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A dos meses de las elecciones presidenciales

Fuentes: Rebelión

Muchos análisis se han vertido sobre la próxima contienda presidencial. No se puede pedir a estas alturas de la carrera, que los analistas, por muy respetables que sean, lo hagan desinteresada y desapasionadamente. La asepsia en política no existe y la pretensión de objetividad, no es más que una declaración de buenas intenciones. Leer por […]

Muchos análisis se han vertido sobre la próxima contienda presidencial. No se puede pedir a estas alturas de la carrera, que los analistas, por muy respetables que sean, lo hagan desinteresada y desapasionadamente. La asepsia en política no existe y la pretensión de objetividad, no es más que una declaración de buenas intenciones.

Leer por tanto el escenario electoral, es un ejercicio político que declaro de entrada. A partir de eso, algunas reflexiones:

1.- La candidatura de Piñera está estancada . Pese a ir primero en todas las mediciones, está lejos de convencer más allá del electorado histórico de la derecha. Se supone que la Coalición por el Cambio, nos muestra una derecha unida tras su candidatura, sin embargo esta no prende en el electorado. Más bien su candidatura capitaliza el desmoronamiento de la Concertación, pero la aparición de Marco Enríquez – Ominami, le quitó el monopolio de las propuestas de cambio. El trabajo territorial de la UDI será importante, en la medida que se jueguen decididamente por el empresario.

2.- Frei en problemas serios. El Senador DC ha debido reconocer junto a su comando que ha tenido una campaña pésima, donde nadie aparece muy convencido de sortearla con éxito. Se apela a ratos a caras nuevas y un discurso progresista, pero al primer asomo de problema, el refugio en los partidos tradicionales y en las sempiternas cúpulas directivas se torna recurrente. El llamado desesperado a no desperdiciar el voto (se habla de «voto útil»), ya no convence a un sector importante del electorado. Su única ‘garantía’ debiera ser la casi nula renovación del padrón electoral (poco más de 150 mil nuevos inscritos), lo que posibilita contar con un cuerpo de ciudadanos votante que no suele correr riesgos. Debe considerar además con que en una eventual segunda vuelta con Piñera, no puede dar por descontado que la votación de ME-O se traspasará mecánicamente, pues ahí hay un alto porcentaje de votos de castigo a la Concertación.

3.- A Marco el tiempo le juega en contra. Si bien se ha instalado rápidamente como una alternativa, incluso algunas encuestas lo dan superando a Frei o en virtual empate técnico, la tarea de desplazar de la segunda vuelta al Senador DC requiere de un despliegue mayor y de abrir una segunda fase en la campaña. El discurso dirigido a los decepcionados de la Concertación es inteligente, considerando que ahí se encuentra su mayor potencial de crecimiento (a costa de Frei), pero también se requiere instalar algunas ideas – fuerza que seduzcan a un electorado progresista transversal, que represente una alternativa real de cambios. La duda es si el tiempo de campaña que resta, alcanzará para convencer al amplio mundo progresista de dar la espalda al duopolio que ha gobernado Chile desde 1990.

4.- Arrate puede ser algo más que una candidatura testimonial. La candidatura de Jorge Arrate, pese a lo bajo que marca en las encuestas, es clave ya en esta primera vuelta. Con una votación proyectada entre un 3% y un 4% (nadie creerá que su votación alcanzará al 1% que marcó en la CEP), esta puede ser decisiva para determinar quien pasa a segunda vuelta. Sin dudas, su candidatura favorece a Frei, por cuanto resta potencial de crecimiento a ME-O hacia la votación de sectores de izquierda y a su vez representa un voto cautivo para el senador DC en segunda vuelta, dadas las características del pacto parlamentario y el sempiterno temor a un gobierno de derecha. Eso explica los guiños de Frei a su ex ministro. Paradójicamente, la candidatura de Arrate puede ser el gran salvador de una derrota concertacionista en primera vuelta.

5.- La Concertación no es Bachelet . La Presidenta supera largamente la valoración que alcanza la coalición gobernante. Ella está por sobre esta. Hay que considerar que ‘el fenómeno Bachelet’ surgió desde una voluntad ciudadana, a la cual las estructuras partidarias oficialistas tuvieron que acoplarse de no muy buena gana. El propio Frei en su minuto desestimó las capacidades gobernantes de Bachelet. Los primeros meses de gobierno fueron críticos precisamente por el rol de los barones de la Concertación. Entonces, ¿cómo se pretende traspasar a última hora su popularidad al bloque concertacionista y más específicamente a su candidato cuando este representa exactamente lo contrario a la Presidenta?

Será sin duda una elección reñida a 3 bandas, donde las principales dudas son si ME-O logrará desplazar a Frei de la segunda vuelta o si la derecha unida será capaz de consolidar esta ventaja relativa y transformarla en capital electoral. El escenario está abierto, pero sea cual sea el resultado, el cuadro político debiera ser muy distinto a contar del 2010. Ni la derecha, ni la Concertación, ni la izquierda debieran ser las mismas.

– Alexis Meza Sánchez es académico de la Universidad ARCIS. Miembro del Taller de Ciencias Sociales «Luis Vitale».