Este sistema de producción agrario representa una alternativa viable ante las prácticas convencionales y también ante el uso de organismos genéticamente modificados (OGM).
La agroecología constituye, sin duda, una forma sistémica de producir alimentos en armonía con el medio ambiente y el desarrollo económico-social. Combina elementos bio-físicos y socio-económicos, que conforman tres columnas del desarrollo sostenible: social, económico y ambiental. También valora el comportamiento y evolución de todos los seres biológicamente vivos: plantas, insectos, aves, etc.
Es una disciplina científica que analiza las interacciones entre los componentes del sistema como un movimiento social, genera beneficios económicos para las comunidades rurales, cuya identidad cultural refuerza, y aplica un conjunto de acciones para optimizar la producción. Relaciona los conocimientos de la ciencia y el saber tradicional, para generar alimentos de forma sostenible.
Como ciencia reconocida, la agroecología se basa en la forma en que interactúan las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente. Sus soluciones, suelen ser locales o regionales, apuntan al aprovechamiento y mantenimiento de la biodiversidad, recurriendo por lo general a fuentes de energías naturales y renovables; reciclando la biomasa y minimizando los desechos, entre otras cuestiones.
Su aplicación se adapta a distintos contextos, a distintas escalas económicas productivas, la muy pequeña para el autoconsumo, la pequeña y mediana escala. Considera que el suelo y su entorno constituyen un ecosistema. Toma en cuenta todos los componentes del ecosistema y los identifica como una unidad, favoreciendo la sostenibilidad de las prácticas.
Encierra dentro de sus principios fundamentales la diversidad en todos los aspectos y a partir de ella es posible el restablecimiento y fortalecimiento de las funciones ecológicas que mantienen la resiliencia y toma en consideración el comportamiento económico-social de los sistemas productivos.
Los procesos económicos-sociales-ecológicos que propicia la agroecología con su producción, la posicionan como una estrategia para el cambio transformativo en la alimentación sustentable, lo cual se hace más evidente en periodos de crisis económicas y pandemias.
Por todo ello, la agroecología constituye un paradigma de agricultura, una alternativa viable ante las prácticas convencionales y también ante la reciente introducción organismos genéticamente modificados, que por lo general utilizan tecnologías apoyadas en el uso intensivo de químicos, prácticas de monocultivos y no uso racional de recursos naturales, suelo y agua.
Inocuidad o no de los OGM
El Decreto ley 4 /2020, y las Resoluciones 198 y 199/2020 legalizan
la introducción de los OGM en la agricultura cubana. Su introducción en el país es sin duda un tema controvertido con relación al apoyo y desarrollo de una agricultura agroecológica.
No se trata de enfrentar una con la otra, sino de valorar la manera de armonizar el desarrollo, identificando problemas y riesgos que la introducción de los OGM pudieran encerrar, desde el punto de vista social (salud humana-inocuidad de los alimentos), medioambiente (ecosistema) y económicos.
En cuanto a la inocuidad de los alimentos procedente de OGM, hasta la fecha no se ha observado en ninguna parte de nuestro planeta efectos adversos, según un informe del Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUC), organización no gubernamental que representa a la comunidad científica internacional.
Sin embargo, la ausencia de efectos negativos no significa que no haya riesgos de acuerdo a lo señalado por CIUC. Los científicos aceptan que no se conoce lo suficiente sobre los efectos a largo plazo.
Resulta más difícil evaluar los alimentos procedentes de OGM, por su complejidad genética, de hecho se requieren más estudios y evaluaciones respecto a su introducción , dado que pudieran encerrar posibles efectos no deseados.
Entre las principales preocupaciones se encuentra la posibilidad de aumento de alérgenos, toxinas u otros compuestos nocivos; la transferencia horizontal de genes, resistentes a los antibióticos; y otros impactos no deseados (FAO/OMS, 2000).
Si estos genes llegaran a transferirse de un producto alimenticio a las células del cuerpo o a las bacterias del tracto gastrointestinal, podrían desarrollar cepas de bacterias resistentes a los antibióticos, con consecuencias perjudiciales para la salud.
Científicos consideran hasta el presente que la probabilidad de transferencia es baja, de acuerdo al Panel de revisión científica de GM. Sin embargo un grupo de expertos de la FAO y la OMS (2000), entre otras instituciones, ha desaconsejado la utilización de genes resistentes a los antibióticos.
