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Al Acuerdo de Paz con las FARC-EP- la ciudadanía presente, no las élites

Fuentes: Rebelión

Es impresionante en el dilema que tiene el presidente Juan Manuel Santos, al Acuerdo de Paz firmado el pasado 26 de septiembre en la ciudad de Cartagena, entre el Estado de Colombia y el señor Rodrigo Londoño miembro de las Farc-Ep. La viabilidad política de dicho acuerdo está en conmoción a mi modo de ver […]

Es impresionante en el dilema que tiene el presidente Juan Manuel Santos, al Acuerdo de Paz firmado el pasado 26 de septiembre en la ciudad de Cartagena, entre el Estado de Colombia y el señor Rodrigo Londoño miembro de las Farc-Ep. La viabilidad política de dicho acuerdo está en conmoción a mi modo de ver bajo de tres premisas a considerar:

I El sometimiento del acuerdo de Paz a un mal llamado plebiscito ocurrido el 2 de Octubre- Es claro que el   presidente Juan Manuel Santos no le puso ni alma, ni cuerpo para sacar adelante el acuerdo sobre la implementación del acuerdo con las FARC-EP. Este contexto tiene a todo un pueblo en un limbo, en una incertidumbre que se logró por la polarización que se antecedió al plebiscito. Santos un camaleón, sin pena lleva una vez más al país a una gran polarización y una confusión, cooperando con la intención de Álvaro Uribe Velez de eliminar el acuerdo. El abstencionismo de la población no pudo ser mayor.

II. Diplomacia y dilación de la implementación del Acuerdo -Santos de manera irresponsable sigue con su diplomacia mediática, mientras le da concesiones a la extrema derecha de este país representada en Alvaro Uribe Velez, donde incluye gremios, militares, empresarios y politiqueros para los propósitos de las élites de este país que no quieren, ni desean avalar los acuerdos de la Habana.

III. La criminalización del Acuerdo , es inaceptable que uno de los hombres señalado por paramilitarismo en Colombia, el hoy día senador Álvaro Uribe Velez sin pena ni gloria, comienza hacer vocería no solo del Centro Democrático sino en cada uno de los grupos de extrema derecha quienes son opositores a la Paz para confrontar, negar y pretender eliminar el acuerdo de paz con las FARC-EP con el gobierno de Santos, quienes han transitado por más de 5 años en reflexiones, consensos, y quien los grupos del NO señalan bajo la estrepitosa palabra de «renegociar» y eliminar lo pactado, tratando de imponer condiciones de orden político y jurídico.

Renegociar contravía de la historia o de un modus vivendi?

Según Álvaro Uribe Velez, Alejandro Ordoñez y Andrés Pastrana se ondearon bajo «un pacto político», por un lado, para sus pretendidas campañas presidenciales al 2018 y de otro lado, para fortalecer a los gremios de tierras, empresarios, militares, políticos y organizaciones religiosas que tienen intereses bajo una concepción monista de la paz2:

1 Aplicación de espacios económicos neoliberales : su pretensión de generar gradualmente en los territorios un carácter privado y productivo, anexando al sector financiero, para la defensa de su modelo neoliberal.

2. Los territorios afianzados como estrategias geo-militares: crear escenarios geográficos en defensa de la propiedad privada, de carácter proteccionista hacia los tenedores de las tierras despojadas a los campesinos. Me pregunto ¿Será que le temen a la actualización catastral e identificación geográfica de los territorios, contemplado en el Acuerdo de la Habana?

3. El «pacto político» extiende su carácter represivo, hacia la protección bajo un circuito de seguridad militar en los territorios en defensa de la tenencia de la tierra individualizada, desvalorizando y eliminando la titulación de los campesinos y la colectividad de los territorios que acordó las FARC-EP para los afros, indígenas y campesinos.

3 . Espacios de poder y justicia proteccionista: Extensión de la impunidad para los militares involucrados en crímenes de lesa humanidad, reivindicando la protección a parapolíticos e impunidad a quienes han despojado a los tenedores y propietarios de las tierras de los campesinos.

4. Extensión de un dispositivo militar : es sabido que Alvaro Uribe y sus miembros del «pacto político» han sido proteccionistas de las bases militares en Colombia, como parte del modelo internacional de intromisión de la soberanía en Colombia. La política internacional y proteccionista del modelo capitalista, lo hace anexarse al mundo de la privatización de los territorios donde incluyen: el despojo, la miseria, las persecuciones y muerte a campesinos, indígenas, afros y mestizos como parte de todo un movimiento social.

