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Análisis comparado de los procesos de la lucha de clases en Chile y Argentina (Siglo XX)

Fuentes: Mundo Obrero

Ediciones Valenzuela y Museo Obrero «Luis López Cáceres» 2009 – http://www.bibliotecaobrera.cl Presentación Decidimos hacer el presente trabajo porque estimamos que es una contribución a un tema escasamente abordado. Se han escrito importantes historias del movimiento obrero, pero falta realizar un análisis comparado de la lucha de clases entre el movimiento social europeo y el de […]

Ediciones Valenzuela y Museo Obrero «Luis López Cáceres»

2009 – http://www.bibliotecaobrera.cl

Presentación

Decidimos hacer el presente trabajo porque estimamos que es una contribución a un tema escasamente abordado.

Se han escrito importantes historias del movimiento obrero, pero falta realizar un análisis comparado de la lucha de clases entre el movimiento social europeo y el de las 4 A: Asia, África, Australia y América, de acuerdo a las especificidades de cada una, sobre todo de nuestra América, cuyas experiencias son relevantes para las luchas del presente.

El tema es importante hoy más que nunca, porque actualmente la ideología de la era neoliberal pretende excluir por decreto la histórica lucha de clases en este mundo globalizado o, mejor dicho, de mundialización del capital, donde se siguen realizando procesos de lucha de clases, según las particularidades de cada continente.

Dedicamos esta obra a los mal comidos, como dice Galeano, especialmente de Argentina y Chile, en proceso de recuperación de la Conciencia de Clase Trabajadora y de la Identidad, tan afectada por el neoliberalismo, que es más conservador que liberal.

Este es nuestro compromiso social en pos de una sociedad alternativa al capitalismo, que vuelve a repetir sus crisis mundiales no solo financieras sino de la economía real que sufren las y los oprimidos de siempre.

Fraternalmente, los saludan Dolores Mujica y Lucho Vitale con un emotivo V. S. R. (Viviremos Siempre Rebeldes).


Introducción

Antes de analizar cada proceso, queremos destacar que hubo una inter-relación e inter-influencia entre las luchas de los trabajadores argentinos y chilenos.

Creemos se produce a partir de tres elementos fundamentales. Uno como fenómeno al interior mismo del movimiento obrero, otro desde la burguesía, y último elemento de carácter estructural.

El primer elemento, como fenómeno al interior mismo del movimiento obrero, es el constante intercambio y los permanentes viajes de los dirigentes obreros tanto chilenos como argentinos, desde un país hacia el otro -obligados muchas veces por el exilio- llevando y trayendo ideas y periódicos, noticias e información sobre el estado de las luchas.

Un segundo elemento desde la burguesía, es una política común entre las burguesías y sus gobiernos de los distintos países, e incluso más aún, una política común del Imperialismo hacia América Latina, que va gatillando respuestas comunes por parte de los movimientos obreros de nuestros países.

Y un tercer elemento estructural, en donde tanto Chile como Argentina, al igual que el resto de los países de Latinoamérica, corresponden a una misma base estructural capitalista, sufriendo por ejemplo los mismos efectos ante una crisis mundial o ante un periodo de boom, fenómeno que posibilita objetivamente, respuestas comunes de las clases trabajadoras de nuestros países.

A principios del Siglo XX, surgen Sociedades de Resistencia que en Chile se expresan en las Mancomunales, organizadoras en 1904 de las huelgas territoriales por comunas y provincias y gestora del primer Congreso Nacional del Proletariado, mientras en Argentina se funda en 1903 la Unión General de Trabajadores, precedida por la FOA (Federación Obrera Argentina), que había un año antes participado en la Primera Huelga General de carácter Nacional en América Latina (1902), según Julio Godio.

Así mismo, hubo coincidencias temporales en el Movimiento Campesino. Mientras en Argentina estallaba «El Grito de Alcorta» (1912) de chacareros y jornaleros agrupados en la Federación Agraria, en Chile se creaba la Federación de Inquilinos y Obreros Agrícolas en 1919.

También se fortalece la inter-relación entre las Rebeliones Urbanas Chilenas de Valparaíso (1903) y de Santiago (1905), que probablemente influyeron en «La Semana Roja» de Buenos Aires de 1909.

