes demostraciones: Con la firma del Acuerdo de Paz con las FARC, el conflicto armado con esta guerrilla terminó. Sin embargo, la violencia organizada continúa y en los años recientes se ha hecho más intensa:
1- Las acciones de los grupos armados en el cuarto año del post-acuerdo de paz (comparado con el primer año pre-acuerdo) aumentaron en un 65%. Los combates de la Fuerza Pública contra los grupos armados casi se triplicaron luego de la firma del Acuerdo y los enfrentamientos entre estos se han multiplicado por seis.
2- Antes del cese al fuego de las FARC, el 78% de las acciones armadas eran responsabilidad de esta guerrilla. Cuatro años después, el 38% de las acciones fueron realizadas por el ELN y otro 34% por las disidencias.
3- Los combates de la Fuerza Pública contra los grupos armados casi se triplicaron luego de la firma del Acuerdo y los enfrentamientos entre estos se han multiplicado por seis.
4- Combates de la Fuerza Pública con el ELN 30%. Combates con el clan del Golfo y los Caparros 27 %. Combates con las Disidencias de las Farc 18%
¿Qué ha cambiado o se ha acentuado en el conflicto?
1-Mayor descentralización y fragmentación de los grupos armados ilegales.
2-Se pasó de una guerra de ‘orden nacional’ a múltiples conflictos en lo local.
3-Mayor influencia binacional del ELN y de grupos armados colombianos en Venezuela.
4-Persisten las disputas por el poder local con interés en economías ilícitas, mientras que la ideología se debilita.
5-Altos niveles de desconfianza en la Fuerza Pública e intentos de legitimidad fallida por parte del Estado.
6-Menor capacidad de los líderes y las comunidades para lograr des escalar la violencia.
Respecto a las minas antipersona se tiene:
1- En el año posterior a la firma del Acuerdo, las víctimas de minas antipersonal descendieron de manera notable, pero desde el segundo año el país se encuentra en una meseta.
2-Los actores armados siguen usando estos artefactos para evitar la acción de la Fuerza Pública en zonas de cultivos ilícitos y en sus áreas de retaguardia.
3-El desminado está parado en varias regiones del país por el deterioro de las condiciones de seguridad.
Conclusión General
La violencia organizada en Colombia continúa, ahora focalizada en ciertas regiones y con diversos actores.
Entonces surgen dos preguntas: Una ¿Por qué sus destinatarios en la cúpula del Estado Colombiano, quienes lo gobiernan actualmente no le creen y siguen sosteniendo contra toda evidencia lo contrario y siguen manipulando a la opinión pública bautizando nombres fantasmales e ilógicos a los actores del conflicto?
Dos. Si como lo sugiere en su Twitter el politólogo exiliado FREYTTER-FLORIÁN, Jorge. @freytterflorian, el Acuerdo Estado-Farc-EP, ha fracasado por tres razones: 1) No hay financiación posible en un país en ruinas por la pandemia y la crisis generalizada 2) El narco paramilitarismo NO se va a desmontar pues sin este engendro no hay Contrainsurgencia posible. 3) La Verdad rompe la impunidad de siglos que han gozado los «dominantes» y por eso será reformada o abolida.
¿Por qué ante tanta evidencia factual y sangrienta, la cúpula del partido de la Rosa insiste en seguir llevando a sus “reincorporados” en una fila patética y estremecedora hacia la muerte gota a gota en un genocidio contrainsurgente semejante al baile rojo de la Unión Patriótica que no tiene quien lo detenga y menos aún se haga responsable de detener, porque sus promotores estimulados por la impunidad de siglos no se detendrán en ninguna consideración para defender el usufructo de su Poder?
¿Qué intereses económicos profundos, enmascarados con el cuento de una paz INVIABLE como lo demuestra factualmente el análisis de los empresarios trasnacionales de Colombia, subyacen en semejante actitud suicida que los hace ante la Historia cómplices del genocidio?
Ante tan desolador panorama, no se necesita seguir escribiendo espesos ladrillos teóricos defendiendo a ultranza un potencial reformista desatado por el Acuerdo de la Habana que en la práctica ha seguido siendo eso, un potencial que no se desató o no se dejó desatar, y en cambio, porque no volver a centrar el debate alternativo en la vigencia de una Solución Política al conflicto en camino y en un proceso constituyente que mediante una Asamblea Constituyente amplia, popular y democrático frustrada por el pacto por debajo de la mesa entre Santos y Timochenko, pero que ahora sí refleje la nueva correlación de clases existente en la Colombia actual que se sigue despedazando sin poder encontrar un camino de solución
Fuentes imágenes: Internet