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A la sombra de Pinochet

Fuentes: Rebelión

Traducido del francés para Rebelión por Germán Leyens

Dentro de algunos meses se abrirá en París el proceso de varios responsables de la dictadura chilena. Este trámite judicial, más allá de su aspecto simbólico, es el resultado de numerosos años de movilizaciones colectivas a ambos lados del Atlántico.

El 11 de septiembre de 1973, un golpe de Estado se abatió sobre el pueblo chileno poniendo fin al gobierno de izquierda de la Unidad Popular (1970-1973) dirigido por Salvador Allende.

El talón de hierro de la dictadura (apoyada con fervor por Washington), apuntó sobre todo a la dinámica revolucionaria. La violencia de la junta militar correspondió al temor de las clases acomodadas. Entre 1973 y 1990, miles de militantes desaparecieron en los centros de detención, decenas de miles sufrieron la barbarie de la tortura, cientos de miles de personas debieron partir al exilio (1). Desde la » transición democrática » y el retiro amañado del general Pinochet (1990), la constitución ilegítima de 1980 o la ley de amnistía de 1978 no han sido abolidas por los diferentes gobiernos » democráticos » de la Concertación, coalición de social-liberales y demócrata cristianos. Las promesas de asamblea constituyente y de ruptura radical con la herencia de la dictadura fueron olvidadas rápidamente y el modelo neoliberal de los » Chicago Boys «, es reivindicado actualmente por la presidente Bachelet, tal como lo fue por sus predecesores. En términos de verdad y justicia, los progresos han sido logrados sobre todo por la movilización y la presión de las asociaciones de derechos humanos y de las familias de desaparecidos. Aunque diferentes comisiones oficiales han levantado parcialmente el velo sobre los razonamientos de la represión, igualmente estuvieron marcadas con el sello del discurso sobre la » reconciliación nacional «, mientras sigue reinando una gran impunidad en el país. No cabe duda de que varios veredictos han sido pronunciados, como aquel en contra de Manuel Contreras, encargado de la tristemente célebre Dirección Nacional de Inteligencia (DINA). Sin embargo, el » caso Pinochet » después de la detención en Londres en 1998 del ex dictador, expuso ante el mundo a un gobierno chileno preocupado de intervenir contra la extradición del tirano.

Cuatro militantes emblemáticos

Mientras que Pinochet falleció en diciembre 2006, sin siquiera haber sido juzgado, varias asociaciones cifran grandes esperanzas en el proceso que debería comenzar próximamente en el palacio de justicia de París. En efecto, la ley penal francesa es aplicable a todo crimen cometido por un extranjero, fuera del territorio nacional, si la víctima era francesa en el momento de la infracción. Este criterio ha permitido a las familias de cuatro militantes franco-chilenos detenidos-desaparecidos, presentar una demanda contra 15 responsables de la junta (2). Estos crímenes son emblemáticos de la brutalidad contrarrevolucionaria de la dictadura. Dos de ellos fueron cometidos durante los primeros días de la represión. Georges Klein era uno de los consejeros personales de Allende y fue arrestado al mismo tiempo que una cuarentena de personas el día del golpe de Estado, en la Moneda, el palacio presidencial bombardeado. Detenido por las tropas del general Javier Palacios y atrozmente torturado en el regimiento Tacna, desapareció algunos días después. Etienne Pesle, ex-sacerdote y militante socialista, era uno de los funcionarios encargados de la reforma agraria, en el sur del país. Su arresto es representativo de la venganza de clase de este período. Encargado de redistribuir tierras a los campesinos indígenas mapuche, había atraído el odio de los grandes terratenientes. Fue detenido bajo el comando de uno de ellos por miembros de la Fuerza Aérea.

En cuanto a Alphonse Chanfreau y Jean-Yves Claudet, cayeron en la trampa durante la segunda ola de represión: una acción más selectiva y estructurada gracias a la DINA, cuyos objetivos fueron los militantes políticos, y muy especialmente los del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR). El MIR, dirigido entonces – hasta su asesinato – por Miguel Enríquez, tomó de inmediato la opción de la resistencia clandestina y el rechazo del exilio. Alphonse Chanfreau fue uno de los responsables de esa resistencia heroica en Santiago, la capital. Su compañera, detenida como él, es uno de los principales testigos directos de lo que sufrió en ‘Londres 38′ a manos de torturadores como el » Guatón Romo » o Miguel Krasnoff.

