Si algo a demostrado el Capitalismo hasta hoy es que es un desarrollo que esencialmente produce desigualdad y el bienestar de una pequeña minoría es a expensa de millones de seres humanos. Incluso en aquellas sociedades que se precian de igualitarias, su igualdad está sostenida en la explotación de lejanos y anónimos seres humanos. La […]
Si algo a demostrado el Capitalismo hasta hoy es que es un desarrollo que esencialmente produce desigualdad y el bienestar de una pequeña minoría es a expensa de millones de seres humanos. Incluso en aquellas sociedades que se precian de igualitarias, su igualdad está sostenida en la explotación de lejanos y anónimos seres humanos. La felicidad y el bien colectivo no están en el horizonte del capitalismo ni en el de sus sostenedores.
En particular los fenómenos de la economía, en que aparentemente se oponen planificación y mercado no pasa de ser en la generalidad de los casos una mera ficción. La así llamada mano invisible del mercado no es nada mas que la concentración de los poderosos hilos financieros de quienes manejan el poder y la riqueza. Los poderosos planifican rigurosa y fríamente sus pasos y lo seguirán haciendo mientras predominen la ignorancia política y el convencimiento de las masas del opio de que la felicidad está en el más allá.
Lo ocurrido la semana recién pasada en la economía estadounidense es un ejemplo fehaciente de lo que acabamos de afirmar. La brusca caída del empleo y la incesante caída del dólar frente al euro, parecieran ser producto de fuerzas ciegas e impredecibles. Pero ambos fenómenos, que provocaron un súbito bajón en todas sus bolsas de transacciones, fueron y siguen siendo provocados por el apetito insaciable de ganancias del capital financiero. Obviamente esta caída se reflejó en la ‘blindada’ economía chilena, determinando que en el IPSA 1 se evaporara casi el 2 % de su valor accionario en un día. Esta para los que no saben es una enorme pérdida de activos que alguien debe pagar y en lo particular pagan los trabajadores que no tienen idea de lo que hacen con sus platas en los fondos accionarios.
La caída del empleo en Estados Unidos es la mayor desde 1994, llegando a 5, 5 %; como es de suponer esta cifra es un promedio que no muestra que el desempleo entre la comunidad negra llega casi al 10 % y entre los latinos a un 7 %. Hay una pérdida de 300 mil empleos en lo que va corrido del año, 40 mil sólo en el mes de mayo. Esta del caída del empleo no ocurre por las fuerzas ciegas del mercado, sino porque en su oportunidad los operadores financieros provocaron la crisis del sistema inmobiliario. Por otro lado la depreciación sostenida del dólar del dólar trae aparejada la subida concomitante del petróleo y en particular la inusual subida de más de diez dólares, en un día, del barril de petróleo, reacción provocada, en lo esencial, por las maniobras financieras de quienes están buscando refugio para sus millonarias inversiones en los futuros del petróleo y agroalimentarios.
Así las cosas el petróleo caro no obedece a las leyes de la oferta y demanda como gustan de creer y predicar los economistas del sistema. Lo concreto es que el petróleo caro lo pagan todos los chilenos. Por tanto lo obtenido como subsidio por la cofradía de los camioneros con la devolución del 80 % de impuestos que pagan por este combustible más la inyección de ¡mil millones de dólares! al Fondo de Estabilización de Combustibles, terminará recayendo de una u otra manera en el bolsillo del resto de los chilenos. Por lo demás, es bueno recordar que este sector fue uno de los arietes con que el imperialismo puso fin al Gobierno Popular de Salvador Allende; ahora cuando el estado de cosas que ellos contribuyeron a crear les tocó el bolsillo, obligan al conjunto de los chilenos a financiar sus negocios. Esto claro no tiene nada de sorprendente es la reacción habitual del empresariado chileno, cuando les va mal se vuelven sorprendentemente estatistas. Lo sorprendente es que sectores que debieran tener absolutamente claro de qué se trata esto, pidan en los muros de los lamentos que se elimine el impuesto a los combustibles. Por otra parte lo que la izquierda chilena debe entender es que en un sistema capitalista cada vez que se crean subsidios para un sector, estos terminan indefectiblemente beneficiando a los más ricos. Según un estudio del FMI de cinco países ‘emergentes’ 42 % del subsidio a la gasolina beneficia al 20 % más rico de la sociedad y sólo el 10 % al 20 % más pobre. El tema de fondo que se debiera tener claro es que un país como Chile, paralelo a la construcción de una base energética basada en sus recursos, debiera cambiar la actual matriz de transporte. Recuperar el transporte estatal por ferrocarril, un transporte público estatal eficiente, un transporte marítimo estatal, definirlos no como sectores de lucro del interés privado sino como servicios esenciales y estratégicos sustentados por el bien común y por tanto obligación del Estado. La actual estructura del transporte terrestre para un país como Chile significa dependencia en petróleo, repuestos e insumos. Significa pagar ingentes cantidades de divisas, tan trabajosamente logradas, que se esfuman para mantener un parque automotriz y de maquinaria pesada sobredimensionada a las necesidades reales del país. En Chile circulan 2 millones 600 mil vehículos de los cuales sólo 190 mil son vehículos de carga, aún más Chile está en la cúspide de la compra de automóviles de lujo en América Latina. ¡Y hay gente que les quiere facilitar las cosas quitándoles impuestos! Aquí una vez más la parte del león se lo llevarán las poco más de 200 empresas grandes que llevan a remolque a 30 mil microempresarios sin poder de negociación salvo de la de tener la ilusión de que sus intereses son complementarios a los intereses del gran empresariado del transporte.
