Recomiendo:
0

Agujeros negros

Fuentes: Rebelión

Sábado 23 de marzo de 2013. 20’30 a 21’30. La hora del Planeta. Se apagarán las luces de un buen número de monumentos emblemáticos de todo el mundo contra el cambio climático y por un consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Hasta la Giralda fundirá a negro en pleno Sábado de Pasión en […]

Sábado 23 de marzo de 2013. 20’30 a 21’30. La hora del Planeta. Se apagarán las luces de un buen número de monumentos emblemáticos de todo el mundo contra el cambio climático y por un consumo sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Hasta la Giralda fundirá a negro en pleno Sábado de Pasión en la convocatoria de este año como un atrevido símbolo revolucionario de estas performances reivindicativas del siglo XXI.

Carl Sagan escribió que un agujero negro es «una especie de gato cósmico de Cheshire enigmáticamente indiferente a lo que le rodea». Los edificios oscurecidos esta noche y al mismo tiempo paradójicamente mostrados en las pantallas de todos los televisores simbolizan ese gato cósmico, ese cinismo insoportable de los que nos gobiernan, en la luz y en la sombra, pretendiendo entretenernos y enternecernos con sus supuestas luchas ecologistas del mundo del espectáculo mientras son ellos mismos los que destruyen la Tierra en nombre de un sistema económico depredador.

En Chipre los bancos se convierten, por obra y gracia de la troika, en inmensos agujeros negros que se tragarán los ahorros de sus ciudadanos para seguir engordando a la bestia, dibujando un teatro de operaciones que nos muestra a los demás lo que está por venir.

Y aquí nuestros gobernantes siguen implacablemente, sin prisa pero sin pausa, convirtiendo la materia en antimateria, destruyendo el sistema de pensiones, condenando al paro a millones de trabajadores, privatizando los trasplantes, satanizando a los maestros públicos en burdas campañas de desprestigio… Llevándonos a (casi) todos al más negro de los agujeros en una suerte de retroceso histórico al siglo IV cuando el fanatismo y la ceguera destruyeron el mayor legado científico y cultural que se ha perdido en la historia de la humanidad.

Algunas de las obras que fueron destruidas en la Biblioteca de Alejandría pertenecían a Aristarco de Samos, astrónomo que afirmaba que la Tierra es uno de los planetas que orbita al Sol o que las estrellas están a una enorme distancia de nosotros. Ha habido que esperar casi 2000 años para redescubrir esto. ¿Cuántos años tendrían que pasar para que recuperáramos lo que nos están quitando?

Los agujeros negros, dicen, pueden convertirse en agujeros de gusano, en pasajes que conduzcan a otros mundos. Nuevos. Diferentes. Mejores. Hace falta no tenerles miedo, hacerles frente. Hace falta por encima de todo descubrir su existencia y darnos cuenta de la broma macabra que se esconde tras sus «horas del Planeta».

Y hacen falta muchas Hipatias.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.