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Álvaro Vázquez, un leninista colombiano ejemplar

Fuentes: Rebelión

Escribo esta nota apresurada cuando me he enterado de la muerte de Álvaro Vázquez del Real, no para escribir una biografía suya con las muchas circunstancias y azares que debió tener durante su larga vida como dirigente del partido comunista, la que muy probablemente saldrá publicada muy pronto;  sino para dejar constancia de mi respeto por quien fuera mi profesor de leninismo cuando comencé a militar en la Juventud Comunista en la Universidad Nacional a finales de la década de los 60, incluso con su hijo Rafael estudiante de medicina.  También para expresar mi solidaridad con su “compañera” como él la llamaba a Victoria, y a sus hijas que nos acompañaban en los almuerzos que tuvimos a mediados del 2001 durante mi actividad dentro de la Comisión de los Notables del proceso del Caguán, que fueron las últimas veces que nos vimos, para no vernos más.

Siempre recordaré en sus “escuelas de partido”, su terca insistencia en tener siempre presente la enseñanza leninista de iniciar cualquier análisis de coyuntura que se haga en una sociedad determinada, partiendo invariablemente de la estructura de clases sociales y sus relaciones dialécticas y en lucha dentro del movimiento real de la sociedad, no solo nacional sino internacional. Esa era su aspereza o acerbía (según la vieja palabra de los poetas y gramáticos colombianos) en aquella época contra los extremos del movimiento comunista internacional que influían en Colombia: Contra quienes insistían por todos lo medios de lucha en encontrar una burguesía nacional revolucionaria como lo había hecho Mao Zedong en su país en su tiempo, o contra quienes negaban los rezagos pre capitalistas en la sociedad colombiana y afirmaban que Colombia era una sociedad capitalista formal, pura, y por tanto no había campesinos pobres trabajadores sino proletarios agrícolas puros. Para mí, ese aspecto de enfrentar a lado y lado, y el hecho de permanecer siempre ahí, en el partido, a pesar de haber sido derrotadas sus tesis (cuando lo fueron) por la mayoría en una discusión abierta, sincera y honesta, es decir leninista; han sido tal vez uno de sus mayores legado que siempre he tratado de mantener en mis escritos, tratando de recordarlo a quienes se reclaman los seguidores de su influencia y, no lo olviden.

Álvaro Vázquez, ha muerto físicamente pero no intelectualmente, pues sus enseñanzas, así como sus libros y demás escritos que no dudo deberán ser reeditados pronto, quedarán como testimonios de su teoría y su práctica unidas, ahora en estos momentos de un interesante momento de eclosión social antifascista en la Colombia del septiembre del 2020. ¡Buen Viaje maestro!

Lapidarium: También me agobia la muerte de Alfonso Conde Cotes, otro viejo amigo y compañero comunista en la Bucaramanga de 1980, fallecido de un infarto el 28 de agosto pasado, que me ha llevado a desempolvar el viejo Porfirio Barba Jacob, y su canción de la vida profunda, sobre todo en sus versos finales:

… Mas hay también ¡Oh Tierra! un día… un día…

 un día… en que levamos anclas para jamás volver…

Un día en que discurren vientos ineluctables,

 ¡un día en que ya nadie nos puede retener!  

Fuente Imagen: Twitter Francisco Javier Toloza @PachoTolozaF