Esto responde al gran «pacto político de élites» para desconocer el acuerdo de la Habana. Esta postura transferida del modelo neoliberal, hacia lo que pretende Uribe en el acuerdo de Paz en la Habana, no es viable políticamente, el cual quiere sin pena, ni gloria borrar de un plumazo todo lo acordado.

Lo acordado con las FARC-EP

Las FARC-EP han estipulado a mi modo de ver, tres fundamentos políticos esenciales de Paz 3:

1 Un enfoque territorial, donde se extienden escenarios políticos, incluyentes hacia el desarrollo de una geografía social, considerando territorios multi-escalares con unidades económicas y geográficas de economías agrarias.

2. Una justicia Restaurativa. Esta implica una reparación y un reconocimiento del derecho de las víctimas con impacto individual y colectivo .

3. Derechos a las Victimas: un gran avance en el modelo de justicia bajo un sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, implica hacia los ciudadanos el reconocimiento como sujetos de derechos y de una aplicación de integralidad para el esclarecimiento de la verdad, con respecto a la responsabilidad de los actos cometidos. La aplicación de una justicia especial de paz y sus respectivos tribunales, implica no la impunidad.

Esto ha significado una transversalidad en los derechos de los ciudadanos, los cuales contempla una ruta para viabilizar la Paz donde se tienen grandes efectos extensivos en la población: las víctimas, la justicia especial y el territorio, todo contemplado de manera armónica en seis, (6) contenidos grandes con su respectivos subcategorías de trabajo, como el estipulado en género.

1. Desarrollo Rural Integral

2. Participación política

3. Fin del conflicto

4. Solución a las drogas y erradicación de cultivo

Ilícitos

5. Derechos de las víctimas.

6. Implementación de los Acuerdos

Si bien , en medio de este acuerdo, la guerrilla de las FARC-EP ha dado grandes concesiones, tales como aceptar el modelo económico actual, desarmarse, la aceptación de las bases militares, las penas para sus integrantes, blindaje a militares, sin embargo su modelo de Paz responde a eso alcances de resistencia que han venido bifurcando históricamente : la lucha agraria para el campesino, corazón central de la lucha armada que inició el rebelde Manuel Marulanda.

La criminalidad de Alvaro Uribe Velez contra los acuerdos de Paz en la Habana

Alvaro Uribe Velez con sus integrantes del «pacto político» que durante el trayecto de la negociación y durante su mandato, las FARC-EP fueron internacionalmente declarados terroristas y quien Uribe se la pasó despectivamente atacando el acuerdo de la Habana, quiere que hoy se entregue la Paz bajo su modelo neoliberal, fortaleciendo la impunidad a militares y el despojo de la tierra a los campesinos. Esto implica, críticamente que el país se detenga, la población y la organizaciones sociales y sectores del movimiento social, ante la interferencia de Uribe de eliminar el acuerdo de la Habana, con el propósito de evadir la responsabilidad histórica de resarcir a 6 millones de desplazados, los cuales, fueron despojados de sus tierras, hogares y unidades productivas por grupos de paramilitares en regiones como Antioquia, Chocó, la zona del Magdalena medio, la costa Caribe, Arauca, y el sur-occidente del país entre otras zonas geográficas de Colombia .

En este trayecto de Álvaro Uribe Velez, más que una ruta de paz, su propuesta es un dispositivo de seguridad para proteger a las élites y sus gremios económicos, hacia una campaña presidencial del 2018. En ello el flamante noble de Paz Juan Manuel Santos que juguetea con la verdad y toma posturas de «señorita tomando té», en un asunto tan serio como la Paz, y pretende poner la paz a renegociar» desde las élites bajo un dualismo político : El Uri-santismo .

Santos más allá de un deber, tiene una obligación como mandatario hacer respetar y valer el acuerdo inicial pactado con las FARC-EP , pues es con la guerrilla con quien negoció y es la que ha estado en rebelión, en lucha armada por más de 50 años contra el estado colombiano. Esta guerrilla abrió un camino de Paz en Colombia hace 6 años y realizó otros intentos años atrás.

Las movilizaciones: arderá la memoria?

