La Habana, 9 de marzo. Desafiando los nuevos candados del Tesoro estadunidense al comercio agrícola bilateral, el estado de Louisiana y la importadora local Alimport firmaron este miércoles una carta de intención para que compañías de esa región vendan a Cuba 15 millones de dólares en alimentos antes de un año y medio. De ese […]
La Habana, 9 de marzo. Desafiando los nuevos candados del Tesoro estadunidense al comercio agrícola bilateral, el estado de Louisiana y la importadora local Alimport firmaron este miércoles una carta de intención para que compañías de esa región vendan a Cuba 15 millones de dólares en alimentos antes de un año y medio.
De ese monto comprometido, Alimport confirmó de inmediato 2 millones de dólares en la compra de 10 mil toneladas de arroz molido y 160 toneladas de suero lácteo, en condiciones de pago «internacionalmente utilizadas», afirmó Pedro Alvarez, presidente de la empresa cubana.
La carta fue suscrita por la gobernadora del estado, la demócrata Kathleen B. Blanco, quien realiza desde el martes una visita de unas 48 horas a la isla, junto con una comitiva de funcionarios de su administración y empresarios.
Alvarez firmó el documento y también ratificó un acuerdo con el puerto de Nueva Orleans, representado por su presidente ejecutivo, Gary LaGrange, para el empleo de esas instalaciones en el comercio hacia la isla.
En una franca oposición a la hostilidad de Washington hacia la La Habana, la gobernadora Blanco dijo que tras su viaje, de «significado histórico», esperaba «que esto sea mutuamente beneficioso en los años futuros; hemos expresado nuestros deseos comunes de que se normalicen las relaciones» entre los dos países.
«Deseamos lo mejor para Cuba y le enviamos muchísimo amor a través del Golfo de México», añadió la mandataria del estado que fue el principal socio comercial de la isla antes de la revolución de 1959 encabezada por Fidel Castro.
Por su viaje, el quinto de un gobernador de Estados Unidos a Cuba desde 1999, Blanco enfrentó críticas de partidarios de la política de mano dura.
Los compromisos de este miércoles se pactaron dos semanas antes de que entre en vigor una nueva disposición de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, según la cual las compras agrícolas cubanas, amparadas por una excepción a las leyes del bloqueo, se pagarán antes de que el barco zarpe de puerto estadunidense con la mercancía.
Los contratos con Louisiana Rice y AnPro Trading LLC, respectivamente, se cerraron con base en cartas de crédito, dijo Alvarez.
Ese es el mecanismo de pago que ha empleado Alimport desde que pudo comprar alimentos a Estados Unidos tras la expedición de una ley ad hoc en 2000.
Hasta el mes pasado, según la empresa cubana, las operaciones acumuladas representaban un valor de mil 255 millones de dólares.
No queda claro todavía qué sucederá con este flujo comercial a partir del próximo 24 de marzo, cuando tendrá vigencia la nueva norma de la OFAC.
Alimport trabajará con base en «prácticas internacionales aceptables», dijo Alvarez, confirmando de que mantendrá las compras a Estados Unidos hasta que sean posibles dentro de ese marco legal.
Hace dos semanas Alvarez alertó sobre los riesgos que corrían sus operaciones bajo las nuevas reglas de la OFAC, al mantener en territorio estadunidense, al mismo tiempo, el importe de un contrato y una mercancía que todavía no es despachada.
El peligro surge de que en años recientes tribunales estadunidenses han admitido y fallado en favor de demandas contra Cuba.
En un caso la sentencia se hizo efectiva con 93 millones de dólares tomados de los 161 millones de dólares de depósitos cubanos congelados en aquel país en 1962.
«Esta medida pone a los productores estadunidenses en franca desventaja con la competencia de otros países», añadió Alvarez, en alusión a que Alimport podría cambiar de proveedores si decide evitar los nuevos riesgos que corre en Estados Unidos.