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"El caso Moro" de Leonardo Sciascia

Aldo Moro y los poderes ocultos

Fuentes: Tercera Información

Leonardo Sciascia se sirve otra vez de un hecho histórico, en este caso el asesinato de Aldo Moro, para analizar el mundo de la política y el poder

Existen diferentes maneras de relatar un suceso histórico. Se puede hacer de una forma más o menos objetiva u optar por literar ese acontecimiento y convertirlo en una novela de ficción pero basada en unos hechos reales. Una tercera consistiría en situarla en un punto intermedio, hacer mención clara y directa a los acontecimientos pero dentro de un contexto literario, opción que toma Leonardo Sciascia para relatar el misterioso asesinato de Aldo Moro.

El escritor siciliano es uno de los más importantes de la Italia del último siglo y un claro exponente de la novela negra europea, mucho antes incluso del éxito de otros autores transalpinos del género como Roberto Saviano, Gianrico Carofligio o Andrea Camilleri, este último con similitudes con Sciascia.

A lo largo de su obra se ha valido en muchas ocasiones de hechos históricos, como en «El archivo de Egipto», «La desaparición de Majorana» o «1912+1» por ejemplo, para por medio de la novela de intriga hacer un análisis crítico de la sociedad italiana y sobre todo diseccionar con certera visión los órganos de poder y su modo de manipular y corromper.

En esta ocasión se fija en el controvertido episodio del asesinato en mayo de 1978 del dirigente de Democracia Cristiana Aldo Moro, justo en el momento en que se iba a oficializar el acuerdo de gobierno entre su partido y el comunista, a manos supuestamente de las Brigadas Rojas. Hay algunas consideraciones necesarias de hacer antes de acometer la lectura de esta obra. La más importante y que sirve para evidenciar el coraje de su autor es que la obra está realizada en la época en que transcurre el hecho. Además Sciascia tuvo una amplia influencia en él, ya que por esa época era diputado por el Partido Radical y uno de los integrantes de la comisión de investigación formada para tal asunto.

Para intentar desenmarañar todo el caso Moro el escritor italiano se vale de su habitual lenguaje pulcro y certero. Serán las cartas que el secuestrado, más tarde asesinado, manda a diferentes personas, desde mandos de su partido hasta alguna a sus familiares pasando por los representantes de la Sente Sede, las que concentren el interés del autor. El análisis de ellas pretenden dar luz a este peculiar caso. Sciascia hace una magistral enseñanza de cómo sacar todo el jugo literario al análisis de lo escrito en las misivas.

Según él mismo explica, utilizando la misma mecánica que el investigador August Dupin creado por Poe, intenta encontrar los lenguajes cifrados que se pueden sacar de lo escrito por Aldo Moro. También usará el ejemplo de la obra de Borges «Pierre Menard» en la que «El Quijote» es trascrito literalmente en una época diferente a la suya para evidenciar las dudas de que lo que narran las cartas sea algo que se está desarrollando en ese mismo instante o en verdad estamos ante algo ya planificado y simplimente avanza como una novela ya escrita.

Por encima de todo y como es habitual a lo largo de toda la obra del siciliano lo que el «Caso Moro» deja en evidencia es la manipulación del poder, de su interés por construir un discurso con el que dominar la opinión pública. Serán los medios de comunicación y el propio partido en el poder, al que pertenece el secuestrado, los que para apuntalar su discurso de no dar ningún paso para salvar la vida del capturado utilizan el recurso de alterar la visión sobre él, pasando de ser considerado un «hombre de estado» a presentarlo como un hombre en decadencia e irroconocible dado su estado actual, cosa que el interesado siempre negó y pidió denodadamente que se reflexionara de una manera tanto política como humana, en cuanto a lo relativo a salvar su vida. Tanto es así que poco antes de morir pidió que ningún dirigente político estuviera en su funeral.

La última parte del libro se trata de la trascripción de la comisión que se creó para estudiar el caso Aldo Moro y al que Sciascia pertenecía. En ella, de una manera menos literaria, dado su origen, plantea unas cuantas interrogantes, la mayoría de ellas orientadas a poner en duda el modo en que el número altísimo de efectivos dedicados a la investigación fueron utilizados, desechando investigaciones y pistas que apuntaban a tener solvencia y tomando en cuenta otras mucho más peregrinas.

De nuevo es necesario hacer hincapié en que el libro está escrito en el mismo año 1978, en un momento convulso en la política italiana y sobre todo para los militantes y simpatizantes de izquierdas. El análisis por lo tanto de Sciascia está sujeto a ese contexto y a la cercanía en el tiempo con el caso. Serán algunos años más tarde cuando vean la luz los documentos que certifican la existencia de la operación Gladio, basada en atentar y debilitar las posiciones marxistas en toda Europa y que inevitablemente hay que relacionarlo con el asesinato del político italiano. El escritor, aun desconociendo su existencia, hace un gran retrato tanto literario como ideológico del significado del poder y su deshumanizado rostro incluso utilizando a uno de los «suyos» para imponerse de forma contundente.

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article20915