Veo con atención estas movilizaciones ciudadanas, si bien son fundamentales, me pregunto -¿Qué curso de la historia tendrán sobre el acuerdo de Paz? El acuerdo de paz en Colombia, transita en manos del presidente, para hacer valer el acuerdo de paz de la mesa de La Habana y lo que ha hecho es darle larga el tema a pesar de que: de un lado, está la gran ola de movilización que trasciende buscando en sus labios el destino que les ha sido arrebatado ….. Muchos analistas invocan plebiscito, cabildo abierto y hasta constituyente, la cual no descarto, pero ¿Ahora?

El país está en un limbo, no tengamos aires triunfalistas de paz , con estas grandes movilizaciones que se desplazan sumando ausencias de lo que les ha sido negado, vulneradas en sus historias, in- atendidas, en desarraigo, en un vacío individual, que bajo naufragio colectivo no han sabido a que playa llegar ante ese estado criminal. Hoy ondean la esperanza de la Paz, que no está en manos del «pacto político de élites»; el uri-santismo que quiere a rompecabezas imponer una paz mesiánica, mutilada bajo: seudo-políticos, bandidos, narcos, paras, comerciantes, empresarios y politiqueros que se mofan de esa grande masa que se moviliza ahogada, trasnochada por el curso de la historia impuesta. Ello no es más que la extensión de lo que no ha ocurrido… Allí en ese vacío político, ¿Será que hay esperanza de paz, para una población que cabalga en desarraigo?

Hoy, creen que se mueven en deuda con las víctimas, pero han sido víctimas de la naturaleza del estado que les ha tocado vivir en Colombia. No se pronunciaron en el plebiscito, porque la esperanza mal habida fue su confusión, hoy arden en su memoria, como colectivo, unidos respetuosos campesinos, indígenas, afros, marchantes de todos los géneros; se mueven buscando respuestas que las debieron haber dado, ante el mal plebiscito por el acuerdo de Paz, sin duda a las víctimas del paramilitarismo y del terrorismo de estado.

Pero a esta ola que suma, no se le olvidó que son víctimas-mismas, ellos los campesinos, afros e indígenas y población de las grandes urbes y municipios, son hermanos de amistad política, todos sumados por el desenfreno sufrido…

Pero más allá, en ese estribor hay que fijar los ojos en Santos y Uribe que son un par de diletantes políticos. El diletante político con su cara de señor, respetuoso aparentemente ante el poder, pero con gran procacidad moral para repartirse lo que no les corresponde.

Es inaceptable tanta burla para el pueblo, para esta multitud que exige unida, respeto, se dirige a la mesa de la Habana quien sin duda debe poner punto final a esta arremetida del Uri-Santismo contra el proceso de paz, el pueblo está acompañando el anhelo de Paz, han dado el viraje insospechadamente, como sospechosamente se dio la pérdida del plebiscito el 2 de Octubre. Hay que arreciar, con carga, con anhelo histórico, pero sin pensar en el triunfalismo sino en este tiempo por ahora histórico: la plaza pública reclamando la voz de libertad…

Santos quiere recibir el nobel de paz, que se obligue a respetar y formalice jurídicamente el Acuerdo Final de la Paz con las Farc. La plaza espera la voz política de la Mesa de la Habana.

La ola se ha acercado multitudinariamente en una voz por el acuerdo de Paz, se declara a no ser anónima, sino a luchar, a resistir ante lo que ha sido in-atendido y negado por décadas: la Paz. No se perdieron en la confusión de las élites. Es la fuerza espacio-temporal que le avisa a la Mesa de la Habana, para recordarles que el pueblo en Colombia no es anónimo, es la lucha por la dignidad, la esperanza y la existencia sin triunfalismos, pero con anhelos políticos.

¡Desgraciados los pueblos que han dejado de ser feroces¡ –

Vargas Vila.

Notas:

2 Ver la propuesta de Alvaro Uribe Velez : http://noticias.caracoltv.com/acuerdo-final/estos-son-los-cambios-que-propone-alvaro-uribe-al-acuerdo-con-las-farcs

3 Ver el Acuerdo Final: https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/24_08_2016acuerdofinalfinalfinal-1472094587.pdf

María Fernanda Quintero Alzate. Geógrafa Magíster en Colombia IGAC-UPTC, París III (IHEAL) Université de la Sorbornne. Investigadora social en Memoria, Territorio y Derechos Humanos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.