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Agrupación London-Chile Solidarity protesta en el marco de ‘Chile Day’ contra la violencia de Estado

Fuentes: Rebelión

a agrupación London-Chile Solidarity, formada por residentes chilenos en Londres, se manifestó el 8 de septiembre en la tarde en las afueras de ‘Chile day’, evento de colaboración público-privada patrocinado por el Ministerio de Hacienda chileno y la Embajada Británica, en protesta en «contra la violencia de estado que sigue siendo una parte integral de […]

a agrupación London-Chile Solidarity, formada por residentes chilenos en Londres, se manifestó el 8 de septiembre en la tarde en las afueras de ‘Chile day’, evento de colaboración público-privada patrocinado por el Ministerio de Hacienda chileno y la Embajada Británica, en protesta en «contra la violencia de estado que sigue siendo una parte integral de un sistema estructurado alrededor de la defensa del neoliberalismo». En particular, denuncian hechos como el ocurrido el pasado 24 de Julio, donde Nelson Quichillao, un trabajador subcontratista de la empresa minera estatal CODELCO fue asesinado por la policía (Carabineros de Chile) en una protesta por mejoras en sus condiciones laborales. Sostienen que él es uno más dentro de la larga lista de luchadores/as sociales asesinados en la «democracia» vigilada por la constitución de Pinochet.

«Hemos venido hasta la sede de este evento para denunciar que Chile Day es donde el actual gobierno, ahora sin la careta de sus primeros impulsos reformistas y ocultando las condiciones de represión sistemática, precarización y desposesión de los/as trabajadores, viene a mostrar a Chile como un país atractivo para la inversión extranjera» señaló uno/a de los manifestantes.

La agrupación repartió volantes y levanto consignas contra la represión de trabajadores, estudiantes, mujeres y mapuches, permaneciendo durante 3 horas en las afueras del evento.

http://static2.demotix.com/sites/default/files/imagecache/a_scale_large/8400-4/photos/1441759200-protest-for-killed-chilean-mineworker-nelson-quichillao--london_8495394.jpg
foto: http://www.demotix.com/news/8495398/protest-killed-chilean-mineworker-nelson-quichillao-london#media-8495394

Discurso de la actividad:

Nelson Quillichao López, trabajador subcontratista de la minera estatal de cobre CODELCO, murió asesinado por la policía chilena el 24 de julio de 2015, uniéndose así a una larga lista de luchadores sociales asesinados por las fuerzas represivas del Estado chileno. No cabe pensar que esto fue un hecho aislado, o la iniciativa personal de algunos agentes de la policía. Por el contrario, sabemos de sobra que la indiferencia y la violencia son las únicas respuestas que todos los últimos gobiernos han sabido dar a las aspiraciones de justicia y cambio social.

En 1990 fueron muchos los que en Chile y el mundo esperaron que el fin de la dictadura de Pinochet traería también el fin de la violencia de Estado. Se equivocaron. Nelson Quichillao, Rodrigo Cisternas, Manuel Gutiérrez, Matías Catrileo, Alex Lemún, Claudia López y Juan Pablo Jiménez son sólo algunos de los nombres de las más de 70 personas asesinadas en democracia por el Estado. A ellos se suman centenares de torturados, en buses y cuarteles policiales. En la gran mayoría de los casos, un manto de impunidad envuelve a los culpables hasta el día de hoy.

Esto no nos debe sorprender. La continuidad de la violencia no es producto de la porfía de algunos exaltados que visten uniformes, sino la expresión de políticas institucionales de quienes detentan el monopolio de las armas, los que siguen operando, con la complicidad de las élites políticas, bajo la lógica del enemigo interno. Así, todo ciudadano, todo poblador, todo estudiante, comunero mapuche o trabajador, que levanta su voz de descontento y resistencia, es considerado un sospechoso, un peligro que debe ser vigilado, intimidado y reprimido. Esto tampoco nos debe sorprender. Esas políticas institucionales no son simples resabios de la dictadura, sino parte integral de un régimen de defensa del capitalismo neoliberal que sitúa los privilegios del capital, de la riqueza, por sobre cualquier otra consideración. Por sobre la democracia, por sobre la justicia, por sobre la naturaleza, por sobre el bienestar y los derechos de los pueblos, y en definitiva, por sobre la vida humana.

La misma historia se escribe en muchos países. Aquí, en el Reino Unido, la brutalidad policíaca fue protagonista de la implantación del neoliberalismo en los años de la Sra. Thatcher. En Chile, esas políticas neoliberales sólo pudieron encontrar su camino por medio de la brutalidad genocida de la dictadura. Y tal como años más tarde, la rosa mustia del laborismo inglés del Sr. Blair se transformó en la guardiana del legado de Thatcher, en Chile, los demócratas de ayer, los que alguna vez habían jurado lealtad a los principios del socialismo o el comunitarismo, los que en 1990 recibieron el mandato del pueblo de Chile para esclarecer las violaciones a los derechos humanos, para revertir las privatizaciones corruptas, para reducir las escandalosas desigualdades de ingresos, para garantizar el acceso a los derechos más esenciales como salud, educación o pensiones dignas. ¡Esos! se transformaron en los guardianes del legado de la dictadura y nos dijeron que los cambios se harían en la medida de lo posible. Pero nada es posible cuando la oportunidad de acomodarse en la riqueza y el poder ahogan toda voluntad de cambio.

Hoy, más de veinte años más tarde, esos mismos oportunistas agrupados en un segundo gobierno de Michelle Bachelet, varios de los cuales están aquí hoy día, recibieron un segundo mandato del pueblo de Chile, para comenzar a construir una real democracia desde una asamblea constituyente, para acabar con los privilegios en la educación, para reducir las desigualdades, para fortalecer el sindicalismo. Y nuevamente, después de prometer que esta vez sí cumplirían con su palabra, que esta vez las cosas no se harían igual que antes, pocos meses después de aquellas promesas, le han dicho al pueblo de Chile que los cambios tendrán que esperar, que las condiciones económicas obligan al realismo, para lo cual incluso acuñaron una simpática frase: realismo sin renuncia, han dicho.

Venimos a decirles que entendemos, que les creemos, que sabemos que jamás renunciarán a sus privilegios, que no renunciarán al neoliberalismo, que no renunciarán a su lealtad al capital por sobre todas las cosas y que no renunciarán a la represión de los trabajadores, de los estudiantes, de los comuneros y de todo aquel que los desafíe.

Hoy se reúnen en este lugar autoridades y empresarios, de Chile y el Reino Unido, para fomentar las inversiones. Nos dirán que están comprometidos con generar empleo, con generar desarrollo; pero sabemos que su único compromiso es con el capitalismo más salvaje, con las inversiones que devastan los recursos naturales y con generar empleos que garantizan precariedad y abuso. Un verdadero neoliberalismo sin renuncia.

Por eso, también venimos a decirles que en nosotros tampoco hay renuncia! Que mientras continúen reprimiendo, resistiremos, que mientras defiendan al capital y el privilegio, nosotros forjaremos solidaridad y organización, que mientras continúen vendiendo ilusiones, nosotros construiremos puentes para el encuentro de todas las luchas y para el encuentro de todos los que creen que otro mundo es posible. Sabemos que se acerca el día en que el pueblo abrirá las grandes Alamedas donde trabajadores/as, estudiantes, pobladores/as, y comuneros/as caminen libres para construir un futuro mejor. Compañero Nelson Quichillao, presente!

Ver mas en: https://www.facebook.com/londonchilesolidarity

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.