A continuación habría sido llevado a Colonia Dignidad, lugar de secuestro, creado por el ex-cabo nazi Paul Schäfer, para desaparecer finalmente en agosto de 1974. Jean-Yves Claudet, también del MIR, fue detenido en noviembre de 1975 por la policía secreta argentina en el cuadro de la Operación Cóndor, coordinación de dictaduras del Cono Sur destinada a planificar la «caza» de los opositores. Llamado «Daniel» era uno de los correos del MIR y participaba en la reorganización del movimiento desde el extranjero. Así, a través de estos cuatro militantes, aparece el conjunto de los mecanismos de terrorismo de Estado.

Hacia un proceso histórico de la dictadura chilena

Ante la variedad de situaciones abordadas, este proceso debería permitir la reconstitución de los hechos principales de la espiral represiva dictatorial y llevar así a la acusación de una quincena de responsables, militares y civiles, de la dictadura. Aunque algunos de ellos se encuentran ya entre rejas e incluso se niegan a presentarse ante el tribunal, se trata de realizar un juicio altamente simbólico (3). Este proceso, previsto inicialmente para el mes de mayo, acaba de ser postergado debido a las dificultades para encontrar a todos los testigos y expertos, provenientes del extranjero. Actualmente parece seguro que el juicio por fin tendrá lugar, ¡después de casi diez años de procedimiento! La dificultad de las investigaciones hechas, la lentitud de la justicia francesa, el poco apuro de los tribunales chilenos por colaborar, pero también los importantes lazos que unen a los mundos del negocio de París y Santiago, han frenado esta diligencia histórica. Para las familias y las asociaciones movilizadas, el objetivo es claro. Según la Asociación de ex prisioneros políticos chilenos en Francia: «representará el reconocimiento internacional de un derecho a la justicia que el Estado chileno todavía no ha sabido aplicar. Para nuestra asociación, cuyos objetivos son la verdad, la justicia y la memoria, este proceso recompensa diez años de lucha.» A su lado, como parte civil, aparte de las familias, está la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) y sus ligas francesa (LDH) y chilena (CODEPU), así como la asociación altermundialista Francia América Latina (FAL), quien su fundó hace más de treinta años justamente para solidarizarse con el pueblo chileno. Este proceso será seguramente una nueva oportunidad para reforzar los lazos de solidaridad de ambos lados del Atlántico, a fin de apoyar, de manera unitaria, las movilizaciones contra la impunidad y, asimismo, establecer el vínculo indispensable entre las luchas sociales actuales en un Chile transformado en laboratorio del neoliberalismo.

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NOTAS

[1] El estado chileno reconoce oficialmente la muerte y desaparición de más de 2200 personas y la tortura de más de 27000 individuos (cifras muy por debajo de la realidad, como lo hacen anotar la mayoría de los historiadores).

[2] Los acusados son: CONTRERAS SEPÚLVEDA Juan Manuel Guillermo, BRADY ROCHE Hermán Julio, ESPINOZA BRAVO Pedro Octavio, SANDOVAL POO Emilio, RAMÍREZ PINEDA Luís Joachim, AHUMADA VALDERRAMA Rafael Francisco, GODOY GARCÍA Gerardo Ernesto, ZAPATA REYES Basclay Humberto, KRASNOFF MARTCHENKO Miguel, MOREN BRITO Marcelo Luís, SCHAEFFER SCHNEIDER Paul, ARRANCIABIA CLAVEL Enrique Lautaro, ITURRIAGA NEUMANN Raúl Eduardo, ZARA HOLGER José Octavio, RIVEIRO José Osvaldo.

[3] La justicia francesa reconoce la posibilidad de «juzgamiento en ausencia».


Franck Gaudichaud pertenece al colectivo de Rebelión. Es doctor en Ciencias Políticas y autor de Poder Popular y Cordones industriales. Testimonios sobre la dinámica del movimiento popular urbano en Chile – 1970-1973 (LOM, Santiago de Chile, 2004, www.lom.cl) y Operación Cóndor. Notas sobre el terrorismo de Estado en el Cono Sur (Sepha, Madrid, 2005, www.editorialsepha.com).