En este sentido, existe coincidencia entre especialistas y la comunidad científica en que no es suficiente el análisis químico.
A la vez reconocen que pueden necesitar ensayos adicionales, ya que modificaciones genéticas múltiples, que implican OGM, pueden acrecentar la probabilidad de efectos no deseados, de acuerdo a CIUC y el Panel de revisión científica de GM.
Las orientaciones del Codex Alimentario precisan sobre el proceso de evaluación de la inocuidad de alimentos procedentes de OGM, el cual debe efectuarse comparándolo con sus homólogos convencional y agroecológico, demostrado inocuo, según un largo historial de su uso, centrándose en determinar similitudes y diferencias entre ambos.
Ante la presencia de problemas de inocuidad, es recomendable caracterizar el riesgo asociado y determinar su relevancia para la salud humana.
Los científicos coinciden en que los alimentos originados en OGM deben ser evaluados caso a caso, centrándose en el producto en sí, y no en el proceso mediante el cual fue creado.
Existe unanimidad entre ellos en cuanto a la necesidad de valorar la inocuidad de estos alimentos desde antes de salir al mercado, ya que posteriormente sería en extremo difícil, al unirse a complejidades de la dieta de los consumidores y variabilidad genética de la población.
Impactos ambientales directos
Cualquier tipo de agricultura, ya sea convencional, de subsistencia o ecológica influye en el ambiente. Es de esperar que también influyan las nuevas técnicas OGM.
Los cultivos de OGM, pueden causar al medio ambiente efectos directos, como la transferencia de genes a cultivos convencionales; la propagación de malezas (supermalezas, a partir de la resistencia a herbicidas), efectos de rasgos en otras especies y otros no intencionales.
En la comunidad científica no existe consenso sobre el flujo de genes, entre cultivos de OGM y el resto de los cultivos, inclusive híbridos transgénicos rústicos, según valoración del CIUC. De poseer el OGM alguna ventaja competitiva sobre la población silvestre, entonces podría persistir en el medio ambiente y trastornar el ecosistema.
No obstante existe consenso entre el propio CIUC, el Panel y otras instituciones sobre la necesidad de evaluar los efectos ambientales, caso por caso y recomiendan el seguimiento ecológico después de la utilización de los OGM, para detectar efectos no previstos.
También se manifiesta un amplio acuerdo en los científicos respecto de las repercusiones ambientales de los cultivos OGM y otros organismos vivos modificados (por ejemplo, semillas OGM), que deben aplicarse procedimientos de evaluación de riesgos de base científica, aplicado a uno por uno (individual), según la especie, rasgo y agroecosistemas, donde se desenvuelve.
Hasta donde es conocido no hay directrices y normas internacionalmente acordadas para evaluar el impacto ambiental de los organismos transgénicos (CIUC), como sucede en cuanto a la inocuidad de los alimentos.
La comunidad científica recomienda más investigaciones sobre los efectos inmediatos, una vez esté en vigor el reconocimiento oficial y aplicación de los cultivos de OGM. A la vez suele reclamar un seguimiento específico del comportamiento de ellos y mejores metodologías de seguimiento, CIUC; FAO, 2004.
Impactos ambientales indirectos
De igual manera, los cultivos de OGM pueden propiciar efectos indirectos no deseados al medio ambiente, como resultado del cambio de prácticas agrícolas o ambientales asociadas con las nuevas variedades, empleo de insecticidas y herbicidas, y sistemas de
cultivo.
La comunidad científica considera que el empleo de insecticidas y herbicidas en la agricultura convencional ha perjudicado los hábitats de aves, plantas silvestres, insectos y ha reducido gravemente sus poblaciones.
Los cultivos OGM están cambiando las modalidades del empleo de productos químicos, y prácticas de explotación agrícola, pero los científicos no están plenamente de acuerdo en cuanto al resultado del balance para el medio ambiente (CIUC). Aceptan que se requieren más análisis comparativos entre las nuevas tecnologías (OGM), las prácticas agrícolas convencionales y la agricultura agroecológica.
Alertan, en tanto, que la amplia utilización a largo plazo de cultivos OGM y el empleo de herbicidas (glifosato y glufosinato) asociados a dichos cultivos, puede fomentar el desarrollo de plagas y malas hierbas resistentes. Situaciones registradas con frecuencia en cultivos y plaguicidas convencionales, sobre el medio ambiente son objeto de debate.