El tema de la dependencia del petróleo agigantada por las políticas neoliberales impuestas por la dictadura muestran sus consecuencias en todos los ámbito, así ENAP territorio de influencia de los temibles negociados de l os ‘servidores públicos’ Demócrata Cristianos muestra en estos momentos cifras alarmantes en su endeudamiento de corto plazo que alcanza la sideral cifra de tres mil doscientos millones de dólares lo que significa tres y media veces su patrimonio. Es claro que parte importante de este endeudamiento se debe a que ENAP ha debido aumentar sus importaciones de crudo en un mercado de precios crecientes, camino habilitado por el ex ministro DC Jorge Rodríguez que creyó hacer un buen negocio para las generadoras eléctricas de la cual había sido funcionario proporcionándoles un aparente gas barato desde Argentina, estupidez que ha debido pagar con creces la mayoría de los chilenos. Así las cosas el primer trimestre ENAP lleva acumulada una pérdida de 29 millones de dólares lo que es aprovechado por la derecha chilena para propiciar sus embates privatizadores.
El panorama es cada vez más incierto y o bservamos un país idiotizado por el consumismo, basada en el endeudamiento y a la creencia de una parte no menor de sus trabajadores de pertenecer a una mítica ‘clase media’, con acceso a un circunstancial consumo suntuario que en su mayor parte se sustenta en la depredación de su principal riqueza minera y que es incapaz de vislumbrar lo que se viene: la inflación suma 8,9 % en 12 meses y sólo en Abril creció en 1,2 % y ya se sabe que estas cifras oficiales es por lo menos tres o cuatro puntos porcentuales mayor en las compras de consumo de los trabajadores de menores ingresos; un desempleo que llega al 7,6 % (mayor que el mismo período del 2007). Un informe de la FAO- OCDE prevee para la próximos diez año una subida en términos nominales de un 20 % de la carne; azúcar un 30 %; el trigo maíz leche descremada en polvo de 40 a 60 % y los aceites vegetales más del 80 %. Esto ya se manifiesta y genera la angustia ante la necesidad cada vez más urgente de obtener nuevos ingresos para mantener consumos mínimos. Es asunto de ver como han crecido en el último semestre la cantidad de personas que al límite de las ‘ferias’ legales de los sectores urbanos venden todo tipo de mercancías rememorando los tiempos de la política de shock puesta en práctica por los Chicago boys. No deja por otra parte de ser curioso y aleccionador que uno de los ideólogos del modelo económico neoliberal aplicado en Chile y profesor de economía de la Pontificia Universidad Católica, el otrora poderoso y soberbio Ministro de Hacienda de Pinochet, Sergio de Castro le están siendo incautados todos sus bienes por deuda y quiebra de sus empresas y por estafar a personas que les facilitaron dinero porque creyeron «que se trataba de personas honorables».
A este país a cuya pequeña burguesía y ‘clase media’ compuesta de pequeños empleados y operadores del aparato estatal, le parece ajeno y ‘de otros’ las llagas de un sistema que genera impunemente que cada seis segundos en el mundo un niño muera de hambre o que 59 millones de niños llegue a las escuelas sin haber probado bocado. De espalda a la realidad, festinan su inestable situación con grandes espectáculos donde se pagan entradas que superan el salario que gana un trabajador en un mes. No saben que el modelo les oculta que las fanfarrias de la farándula y el despilfarro de recursos no puede ser ilimitado y que la vuelta a la realidad tras haber caminado al filo de la navaja tiene un alto precio.
Patricio Malatrassi A. es Economista, Presidente del Frente Amplio de Profesionales de Izquierda
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1 IPSA: Índice de Precios Selectivo de Acciones. Considera las 40 acciones con mayor presencia bursátil, las que se seleccionan anualmente.
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