La represión de los gobiernos de Argentina y Chile se produce al mismo tiempo, con leyes de Residencia en 1912 contra los obreros inmigrantes europeos, portadores de nuevas ideas sociales y con la formación de Brigadas Civiles Para-Militares que en Argentina se llamaron «Los padres de la Patria» (1907), que en Chile se expresaron en la represión que culmina el mismo año en la Masacre de Iquique en la que también participaron, junto con el Ejército, Brigadas Para-Militares de los «pijes», hijos de la pequeña burguesía y de la clase dominante.

La Patagonia Trágica de 1922 en Argentina coincide con la Masacre de Magallanes del mismo año en Chile.

La oleada de huelgas argentinas de la década de 1950 coincide con la huelga general de julio de 1955 en Chile y con la ocupación de las calles de Santiago en Abril de 1957 durante dos días en un proceso que ha sido calificado como una cuasi-insurreción.

Coetáneamente, hubo huelgas durante los gobiernos «populistas» de Argentina (Perón) y de Chile (Ibáñez) durante la década de 1950.

Asimismo, el «Cordobazo» y el «Rosariazo» (1969-71) de Argentina coinciden con las huelgas chilenas metalúrgicas de Mademsa, Madeco y la ocupación de las fábricas de Famela y Somela.

El «Villazo» (1970-74) de Argentina forma parte de un proceso de Regionalización de la lucha de clases en el Cono-sur: varias huelgas generales en Uruguay; la Asamblea Popular de Bolivia (1971) y los Cordones Industriales y Comandos Comunales de Chile en 1972-73.

Finalmente, la Resistencia de los Movimientos Sociales y la lucha por los Derechos Humanos durante las dictaduras militares se producen en Argentina y Chile en la década de 1980.

Chile

Las Mancomunales fueron las primeras organizaciones de Resistencia Obrera del Salitre de carácter territorial, que agruparon trabajadores por comuna y provincias, llegando a establecer una embrionaria Central Obrera Nacional, que agudizó la lucha de clases en Chile durante el gobierno de Germán Riesco (1901-1906).

La primera Mancomunal se creó el 1º de Mayo de 1900 en Iquique. Dos años después contaba con 6.000 afiliados, extendiéndose su influencia por todo el Norte Grande.

En 1902, la Mancomunal, presidida por Gregorio Trincado, convocó a una huelga que duró varios días en Iquique. En 1903 se fundaron nuevas Mancomunales: en Antofagasta, Copiapó, Lota y Coronel, donde estalló una combativa huelga de los obreros del carbón. El periódico «El Trabajo» de Iquique del 23 de Febrero de 1903 informaba: «Como vieron los mineros que no se les hacía justicia a ellos solos, invitaron a los compañeros del mar para protestar juntos.»

La organización se consolidó con la primera Convención Nacional de las Mancomunales el 15 de Mayo de 1904 con 15 delegados representantes de 20.000 afiliados, calificada después por Humberto Valenzuela como «el Primer Congreso Nacional del proletariado chileno y primer intento de creación de una Central Sindical Nacional». Recabarren manifestó en 1906: «La Mancomunal es la organización más poderosa y mejor organizada»1

La Rebelión Porteña de 1903

Los sectores de trabajadores más importantes de Valparaíso eran portuarios, lancheros, obreros de la construcción, ferroviarios, artesanos y vendedores ambulantes.

El 15 de Abril de 1903, los estibadores de la Compañía Inglesa de Vapores presentaron un pliego de peticiones por aumentos de salarios y reducción de la jornada de trabajo. El gerente de la Compañía amenazó con despidos, lo que provocó la solidaridad de los trabajadores del puerto.

El 1º de Mayo hubo un masivo mitin y una marcha de obreros y empleados que culminó en enfrentamientos con la policía. El día 12 estalló una huelga general de los trabajadores porteños donde hubo varios muertos.

Como respuesta a la represión, comenzó el incendio de la Compañía Inglesa.

Joaquín Edwards recordaba: «Una multitud diferente de la de todos los días se descolgó de los cerros por la Plaza Sotomayor. En la noche hubo nuevos incendios y muertos. Al día siguiente la ciudad era un campamento. Se veían soldados que habían llegado de Santiago».2

Un periódico obrero señalaba: «Desde la revolución de 1891 ningún suceso de carácter social ha producido una conmoción más honda que el movimiento obrero de Valparaíso. Ha sucedido lo de siempre. Han sido preciso cien o más muertos y mil heridos, para que la voz de la clase social que más sufre, con el régimen que nos rige, se haya hecho oír.»3

La Semana Roja

La rebelión popular de Santiago en octubre de 1905 coincidió por procesos de la historia con la revolución rusa, precursora de la toma del poder de los soviet en 1917.

