Recomiendo:
0

A hediondo huele en la casa principal

Fuentes: Rebelión

Resulta que solo hasta ahora algunos vecinos que debían estar enterados se vienen dando cuenta de la inmensa podredumbre que había en la vieja y señorial casa. La mugre pestilente está acumulada en los sótanos, en los pasillos secretos, en los baños y debajo de la alfombra. Al entrar los nuevos inquilinos a la casa […]

Resulta que solo hasta ahora algunos vecinos que debían estar enterados se vienen dando cuenta de la inmensa podredumbre que había en la vieja y señorial casa. La mugre pestilente está acumulada en los sótanos, en los pasillos secretos, en los baños y debajo de la alfombra. Al entrar los nuevos inquilinos a la casa y mover un poquillo el tapete para asear quedaron desmayados de la hediondina que encontraron. Y aunque los que movieron el tapete también habitaban la casa o eran muy frecuentes de los antiguos huéspedes están alarmados y han pegado algunos gritillos al cielo no se sabe aún si para evitar señalamientos morbosos o porque de verdad quieran ahora limpiar la casa de verdad. Por ahora han dicho que hablar de la mierda encontrada en la morada no era criticar al antiguo inquilino, pero igual han expresado que van a limpiar a fondo.

Amanecerá y veremos.

Nos estamos refiriendo, obviamente, a la situación en que ahora los vecinos, es decir los medios, dicen que Juan Manuel Santos encontró a la mayoría de las instituciones colombianas desfalcadas completamente por el anterior gobierno de Álvaro Uribe. Y lo más curioso es que algunas de las instituciones tomadas por la corrupción desenfrenada son aquellas que tenían que ver con la lucha contra las mafias. La institución que confiscaba los bienes de mafiosos y paramilitares se dedicó a feriar los bienes entre familiares de parlamentarios. Los que se encargaban de cuidar a los mafiosos presos se convirtieron en sirvientes de estos distinguidos presos. El ministrillo encargado del desarrollo del agro repartió tierras a granel a reinas de belleza y a los cotizantes de las campañas electorales uribistas. La construcción de carreteras y grandes obras se le entregó a una sola familia que ahora funge como víctima desamparada. Sumidos en multimillonarios desfalcos y estafas son ahora tan menesterositos que el muy magnánimo del Procurador envía delegados a entrevistarlos en su propia chabola de Miami porque no tienen ni para el bus los pobrecitos. A eso habría que agregarle la historia de los crímenes de lesa humanidad llamados eufemísticamente falsos positivos, las falsas desmovilizaciones de falsos guerrilleros y falsos paramilitares donde se gastaron del erario público miles de millones de pesos, estos si de los de verdad, verdad.

Durante ocho años Colombia fue un cambalache total y desenfrenado. El que no lloraba no mamaba y el que no robaba era un gil. Cacos con pinta de señoritos se dedicaron al robo continuado, abierto y descarado y el adusto, cristiano y muy católico presidente bendecía con ojos perdidos en el infinito todo este carnaval de chorros, maquiavelos y estafaos ya que al fin y al cabo sus hijitos del alma iban cogiendo las tajaditas más grandes del atraco nacional.

Ocho años en que Colombia vivió entre la parapolítica y la política mafiosa. Los uribistas provenientes del partido liberal se enriquecieron en sus pactos con los narco paramilitares y los uribistas conservadores saquearon a la nación. Todo ello mientras le rezaban a la Virgen del Carmen, reafirmaban la consagración del país al sagrado corazón de Jesús y cantaban el himno nacional con patriótica emoción y la mano crispada sobre el corazón tal como lo enseñara el primer hipócrita de la nación.

¿Y Santos? ¿Podemos creer que Santos -quien dice que investigarán la corrupción a fondo- no tenía nada que ver con todo esto a pesar de que era el súper ministro?

¿Usted qué cree?

O tal vez está muy arrepentido. O muy avergonzado. Claro que sigue defendiendo y exculpando a Uribe…

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.