¡Somos el primer narco-Estado del mundo! Ese título ya no nos lo quita nadie gracias a Uribe y a Duque. ¡Qué deshonor y qué vergüenza! Duque no tiene autoridad para nada. Se pasea por el mundo posando de impoluto y opinando aquí y allá sobre cómo superar los problemas del planeta disertando sobre el cambio climático, los derechos humanos y dando consejos sobre cómo neutralizar el narcotráfico, mientras el país arde en el fuego de todas las podredumbres. Cínico irredento; artista del engaño y la simulación, que solo mira la paja en el ojo ajeno. ¿Cómo pudimos los colombianos aceptar, sin chistar, que un personaje financiado por dineros del narcotráfico colectados por su amigo el Ñeñe Hernández, ocupara el máximo cargo de la nación? No nos digamos mentiras; este país lo gobierna la mafia. Tenemos que pellizcarnos; y si no lo hacemos nosotros mismos ¿entonces quién? Todo el mundo sabe, incluido su amigo de universidad, el Fiscal General Francisco Barbosa, de las andanzas de Duque con el Ñeñe Hernández, en reuniones sociales, en parrandas. Todos vimos al Ñeñe y al “piloto de la mafia” que lo transportaba en su avioneta de un lugar a otro, celebrando como invitados en el Palacio de Nariño su posesión como presidente el 7 de agosto de 2018… Muchas fotografías testimonian esa relación de gánsteres. Más tarde el Ñeñe fue sospechosamente asesinado y el piloto murió estrellado. Debiera indagarse a fondo la verdad sobre cómo ocurrieron esas muertes. No vaya a ser que les haya pasado lo mismo que a Pedro Juan Moreno. El problema es que aquí tenemos un fiscal totalmente ciego que para estos casos ha transformado el ente acusador en una instancia de defensa de los maleantes políticos que lo colocaron en ese cargo. ¿Cómo salir de este laberinto oscuro de la deshonra? Nuestro deber es rescatar la majestad y el respeto de Colombia ante las naciones del mundo. Luego de soportar durante tres años el peor de los peores gobiernos, tenemos que pedirle al títere del Palacio de Nariño con la poderosa fuerza del pueblo desplegada en las calles. ¡QUE SE VAYA! Un presidente así no le sirve al buen nombre de Colombia. FARC-EP, Segunda Marquetalia |
Al carajo el narco-estado
Fuentes: FARC-EP