El pasado 8 de octubre Álvaro Uribe fue citado a la Fiscalía para explicar sobre las afirmaciones que hizo en el Congreso cuando dijo que el Canal Capital era «un instrumento servil del terrorismo.» La citación a Uribe fue porque Hollman Morris director del canal, denunció que este hizo afirmaciones muy graves que deben ser […]
El pasado 8 de octubre Álvaro Uribe fue citado a la Fiscalía para explicar sobre las afirmaciones que hizo en el Congreso cuando dijo que el Canal Capital era «un instrumento servil del terrorismo.» La citación a Uribe fue porque Hollman Morris director del canal, denunció que este hizo afirmaciones muy graves que deben ser investigadas.
El fiscal general Eduardo Montealegre informó: «Lo citamos para que presente las pruebas que sustentan la tesis de que el canal, que es muy respetable, está incurriendo en actos de terrorismo». En la Fiscalía Uribe dijo: «las referencias de Morris a mi persona coinciden con las difamaciones del grupo terrorista FARC, publicadas en sus páginas de Internet y en sus medios clandestinos de comunicación, así como con Telesur, de la dictadura chavista de Maduro, que también protege a grupos terroristas».
Al salir de la audiencia, Uribe altanero, declaró: «Vengo de la Fiscalía donde ratifiqué mis apreciaciones sobre el director de Canal Capital y sobre el servilismo terrorista de Telesur, órgano de la dictadura de Maduro». Y añadió que el alcalde de Bogotá Gustavo Petro, «jefe máximo del Canal Capital, coincide con las FARC y la dictadura de Maduro en señalarme como asesino».
Las aseveraciones de Uribe no serían graves, si provinieran de Pedro El Escamoso; son delicadas no sólo porque proceden de un expresidente y ahora congresista, sino porque vienen precisamente de un terrorista camuflado. Es decir, quien está acusando es un personaje siniestro, que como Presidente de Colombia (2002 al 2010) ejerció el terrorismo de Estado, y hoy como Senador se dedica a petardear cualquier acuerdo de paz que se promueva.
Las declaraciones de Uribe pertenecen al pensamiento de la ultraderecha anexionista y anti latinoamericana, de la cual él es uno de sus cabecillas. Sus palabras condensan la visión de todos aquellos que ven en los pueblos una gran amenaza, cuando estos conquistan su dignidad, luchan por sus derechos y participan en la construcción de una sociedad más justa y humana. El derecho a que los pueblos conozcan su historia, valoren su cultura y tengan una información veraz, desvela y trasnocha a personajes como Álvaro Uribe, Andrés Oppenheimer, Mario Vargas Llosa, Carlos Alberto Montaner, José María Aznar, Jorge Lanata entre otros.
Desde mediados de 2005 -cuando surgió Telesur- los defensores del sistema capitalista se pusieron alertas, porque por primera vez las fuerzas progresistas de la región contaban con un arma ideológica masiva, para dar la pelea en el campo cultural. El lema de Telesur: Nuestro Norte es el SUR, indica la perspectiva del canal.
Si bien Telesur tiene su sede central en Caracas, cuenta con el respaldo financiero de los gobiernos de Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela. Contrario a la televisión comercial, se transmite en señal libre y sin costo. Desde sus inicios ha contado con el aporte de Adolfo Pérez Esquivel, Ernesto Cardenal, Eduardo Galeano, Ignacio Ramonet y Tristan Bauer. Todos ellos son destacados intelectuales que desde hace varias décadas trabajan por una América Latina más libre y soberana.
Telesur nació como un proyecto de comunicación latinoamericano, al servicio de las causas más nobles y justas de los pueblos; es un canal de educación, cultura e información que vino a desenmascarar a los grandes medios. Todo esto irrita a Álvaro Uribe y por eso aúlla desesperado.
En los últimos lustros Uribe ha sido el mejor chacal de Washington y de la CIA para los trabajos de inteligencia y ofensiva en la región. Uribe acostumbrado a la muerte y al terror, no se inmuta al calumniar; su cinismo es colosal y similar al de su amigo Luis Posada Carriles cuando dijo no tener remordimientos por tantas víctimas sobre su conciencia: «Duermo como un bebé» o a Orlando Bosch: «Nosotros pusimos la bomba, ¿y qué?»
En su país Álvaro Uribe nunca quiso la paz; gozó del paramilitarismo y el narcotráfico. Internacionalmente es conocido como el «precursor del Narco-Estado». Ha sido señalado de participar en el proyecto y ejecución de matanzas perpetradas por paramilitares colombianos. Con su ingeniosa política de «Seguridad Democrática» logró el récord de desapariciones forzadas, y su gobierno fue el que permitió la instalación de siete nuevas bases militares estadounidenses en Colombia.
Imputar a Telesur de terrorista y «órgano de la dictadura de Maduro», es tan absurdo, como decir que la CIA está conformada por las Misioneras de la Caridad y encabezada por la Madre Teresa de Calcuta.
Hoy este chacal del imperio quiere presentarse como una paloma inocente, pero sus aullidos lo delatan. El chacal es un peligro para la humanidad, y aunque cuenta con el apoyo de Washington, el tiempo de gracia se le agotará y tendrá que ser juzgado y condenado por sus crímenes.
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