Fue el segundo levantamiento social que debió enfrentar el gobierno de Germán Riesco (1901-1906).

Las repercusiones de la depresión mundial de 1900 en Chile se reflejaron en alzas del costo de la vida, especialmente en los pobres de Santiago, que habitaban en miles de conventillos.

Entonces surgió la figura de un singular personaje «El Pope Julio» (Juan José Elizalde), quien estimulado por la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, empezó a publicar artículos en los que criticaba a los ricos, reivindicando la imagen de «Cristo Pobre» y a difundirlas en volantes que «imprimía mediante colectas entre obreros».4

El Pope Julio convocó a un acto en el Teatro Lírico, de la calle Moneda, al que asistieron 4.000 personas; meses después, en octubre de 2005 se produjo el combativo movimiento que ha pasado a la historia con el nombre de «La Semana Roja».

Organizaciones obreras y otros movimientos sociales realizaron un masivo mitin el domingo 22 de enero en la Alameda para protestar por el aumento de la inflación y exigir del Presidente Riesco que derogara el impuesto a la importación de ganado argentino, que hacía inaccesible el consumo de carne. De ahí, el nombre de «Huelga de la Carne». El Mercurio del 23 de octubre de 1905 reconoció que: «Puede calcularse entre 25.000 y 30.000 el total de personas al momento de ponerse en marcha la columna».

Ante la negativa del gobierno de derogar el impuesto, «el pueblo -dice Carlos Vicuña Fuentes- se retiró de la Moneda pero se derramó por las calles… La policía cargó varias veces contra los manifestantes, que respondieron con pedradas, destrozo de vidrios de edificios públicos y faroles del alumbrado… Hacia la noche, la Alameda presentaba un aspecto fantástico: Los grandes mecheros de gas habían sido rotos en sus bases e incendiados allí… El día lunes 23 por la mañana, la exasperación popular seguía.»5

Los manifestantes ocuparon toda la capital durante 48 horas, desfilaron desde los barrios hacia el centro.

El gobierno ordenó a los regimientos de maniobras en Quecheraguas que se trasladaran a Santiago. El 24 comenzó la matanza que dejó 70 muertos y 300 heridos.6

El periódico obrero «El Alba», 2ª Quincena de Octubre, 1905, manifestaba: «El pueblo ha sido asesinado con toda saña y alevosía por la cosaquería y por la horda joven de la burguesía… El obrero pedía alimentación barata, se le respondió con metralla y sable… Han sido asesinados más de 500 ciudadanos y 1.500 heridos.»

Toma del poder local en Puerto Natales

Por primera vez en el siglo XX, los trabajadores fueron capaces de tomar el poder local durante varios días en agosto de 1920.

La lucha se inició con una huelga de obreros del frigorífico de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego.

Carlos Vicuña Fuentes anota: «Pronto hubo diez mil obreros en huelga, que se enfrentaron a la policía, a raíz del homicidio del delegado de la Federación. Los administradores cerraron la pulpería. Los obreros se sublevaron y cometieron algunos desmanes. La policía disparó hiriendo a varios. Los obreros contestaron al fuego, y como su superioridad numérica era aplastante, pues toda la población es allá proletaria, carabineros huyeron despavoridos a refugiarse a sus cuarteles. Los obreros los sitiaron y lograron tomarse el local. La Federación Obrera de Magallanes se hizo cargo de esta difícil situación.»7

Días después, llegaron tropas de Punta Arenas que cercaron a los trabajadores. Vinieron refuerzos del Batallón «Magallanes» y de militares de Argentina de Santa Cruz.

Las empresas de la zona financiaron una «Liga Patriótica» con el fin de aplastar a la FOCH local. El 27 de agosto de 1920, los militares y las «Guardias Blancas» incendiaron el local de la FOCH, con lo cual se dio término a la toma del poder local de Puerto Natales.

Un testigo de este proceso, Marcalín Pirdo, escribió un libro: «Los horrorosos sucesos del 26 de julio», texto perdido que recuperó Carlos Vega Delgado, donde se relata lo siguiente: «La noche del 26 de Julio de 1920 hicimos guardia cerca de 30 compañeros, comentábamos el proceder de los que se hacían llamar «patriotas» de pretender asaltar el edificio de la Federación… viendo nosotros que los asaltantes no se daban tregua en disparar, contestamos con varios disparos… Entretanto oí una voz que dijo: ¡A incendiar! El incendio de la Federación ya era un hecho.»

