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Sobre la elección de consejeros constitucionales

Al olmo no se le pueden pedir peras

Fuentes: Rebelión

El proceso más antidemocrático y espurio del que tenga memoria este país después del plebiscito fraudulento de 1980 inventado por Pinochet para legitimar su Constitución.

Ya fue cabr@s. Bajen las revoluciones. Respeten que más de 5 millones de personas quieren y tienen derecho a ser parte de la escritura de su Constitución y no un objeto de un fraude innegable levantado por una casta política que nos faltó el respeto.

¿Quién está dispuesto hoy a comprometerse a rechazar -sin condiciones- el texto que salga en diciembre? Seamos coherentes poh. Devolvámosle la importancia a la palabra. Se rechaza porque se hizo sin el pueblo, y se exige una Asamblea Constituyente democrática y soberana, como debe ser. Punto. Respetémonos a nosotros mismos de una vez por todas. Y a los que negocien a nuestras espaldas, chaolín no más.

¿Tanto cuesta?

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El plan es exigir un proceso decente. El plan nunca fue aceptar un fraude como forma de escribir una Constitución. No murió gente para eso. El progresismo debe afinar su puntería. El enemigo no son los 2 millones que el 7 de mayo dijeron NO a una Constitución ya escrita por representantes de una casta corrupta. «Cuando se pacta con la derecha, gana la derecha».

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Más de 2 millones de personas votaron nulo… Más de 2 millones de personas. Pero para el progresismo eso no es nada más que un capricho, un infantilismo, una tontera, de ultrones, de rotos, un ahueonamiento…

Qué manera de ningunear y basurear a la gente. Qué manera de no entender nada. Nada.

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🤷‍♂️

¿Conoce la historia del «Sofá de don Otto?… Bueno, en resumen es lo siguiente: Don Otto descubre a su mujer engañándolo con otra persona en el sofá de su casa, ante lo cual toma una drástica decisión: deshacerse del sofá.

Eso es lo que está pasando hoy con el progresismo neoliberal chileno ante el fracaso de su intento de sumar a la izquierda a su famosa Lista D. Acusar por dicho fracaso a quienes salieron a anular en la votación de este 7 de mayo -ninguneándolos, descalificándolos, atacándolos con la cantinela de «le haces el juego a la derecha»- es la alternativa más cómoda, la más ruidosa y efectista mediáticamente, pero definitivamente la más absurda, deshonesta y contraproducente. Es decidir vender el sofá.

Lo responsable, lo honesto, lo serio, sería preguntarse por qué ocurrió eso, qué han hecho tan mal que la gente ya no les cree ni a ellos ni a su «mal menor», tampoco a sus promesas de cambio, no observando la izquierda en ellos ninguna diferencia, ninguna, con aquel monstruo de «la derecha» con el que intentan infantilmente asustarlos en cada elección; menos, si la población los observa de la mano de esa «derecha» intentando usarlos para legitimar uno de los fraudes más vergonzosos que conocerá la historia política de este país.

Lo contrario sería escuchar, respetar y valorar a la gente común y corriente, e interesarse como «representantes del pueblo» por algo distinto a la comodidad y plusvalía que otorgan el pertenecer a la élite y a la adicción a la perpetuación en el poder…

A Don Otto, se dice, se le comprende por su ingenuidad. En los derrotados de hoy, en cambio, ingenuidad es lo menos que hay. En ese sector hay soberbia, traición y dolo.

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D de Desinformación / D de Deslealtad.

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Es preocupante el nivel de desinformación respecto del proceso constituyente, incluso en personas que uno cree tienen un conocimiento más acabado de este. He llegado a leer comentarios de gente que piensa que aquel día debería aprobar o rechazar una propuesta de nueva Constitución. 

Y es penoso observar cómo desde la Lista D (PC, FA, PS) sólo se ha levantado una campaña para atacar agresivamente a quienes van a votar nulo, obviando -por conveniencia, imagino- transparentar que ya se establecieron sólidos amarres para conducir lo que queda del proceso.

No se transparenta, por ejemplo, que los partidos políticos -con nula legitimidad ciudadana, por cierto- ya le establecieron bordes a la «futura» escritura de la Carta Magna en un acuerdo con 12 puntos que generó un borrador muy similar a la Constitución de Pinochet. No se le dice a sus votantes que los 50 consejeros constitucionales que resultaron electos este 7 de mayo requerirán de un quórum de 3/5 para realizar cambios en dicha propuesta ya elaborada por la Comisión Experta, ni que existirá un Comité Técnico de Admisibilidad -con integrantes también elegidos por los partidos políticos- que se encargará de velar celosamente porque esos 12 puntos se mantengan tal cual.

