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Con motivo de su 95 cumpleaños

A José Sánchez Badillo

Fuentes: Rebelión

Hace ahora unos ocho años, comenzó mi exilio voluntario a mil kilómetros de la tierra que me vio nacer. Una salida premeditada y paulatinamente trazada, a medida que el conocimiento de la realidad social más cercana, generaba en mí una conciencia política opuesta a la interiorizada por la mayoría. De sobra sé que la huída […]

Hace ahora unos ocho años, comenzó mi exilio voluntario a mil kilómetros de la tierra que me vio nacer. Una salida premeditada y paulatinamente trazada, a medida que el conocimiento de la realidad social más cercana, generaba en mí una conciencia política opuesta a la interiorizada por la mayoría. De sobra sé que la huída hacia un lugar donde para muchos la utopía aún sigue siendo el objetivo por el que merece la pena seguir luchando, es cómoda y cobarde. Pero esa cobardía se paga a base de grandes dosis de nostalgia. Un sentimiento, que en el mejor de los casos, incita a valorar lo que no se tiene, lo que se ha perdido, y que tú, José Sánchez Badillo «Badi», provocas con cada uno de tus comentarios, de tus descripciones, de tus expresiones.

Con tus recuerdos sobre el papel, descubro apasionadamente una Sevilla en pie de guerra contra el fascismo. Con el corazón en un puño, recorro las barricadas que Antonio Sanz Carmona, Luis Peña, Alfredo Fernández, Amado Ferro, Faustino Peñalosa, Pepillo el corbatero, Juanito el pintor y otros tantos humildes trabajadores levantaron en la calle San Luis, Bustos Tavera, Lira o en la plaza del Pumarejo, en defensa de la justicia social y de la libertad de nuestra tierra. Una libertad que militares, obispos y terratenientes quisieron arrebataros a base de humillación y hambre, sin percatarse de que un hombre libre es inabarcable para el opresor mientras su lucha no caiga en el olvido.

Por eso son tan necesarias tus memorias rebeldes. Savia viva en una sociedad, que en multitud de ocasiones, parece estar compuesta únicamente por aletargados ciudadanos orgullosos de su ignorancia. Incapaces de movilizarse a no ser que sea para adorar a insultantes esculturas de madera bañadas en oro o para jalear a millonarios futbolistas. Disfrazados de cortijeros, convirtiéndose en la viva imagen del opresor, piensan que superarán su condición de sometidos, cuando lo que realmente consiguen es darle la estocada final a la dignidad de sus padres y abuelos.

Pero aunque muchos de vuestros hijos no nacieron con el puño levantado, aquí pervivirá vuestra imborrable impronta para cuando esta tierra nuestra vuelva a rebelarse. Aquí permanecerá para siempre tu mensaje militante, tu labor en favor de la recuperación de la memoria histórica de un pueblo que algún día honrará a sus antepasados, si es que para entonces aún no se le ha caído definitivamente la cara de vergüenza. Entre nosotros quedará tu prosa revolucionaria, aún cuando el destino te ofrezca un descanso merecido que ojalá nunca te llegue. Porque, al menos, mientras tú vivas Badi, sé que mi tierra resiste.

Hoy 14 de marzo, es el 95 cumpleaños de José Sánchez Badillo

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