El investigador de Punta Arenas, Carlos Vega Delgado en su libro «La Masacre de la Federación Obrera de Magallanes y Punta Arenas», 1996, contribuye con nuevas fuentes, aunque señala, en pág. 108: «Establecer la verdad de lo ocurrido en Puerto Natales es difícil… Quedaron 8 muertos y 21 heridos… Para suplir la falta de armas, los obreros requisaron las que tenían la policía y las casas comerciales… La resistencia fue tan grande que sólo fue reducida cuando el edificio estalló en llamas.»

Finalmente, Carlos Vega reproduce el artículo de «El Trabajo» de julio de 1921, recordando el primer aniversario de la toma del poder local de Puerto Natales: «Se lanzan al saqueo e incendio de nuestro local… Nuestros nobles compañeros que se encontraban adentro resistían el ataque, pero los lobos consiguieron penetrar y nuestros camaradas trabajadores oír las bayonetas».8

Este histórico e inédito proceso de la toma del poder local en Puerto Natales, coincide con:

La Asamblea Obrera de la Alimentación

En 1918, la movilización contra la cesantía y la inflación, provocada por las repercusiones en Chile de la crisis mundial de la primera guerra europea, aceleró la organización de un frente único de los movimientos sociales: La FOCH, orientada por Recabarren, los pobladores de los Conventillos en huelga contra el alza de los arriendos, las mujeres del Consejo Federal de la FOCH y el Sindicato de Trabajadoras de la Aguja, la Unión de Tipógrafos, la Federación de Profesores Primarios y la Federación de Estudiantes (FECH).

El 15 de octubre de 1918 se creó la Asamblea Obrera de la Alimentación, que convocó una combativa manifestación de protesta contra el alza del costo de la vida. Reprimida por el gobierno de Sanfuentes, prosiguió la lucha. En otra masiva concentración de febrero de 1919 se exigió la municipalización de las panaderías y la venta de pan a precio de costo. Al mismo tiempo, se organizaron asambleas de la alimentación en Valparaíso, Concepción y Punta Arenas.

El 3 de septiembre de 1919 se declaró una huelga general que paralizó el país durante tres días, y se realizó una concentración en Santiago a la que asistieron 100.000 personas. El entonces dirigente de la FOCH, Carlos Alberto Martínez declaró: «No ha habido en Chile un acto más grande y combativo.»

El gobierno decretó el Estado de Sitio y estimuló la campaña chovinista contra el Perú, llamada, «guerra de don Ladislao» para distraer la atención popular al amparo de esta maniobra diversionista y ordenó el asalto al Local de la FECH.

Este proceso de la lucha de clases fue evaluado por Recabarren, en el periódico «El Socialista» del 17 de Septiembre de 1919: «Hoy por hoy la clase proletaria está dando el más alto ejemplo de unificación… Todo este conjunto de fuerzas fraternizan con la Asamblea de la Alimentación.»

Nuevas luchas estimuladas por la FOCH

La orientación de Recabarren, expresada en la Declaración de Principios de la FOCH (1919): «Abolición del Régimen Capitalista y su reemplazo por la Federación Obrera» y los 214 sindicatos con 204.000 trabajadores afiliados a la FOCH en 1925, aceleraron los siguientes procesos de la lucha de clases:

  1. Candidatura popular de José Santos Salas en 1925, apoyado por la Unión Socialista Republicana de Asalariados de Chile (USRACH), que obtuvo 74.091 votos, enfrentando al candidato de la burguesía, Emiliano Figueroa: 186.187 votos.
  1. La Asamblea de Obreros e Intelectuales de marzo de 1925 con 1.200 delegados representando a varias organizaciones: la FOCH, al movimiento campesino, a la Asociación de Profesores, a la Federación de Estudiantes (FECH), al Movimiento Cívico Femenino liderado por Amanda Labarca, y a Escritores: Pablo de Rockha, Antonio Acevedo Hernández, con apoyo de Vicente Huidobro.

    Junto con rendir un emotivo homenaje a Recabarren, fallecido un año antes, la Asamblea resolvió:

    – Luchar por el sufragio femenino, terminar con la usura, exigiendo la conversión de la moneda y el pago de salarios a un tipo de cambio fijo.

    – Reforma educacional propuesta por la asociación de profesores.

    – Apoyo a los indígenas y su demanda por recuperación de sus tierras. Además, aprobó las siguientes proposiciones de los delegados:

    – La tierra es propiedad social.

    – El poder legislativo residirá en Cámaras funcionales compuestas de representantes elegidos por los gremios, y su mandato será revocable.