Cuánta deslealtad y abuso hacia sus propios votantes, ¿no? ¿Por qué no transparentan esto para que la gente pueda decidir con conocimiento a lo que se enfrenta y así luego asuma con responsabilidad lo que vendrá?

En fin. Pienso que la suerte ya está echada y que este domingo el «pueblo de Chile» simplemente acudió a las urnas a legitimar con su voto por alguno de los candidatos a consejeros constitucionales, el proceso más antidemocrático y espurio del que tenga memoria este país después del plebiscito fraudulento de 1980 inventado por Pinochet para legitimar su Constitución.

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Después del 7 de mayo, la élite -desde el PC a los republicanos- que creó esta indignante farsa levantada como un insulto a la memoria de los asesinados, mutilados, torturados y encarcelados del «estallido», celebrará, brindará por haber logrado validar legalmente un fraude de este nivel para poder mantener sus privilegios.

Luego de eso, no habrá vuelta atrás. Y olvídese de aquello de «rechazar en diciembre», porque así como a punta de fake news difundidas a través de sus poderosos medios de comunicación la élite logró convencer a todo un país de que la propuesta de la Convención Constitucional era «mala» y le quitaría su casa a la gente, ahora convencerá a ese mismo país de que esta nueva propuesta -que mantendrá los privilegios de clase- sí es la que se debe aprobar.

Por eso, yo no legitimo fraudes. Yo creo en el respeto a nuestra soberanía y al derecho de la gente a ser tratada dignamente, no engañada, no usada políticamente; a ser sujeto, y no objeto, de su futuro. Por eso, yo anulo.

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-Sobre lo que se juega el domingo 7 de mayo-

¿Ha constatado usted la agresiva campaña de descalificaciones hacia quienes van a votar nulo el domingo, cierto?… Yo también. ¿Y se ha preguntado por qué tanta urgencia en llamar a votar por la Lista D?… Bueno, tómese su tiempo y constate que entre quienes están detrás de esa estrategia hay demasiados militantes de partidos de gobierno, principalmente del Frente Amplio, del Partido Comunista y del Partido Socialista. ¿Y por qué? Porque una «derrota» de ese sector en la elección del 7 de mayo será también leída como una derrota del gobierno de Gabriel Boric, innegablemente debilitado, marcando muy poco en las encuestas y con una pérdida irreversible de respaldo popular desde la izquierda que salió a votar por él ante la amenaza que representaba Kast, pero que hoy se manifiesta en oposición a su mandato principalmente por el incumplimiento de sus promesas de campaña, la continuidad de la militarización en la zona mapuche, la represión hacia los estudiantes, la aprobación del TPP11 y Los Bronces, la flexibilidad laboral instalada a través del proyecto de las «40 horas», la ratificación de Ricardo Yáñez en el cargo de General Director de Carabineros, y la impunidad otorgada a violadores de Derechos Humanos a través de la «Ley Gatillo Fácil», entre otras acciones.

Respaldar a la administración de Gabriel Boric a través de un voto hacia uno de los consejeros constitucionales afines al Gobierno es, por supuesto, legítimo. Lo que no está bien es que ese mismo sector quiera hacer creer a la población que una vez formando parte de los 50 consejeros constitucionales podrán elaborar una Constitución distinta a la que tenemos, que acabe con el Estado subsidiario y los privilegios de clase, que proteja el medioambiente y que, en general, garantice los derechos básicos a la población, por nombrar algunos anhelos de un país bajo décadas de abuso.

Y eso es trampa, eso es faltar el respeto a la ciudadanía y faltar a la verdad, porque ellos saben perfectamente, pero omiten relevarlo, que existen 12 «bordes», una Comisión Experta y una Comisión de Admisibilidad -todo designado a dedo por los partidos políticos- que no son negociables, no son conversables, no son cambiables, y que son en la práctica un cerrojo feroz a cualquier modificación en favor de más democracia y más igualdad que se quiera integrar.

De ahí también que usted los puede ver llamando a votar este domingo por la Lista D, pero a rechazar en diciembre. Lo ha visto, ¿cierto?

Los que lo llaman a no anular no están pensando necesariamente en «no hacerle el juego a la derecha», porque son conscientes de que ese juego ya lo ganó esa derecha. Están pensando en el futuro político de su sector. Transparentarlo sería un gesto mínimo de respeto hacia los votantes. Pero al olmo no se le pueden pedir peras.