En todo el mundo, más de 120 especies de malas hierbas han desarrollado resistencia a los herbicidas utilizados en cultivos OGM.
Factores económicos
Es cierto que la economía cubana es cada vez más dependiente y vulnerable respecto a su seguridad alimentaria. En los últimos años se han registrado niveles cada vez más elevados de importación de alimentos, ante una producción nacional insuficiente y menos eficiente.
La introducción de los OGM a escala productiva suelen ser el maíz y la soya. En el caso específico del maíz grano se importa anualmente entre 400.000-500.000, toneladas de maíz grano seco, con erogaciones que oscilan entre 270 y 300 millones de dólares. Con relación a la soya las importaciones anuales alcanzan entre 110.000-118.000 toneladas, con gastos de entre 50 y 55 millones de dólares.
De igual forma, en importaciones anuales de agroquímicos se gasta alrededor de 127 y 130 millones de dólares.
En el caso de las afectaciones por causa de la palomilla (Spodoptera frugiperda) en Cuba se dispone de controles biológicos, con el empleo de un insecto entomófago producido en Cuba, sin embargo para los salta hojas (Dalbulus maidis- vectores del maíz) no existe control biológico hasta el presente.
La introducción de OGM en la producción de maíz a escala productiva tomando en consideración los rendimientos reportados entre 3-4 tm/há en 2.000 has, con el empleo de una variedad que no era el sistema de producción más extendido a nivel mundial, resultan ser superiores comparado con los rendimientos nacionales reportados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, de un promedio de 2,5 TM/ha.
En la presentación del proyecto de maíz híbrido transgénico, ante decisores, científicos y expertos (septiembre 2020), se reportó una productividad media de 4-5 Tm/ha cosechadas en 541 hectáreas sembradas en cuatro provincias.
Aspectos a puntualizar
–El hecho de no observar efectos negativos derivados del consumo de OGM, no significa que no ocurran. Los científicos concuerdan en que los conocimientos son incompletos sobre los procesos ecológicos y de inocuidad de los alimentos. No puede asegurarse la inocuidad completa, se requiere de un sistema de evaluación de base científica que determine objetivamente los beneficios y riesgos de cada OGM
-Es importante evaluar el costo-beneficio, para la producción convencional, los OGM y la agricultura agroecológica, en igualdad de niveles de recursos, para dichas formas.
-No limitarse a indicadores de rendimiento, sino incorporar los costos en USD, de los insumos (fertilizantes, herbicidas e insecticidas), combustibles, entre otros, considerando el costo de la semilla.
-Los insumos fundamentales suelen ser importados, dada las exigencias de la tecnología OGM. ¿Hasta dónde será el alcance de mayor soberanía alimentaria, en la relación costo-beneficio en moneda libremente convertible? Se debe realizar comparaciones de resultados y gastos con la producción convencional y agricultura agroecológica. Además, considerar la disponibilidad oportuna en tiempo y exigencia tecnológica, recibida por cada modelo productivo señalado.
–La evaluación debe incorporar los costos ambientales en los cuales se pudiera incurrir.
-La ciencia no puede declarar que una tecnología está completamente exenta de riesgos.
-Los cultivos de OGM pueden introducir nuevos desafíos. La sociedad tendrá que decidir cuándo y dónde la ingeniería genética es suficientemente segura.
-Surgen interrogantes. ¿Se encuentran agotadas las potencialidades genéticas- tecnológicas-económicas, en los cultivos convencionales y agroecológicos, que justifiquen la aceptación de OGM? ¿La introducción de OGM amenazará exportaciones agroecológicas?
Referencias:
http://www.fao.org/3/y5160s/y5160s10.htm «El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 2003-2004» Capítulo 5: Repercusiones de los cultivos transgénicos en la salud y el medio ambiente Internet Google
https://www.eoi.es/blogs/msoston/2016/03/08/la-produccion-de-transgenicos-para-satisfacer-objetivos-de- ECOI Internet Google
http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272000000300003 versión On-line ISSN 2173-9110versión impresa ISSN 1135-5727. Revista Española de salud Publica vol.74 no.3 Madrid may./jun. 2000. Internet Google
Armando Nova, economista y profesor de la Universidad de La Habana