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Alcaldes rurales contra Iberdrola

Fuentes: La Marea [Foto: Embalse de Valdecañas (La Unión Extremadura)].

Marcos Pascasio (Belvís de Monroy), Juan Antonio Díaz (Almaraz) y Paloma López (Saucedilla) denuncian que Iberdrola ha dejado sin agua a los vecinos que se abastecen del embalse de Valdecañas, en Cáceres.

Las altas temperaturas se juntan con un fuerte viento caliente que te seca los ojos. Los vecinos y vecinas de Belvís de Monroy (Cáceres) salvan el inicio de la ola de calor en la piscina municipal de la localidad. Será el agua la que les ayude a hacer más llevadera la canícula. Y es el agua la que les ha situado en el foco mediático en los últimos días. Lo sabe bien Marcos Pascasio, alcalde del municipio, quien se ha erigido como una de las caras visibles de la crítica hacia el vaciamiento del embalse de Valdecañas por parte de Iberdrola. Una pequeña carta en un medio local fue el detonante: “Tenía que denunciar la barbarie que habían hecho”.

“Parece que ya están aportando algo de agua y que ha subido un poco el nivel”, es lo primero que explica desde el recinto de la piscina. Una mínima alegría después de 10 días intensos en los que estuvieron cerca de quedarse sin agua corriente. Fue el propio Pascasio quien, tras los primeros fallos de las bombas de extracción de agua, se acercó a comprobar que el sistema funcionaba correctamente. No era un problema electromecánico, el motivo era otro: la eléctrica vasca había bajado tanto el nivel del agua para turbinar en la presa que los tubos se habían quedado al aire.

“La consecuencia de esto es que estuvimos 24 horas sin poder suministrar agua al núcleo urbano de Belvís de Monroy. Tuvimos que aportar agua del remanente del depósito de Casas de Belvís, pero el problema era que si no arreglábamos la situación rápido, dejábamos a los dos núcleos de población sin abastecimiento de agua”, explica. Ampliaron el carrete de la bomba y lo consiguieron.

Menos suerte corrieron en Almaraz, muy cerca de allí. La localidad, de casi 1.800 habitantes, fue la primera en ser consciente de la bajada del nivel de agua en el pantano de Valdecañas. El 2 de agosto, sobre las 19 horas, su captación dejó de extraer agua del embalse. “Pensábamos que era una avería, nos acercamos y lo que vimos era que apenas había agua. Iberdrola había bajado el pantano 5 metros en 20 días”, denuncia su alcalde, Juan Antonio Díaz. A las 11 de la mañana del día siguiente, 3 de agosto, si los almaraceños abrían el grifo, no salía nada de él.

A esa hora, Díaz se encontraba en Cáceres junto con la primera edil de Saucedilla, Paloma López, cuyo municipio comparte captación con Almaraz, por lo que no tardaron en sufrir también las consecuencias. “Nuestro encargado nos dijo que teníamos agua para la mañana, aunque sin presión, pero para la tarde ya no”, cuenta desde su despacho en el ayuntamiento. Gracias a un convenio con una población cercana, Casatejada, pudieron evitar los cortes. “Nos dieron un poco de agua y fuimos subsistiendo hasta que nos conectamos al canal de riego de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Que no sabemos si eso se puede o no se puede hacer, pero ante una emergencia no íbamos a dejar a nuestros vecinos sin agua en agosto. Estar sin agua 24 horas era impensable y creo que prima que un vecino tenga agua al menos para el aseo, aunque tengan que comprar para beber o para cocinar”, se justifica la alcaldesa.

Diez días exactos después de que el pantano alcanzase su nivel mínimo histórico, ni Almaraz ni Saucedilla se están abasteciendo del pantano, sino que siguen con sus soluciones temporales: “Ahora mismo lo tenemos todo cogido con pinzas, porque en el momento que pase algo con las conexiones, nos quedamos sin nada”, explica Paloma López. Asimismo, en ambos municipios, la recomendación es no utilizar el agua corriente para consumo, es decir, ni para beber ni para cocinar: “Aunque pasa por la potabilizadora, el agua llega a través de una canal que estaba en desuso y que no sabemos en qué condiciones está”, cuenta Juan Antonio Díaz. Momentos después, una vecina pasa con una garrafa de cinco litros de agua que ha llenado en una fuente situada en el centro del pueblo y conectada con un manantial de la montaña.

“Un frente común” ideológicamente diverso

Desde el 3 de agosto, las reuniones entre los alcaldes de Belvís de Monroy, Almaraz y Saucedilla se han repetido, llegando a atender a los medios a la vez. La alcaldesa de esta última localidad habla de “un frente común” para luchar por los más de 3.300 vecinos y vecinas que suman los tres núcleos, y que aumentan de manera ostensible en verano.

