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A la sociedad colombiana

Fuentes: Revista Insurrección

El Ejército de Liberación Nacional acudió al llamado del actual gobierno, con el propósito de firmar un acuerdo de paz que tenga como esencia la justicia y la equidad social, la democracia y la soberanía. Planteamos al iniciar ese proceso la urgencia de pactar un cese al fuego bilateral para crear un ambiente favorable al […]

El Ejército de Liberación Nacional acudió al llamado del actual gobierno, con el propósito de firmar un acuerdo de paz que tenga como esencia la justicia y la equidad social, la democracia y la soberanía.

Planteamos al iniciar ese proceso la urgencia de pactar un cese al fuego bilateral para crear un ambiente favorable al proceso de paz, y aliviar la vida y condiciones humanitarias que padecen los habitantes sobre todo en las llamadas «zonas de conflicto» o sea los territorios donde se asientan las fuerzas guerrilleras. El gobierno rechazó tal planteamiento e impuso la condición de «dialogar en medio del conflicto» argumentando que «un cese al fuego beneficia a la insurgencia y desmoraliza a las FF.AA. quienes están ganando la guerra».

Muchas voces desde Colombia y el exterior se han pronunciado a favor del cese bilateral y hasta se han constituido organizaciones para ello; sin embargo, el gobierno lo sigue desestimando.

El país conoce, por declaraciones del presidente Santos y otros funcionarios, así como por los máximos jerarcas de las FF.AA., que el objetivo 1A a combatir y destruir es el ELN, aun cuando estamos sentados en la mesa para buscar la paz.

Un alto funcionario de los EE.UU. declaró hace unos meses que «para que el ELN se siente a negociar hay que hacerlo sangrar».

De nuevo le decimos a la Colombia que ama la paz y a la Comunidad Internacional que se empeña en ella, que todos los territorios donde opera el ELN están saturados por gigantescos operativos militares, porque la guerra del Estado declarada contra el ELN, sí es de verdad y no retórica. Así mismo, la guerra sucia y el terrorismo de Estado contra los líderes sociales y organizaciones populares va en aumento, en lo corrido del 2017 se ha asesinado un líder popular cada dos días.

Cualquier persona, con elemental razonamiento, entenderá que, ante esta realidad el ELN debe responder con su accionar armado contra las fuerzas atacantes para defenderse, esa es la orden que tienen todas nuestras unidades.

En este contexto informamos:

*El pasado 19 de febrero de 2017 a las 10:20 de la mañana, en los alrededores de la plaza La Macarena en la ciudad de Bogotá, Capital de Colombia; un comando guerrillero urbano del ELN atacó con explosivos a una patrulla policial del ESMAD.

Resultados: 26 policías heridos.

Nuestra Fuerza se retiró sin novedad.

El ESMAD es un cuerpo de la Policía encargado exclusivamente de reprimir las manifestaciones sociales en campos y ciudades del país, dando tratamiento de guerra a las demandas populares. En varias jornadas represivas han sido asesinadas o heridas varias personas en total estado de indefensión, los reclamos por ello no han trascendido más allá de compromisos del gobierno de investigarlos o justificarlos, quedando todo en la impunidad.

Desde hace más de 10 años importantes voces en el país se han pronunciado para que este cuerpo represivo sea disuelto; por considerar acertado este planteamiento, invitamos a la sociedad a continuar este debate en particular hoy cuando avanza un proceso de solución política al conflicto.

Reiteramos al gobierno nacional la urgencia de un Cese bilateral al fuego de manera inmediata, tal como lo solicitan diversas expresiones de la sociedad colombiana.

No es coherente de parte del gobierno, sentarse a la mesa a hablar de paz mientras dilata el Cese bilateral y somete al padecimiento de la guerra a la población y a las partes que se enfrentan.