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María Jesús Sanhueza defiende a la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios

«A los estudiantes no nos unifica la Asamblea, sino nuestras demandas»

Fuentes: La Nación

A pesar de las declaraciones de quiebre y la salida del Instituto Nacional, la dirigenta pingüina niega que la asamblea haya llegado a su fin y dice no haber recibido críticas directas por su gestión como vocera nacional. María Jesús Sanhueza defiende a la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios de todas las dudas de quiebre. […]


A pesar de las declaraciones de quiebre y la salida del Instituto Nacional, la dirigenta pingüina niega que la asamblea haya llegado a su fin y dice no haber recibido críticas directas por su gestión como vocera nacional. María Jesús Sanhueza defiende a la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios de todas las dudas de quiebre. Asegura que aún se mantienen en ella la misma cantidad de colegios que el año pasado, y que las críticas que se han hecho a la organización «son siempre con el afán de mejorar, no con la idea de separarse».

-¿Está dividida la Asamblea Secundaria?

-No. Lo que pasó el sábado es que el Instituto Nacional se bajó, pero otros colegios emblemáticos, como el Barros Borgoño, decidieron quedarse. En esa asamblea se generó una pauta de discusión para que cada colegio discuta qué quiere que suceda con la asamblea, pero que sea una propuesta desde las bases.

Los estudiantes de regiones se quejaron del exceso de centralismo de los dirigentes. Dicen que no se debió salir a una marcha contra el Transantiago.

Ellos nos dejaron claro que no quieren quebrar la asamblea, sino mejorar su orgánica. Ellos trajeron una propuesta que estamos estudiando, la de tener más participación. Pero el tema del Transantiago no se tocó en la última reunión.

-Pero los estudiantes se quejaron a la salida de la asamblea por esa marcha ¿Crees que fue un error convocarla?

-No fue un error, de hecho la calificamos positivamente. Cada región es autónoma para decidir sus movilizaciones. Hubo marchas por el pase en el norte, en Concepción, en Temuco, y cada dirigente regional debe evaluar si es correcto o no.

-Las regiones se quejan de que no están siendo tomadas en cuenta.

-Si es así, entonces la asamblea estudiará una orgánica para descentralizar. Lo fundamental acá es establecer propuestas comunes para todos, un petitorio nacional. A los estudiantes no nos unifica la asamblea, sino nuestras demandas. No nos une la asamblea, sino el convencimiento de que queremos cambiar la educación. El movimiento secundario es un instrumento para conseguir ese fin.

-Muchas de las críticas que se han escuchado apuntan a tu papel como vocera. Dicen que tu conducción está politizada.

– Creo que no se puede personalizar lo que está pasando en la asamblea, porque está compuesta por muchos colegios y el tema de la inclusión de los partidos no es importante. Yo creo que decir que estamos siendo utilizados es una estrategia del Gobierno para desacreditarnos. En lo personal, nunca he hablado mal de un compañero secundario y no lo voy a hacer, y si alguien tiene un problema con mi conducción, esos se resuelve en la asamblea.

-¿Has recibido críticas directas?

-En las últimas reuniones, ni siquiera se ha tocado el tema de las vocerías.

-En cuanto a los emblemáticos y al resto de la asamblea ¿Es verdad que los divide la prohibición de seleccionar?

-No sólo a los liceos emblemáticos les molesta. La asamblea señaló que está de acuerdo con prohibir la selección, pero esto debe ser una consecuencia de un cambio de calidad en todos los establecimientos. Es decir, que todos tengan que acreditar que son buenos, y luego de eso, que no se pueda seleccionar.

-¿Se puede hablar del fin de una etapa para el movimiento secundario?

-En estos momentos estamos discutiendo que queremos cambiar en la educación, y ese no es un debate fácil. Hay que consultar a todos, y eso demora tiempo. Yo entiendo que esa demora sea interpretada por la prensa como un quiebre o ruptura, pero nosotros seguimos teniendo la misma cantidad de colegios. No podemos acelerar la discusión porque se trata de proponer qué queremos que suceda con la educación nuestra y de nuestros hijos. Es un tema demasiado importante como para tomarlo a la ligera.