Curiosamente, cada uno de ellos pertenece a un partido político diferente: Marcos Pascasio milita en el partido regionalista Extremeños; Juan Antonio Díaz representa a las siglas del PSOE, y Paloma López es del Partido Popular. “Nosotros aquí no tenemos miras políticas. Aquí miramos por nuestra población y ya está, y para eso nos entendemos perfectamente”, apunta Díaz.

Los tres tienen claro que Iberdrola ha dejado el embalse prácticamente vacío para, en palabras del alcalde de Almaraz, “enriquecerse”: “Iberdrola está a ganar dinero, eso no lo discute nadie”, añade López. Asimismo, también saben que lo ha hecho legalmente, porque así lo permite la concesión, la cual es anterior a la creación de las captaciones que suministran el agua a los tres municipios de la comarca del Campo Arañuelo, en Extremadura.

“Queremos que Iberdrola se ponga en nuestra situación y se dé cuenta de que ha dejado sin agua a 1.800 habitantes en pleno verano. No queremos volver a tener problemas de agua teniendo un pantano gigante aquí al lado. Yo no veo lógico que haya pasado lo que ha pasado”, se queja Díaz.

Pascasio, cuya corporación municipal planea crear un puerto recreativo en el embalse, se pregunta si los pueblos que tienen terrenos inundables “tenemos algún tipo de potestad sobre esas aguas, para explotarlas turísticamente o para organizar pesca o recreo acuático. Porque si dependemos de las decisiones que tome exclusivamente una empresa como Iberdrola, nos quedamos sin nada”. Por ello, los tres alcaldes apuntan también hacia la Confederación Hidrográfica del Tajo. Creen que este organismo estatal debe ser quien vele por evitar estos problemas, pues también sabe a qué niveles se encuentran las captaciones de agua.

A pesar de la polvareda mediática y política que ha provocado su caso -junto al de Ricobayo, en Zamora-, solo Pascasio recibió una llamada de Iberdrola hace ya varios días: “Tres alcaldes de tres pueblitos pequeñitos hemos montado todo esto, y a pesar de ello no hemos recibido ninguna llamada ni del Ministerio ni nada. Hemos metido el dedo en la llaga, aunque no queremos hacer sangre; pero si no se hubiese liado esto, entonces estaríamos aquí ahora abandonados”, se queja Juan Antonio Díaz.

Lo importante es el futuro

Durante una entrevista en Al Rojo Vivo, en La Sexta, la vicepresidenta tercera Teresa Ribera aseguró estar “escandalizada” ante las imágenes de los embalses prácticamente vacíos. Asimismo, reconoció no estar tan informada del caso de Valdecañas, pero sí de lo sucedido en Ricobayo, en el que Iberdrola ha turbinado el 80% de la reserva de agua para generar energía. La ministra de Transición Ecológica confesó en directo que estaban investigando lo sucedido en Zamora. Marcos Pascasio le hace una petición: “Me gustaría que se investigase también lo que ha pasado aquí, por supuesto. Y por eso hago un llamamiento a nuestros políticos a mayor altura que yo, que simplemente soy un alcalde del entorno rural”.

Durante su intervención en televisión, Ribera también develó la posibilidad de renegociar las concesiones de los embalses, muchas de las cuales provienen del franquismo. Una posibilidad que abrazan los tres primeros ediles de Almaraz, Saucedilla y Belvís de Monroy: “A nosotros nos parece que es lo ideal. Lo que tienen que hacer es impedir que se baje de la cota en las que nos quedamos nosotros sin abastecimiento. Lo que queremos es una solución, aunque no sea a corto plazo, porque quienes pagamos las consecuencias somos los vecinos”, solicita Paloma López, quien explica que han solicitado reuniones con todos los actores implicados en lo sucedido para trasladarles sus demandas.

De cara al futuro, uno de los grandes miedos de las corporaciones municipales de Almaraz y Saucedilla es qué sucederá tras el cierre de la central nuclear situada en la primera localidad y cuya fecha de caducidad se alcanzará en 2027: “No hay alternativa ninguna, ni en términos de empleo, ni económicos ni energéticos. ¿Qué va a pasar cuando la cierren? ¿Van a tener que turbinar más agua? Sin central y sin embalse estos pueblos están muertos”, termina Díaz.

Fuente: https://www.lamarea.com/2021/08/16/alcaldes-rurales-contra-iberdrola/