Nadie podría haberse imaginado hace algunos días atrás que la desigualdad y el distanciamiento del pasado pinochetista, marcarían la agenda electoral de los dos grandes bloques políticos en Chile, la Concertación y la derechista Alianza por Chile. Las precandidatas de la coalición de gobierno de la Concertación, la socialista Michelle Bachelet y la demócrata cristiana […]
Nadie podría haberse imaginado hace algunos días atrás que la desigualdad y el distanciamiento del pasado pinochetista, marcarían la agenda electoral de los dos grandes bloques políticos en Chile, la Concertación y la derechista Alianza por Chile.
Las precandidatas de la coalición de gobierno de la Concertación, la socialista Michelle Bachelet y la demócrata cristiana Soledad Alvear, tengan que hacer malabares, para explicar a los chilenos cómo van a mejorar la redistribución del ingreso, dentro de un sistema neoliberal que el oficialismo ha sabido administrar muy bien.
Por otro lado, el siempre candidato de la derechista Alianza por Chile, Joaquín Lavín, se dio una voltereta y reniega de su pasado y toma distancia de su ex jefe, el ex dictador Augusto Pinochet.
DESIGUALDAD GOLPE BAJO A LA CONCERTACIÓN
No bastaron los datos que durante años entregó la CEPAL ni el PNUD, sobre la tremenda brecha entre ricos y pobres en Chile. Hace algunas semanas los obispos católicos chilenos, señalaron que la desigualdad en éste país es «vergüenza».
El Informe Mundial sobre Desarrollo Humano 2004 ubicó a Chile entre las 10 economías con mayor grado de desigualdad en el planeta, el documento señala que el 20 por ciento de la población con menores recursos sólo consigue el 3,3 de los ingresos y el 20 más acaudalado obtiene el 62,2 por ciento de la torta nacional.
Chile, se encuentra en el séptimo lugar en lo que refiere a concentración de ingresos del 10 por ciento más rico de la población, 750 mil personas aproximadamente, reciben ingresos 209 veces más altos que el cinco por ciento más pobre. Esta situación se ha agudizado en la última década, puesto que en el año 1990 esta diferencia llegaba a 130 veces.
La Conferencia Episcopal denunció que «las diferencias sociales, manifestadas en calidad de vivienda, acceso a los bienes de consumo, salud, educación y salario, entre otras, alcanzan niveles escandalosos».
Analistas políticos indicaron a Crónica Digital que la denuncia realizada por obispos es un hecho insoslayable para las precandidatas concertacionistas, porque justamente en estos 15 años de gobiernos oficialistas aumentó la brecha entre ricos y pobres y hoy deben explicar a los chilenos como disminuirla.
Por otra parte, Joaquín Lavín dijo este fin de semana que «siento una desafección cada vez mayor con lo que fue ese período de nuestra historia (régimen militar). Una lejanía cada vez mayor».
Para el candidato de la derecha, no solo quiere blanquear su imagen, sino además desmarcarse de las acciones que están tomando organizaciones de derechos humanos y de trabajadores, que en las últimas semanas han iniciado una serie de querellas contra los ex colaboradores del ex dictador chileno.
Como era de esperarse, los dos bandos (gobierno y oposición de derecha) se acusan mutuamente de la desigualdad en Chile, pero ninguno ha podido explicar porque el país sudamericano aparece entre los «top ten» de las naciones con mayor desigualdad entre sus habitantes.
CONVERGENCIA DEMOCRATICA, UNA PROPUESTA REAL PARA EL CHILE DE HOY
Más allá de las disputas electorales entre los dos bloques sistémicos. El 5 de junio próximo se realizará un evento en el que se espera que participen más de tres mil dirigentes sociales y políticos, en la asamblea nacional por la Democracia y Soberanía Nacional.
La asamblea de los antineoliberales chilenos, y que agrupa a comunistas, humanistas, sectores ecologistas, disidentes del oficialismo, y organizaciones sociales y sindicales, tiene como finalidad elegir a un candidato a la presidencia y los postulantes a diputados y senadores, además, iniciar un proceso de acumulación de fuerzas desde la base social, para enfrentar al sistema neoliberal y a quienes lo administran.
«Nos vamos a comprometer en un camino de recuperación de la soberanía nacional y popular y que deseen contribuir a la elaboración de un Programa de Gobierno que exprese la diversidad de intereses, sueños y anhelos del pueblo chileno», sostuvo una fuente de los organizadores.
La misma fuente sostuvo a Crónica Digital que los procesos que se están llevando en la base social: «Ha sido una sorpresa por la participación y entusiasmo. Eso demuestra que si existe un Chile real y que se preocupa de cómo enfrentar la brecha entre ricos y pobres».
«Se ha creado una instancia donde los profesionales del Poder Democrático y Social, Podemos, Fuerza Social, La Surda, Popularicos y Andes, han desarrollado un cronograma para la asamblea nacional, donde se discutirán entre otros temas, la desigualdad en Chile», explicó el dirigente de la mesa de Convergencia Democrática.
En tanto, el secretario general del Partido Comunista, Lautaro Carmona, afirmó que al igual que Lavín, las precandidatas de la Concertación han tenido planteamientos demagógicos sobre las posibles medidas para combatir la desigual distribución de ingresos en el país.
Sostuvo que ninguna de ellas ha hecho una propuesta en cuanto a aplicar impuestos al empresariado privado, donde están las grandes utilidades del país o un royalty a las transnacionales mineras, que son formas concretas de obtener ingresos para el gasto social.
A ocho meses de las elecciones presidenciales, hay dos Chile, uno mediático y que se da vuelta en lo mismo y otro que busca desde la base y con la experiencia de las elecciones de alcaldes y concejales, donde obtuvo cerca del 10 por ciento de los votos, levantar una propuesta de cambio.