    – Igualdad de Derechos sociales para ambos sexos.

    Según la prensa, los participantes se retiraron contentos, entonando canciones sociales y corridos de la revolución mexicana.

La «República Socialista»

El 4 de Junio de 1932 asumió el poder de facto un sector de jóvenes militares y un grupo de civiles de orientación socialista, que formaron una Junta de Gobierno integrada por Eugenio Matte Hurtado, Marmaduque Grove, Director de la Escuela de Aviación, que levantó un programa anti-oligárquico y anti-imperialista: «Todo ha sido entregado al extranjero, las casas comerciales extranjeras han llegado a monopolizar nuestro comercio interno y de exportación de materias primas. Hay que modificar el sistema tributario y el impuesto a las fortunas superiores a un millón de pesos». Por eso, el Banco Central se transformó el 8 de junio en Banco del Estado.9

Asimismo, se difunden medidas sociales: devolución a través de la Caja de Crédito Popular máquinas de coser, herramientas y prendas de vestir empeñadas; suspender la requisición de alimentos al pueblo.

Respecto de la Cuestión Agraria, la Junta alcanzó, en su corta gestión de 12 días, a promover algunos planes a favor de los campesinos: «que trabajen como propia la tierra. Los predios se dividirán en tantas partes para cada familia», manifestó el Ministro de Tierras, Carlos Alberto Martínez, ex dirigente de la FOCH.10

La Junta de Gobierno fue apoyada por antiguos mienbros de la Unión Republicana de Asalariados (USRACH), la Acción Revolucionaria Socialista creada por Eugenio González y Oscar Schnake, Ministros nombrados por la Junta.

La Izquierda Comunista, escindida del PC en 1930, sugirió: «La Junta debe armar a los trabajadores; debe proceder al desarme de las «guardias blancas», formar Comités de obreros y campesinos y entregar las Municipalidades a los trabajadores.»11

Surgieron embriones de poder popular en varias organizaciones que plantearon una rebaja de 50% en los alquileres y socialización de la energía eléctrica. En Concepción se formó el 13 de Junio el «Consejo Revolucionario», integrado por la FOCH y el Grupo Universitario «Avance».

Ante el boicot promovido por la burguesía, las organizaciones populares exigieron «la socialización de la industria paralizada». El Ministro Merino manifestó el 12 de junio: «Hay irregularidades en el reparto de artículos alimenticios; es una especulación. Insinuamos la conveniencia de organizar una oficina contra el sabotaje.»12

En este contexto, la Federación Araucana, orientada por Manuel Aburto Manquilef, llegó a plantear «la necesidad de establecer una «República Indígena» en la zona de la Araucanía».13

Se planteó la recuperación de tierras usurpadas y que el pueblo mapuche se autodetermine, así mismo, escuelas rurales en las comunidades con maestros mapuches y conectar el movimiento indígena con los obreros y campesinos.14

La Junta de la «República Socialista» fue derrocada por Carlos Dávila, apoyado por la burguesía, en el golpe del 16 de Junio de 1932.

Décadas después, Alejandro Chelén y Belarmino Elgueta hicieron un balance de la «República Socialista»: «Dio a conocer un conjunto de iniciativas que atacaban al sistema capitalista, el control del comercio exterior e interior, el impuesto a las grandes fortunas, la redistribución del ingreso nacional con un espíritu de justicia social… La «República Socialista» del 4 de Junio dio un impulso revolucionario a las multitudes desposeídas. A pesar de su rápida derrota fructificó en el movimiento socialista posterior.»15

Nueva fase de la Lucha de Clases

A mediados de la década de 1950 se agudizó el proceso de lucha de clases entre la burguesía -que aumenta la exportación de materias primas e implanta la industrialización sustitutiva de importaciones- y la clase trabajadora en ascenso que no sólo hace movimientos de resistencia sino que masivamente con la fundación de la CUT (1953) aspira a una alternativa de sociedad durante el gobierno populista de Ibáñez hasta 1958 y después bajo el llamado «Gobierno de los Gerentes»: José Alessandri Rodríguez.

Para el análisis de este proceso, es conveniente señalar dos fases de la CUT, presidida por Clotario Blest: la de 1950 a 1958 y la de principios de la década de 1960.

Las huelgas generales en la CUT abrieron un proceso de lucha de clases, en el que junto con los sindicatos participaron las capas medias asalariadas (empleados), los pobladores de las llamadas «callampas», las mujeres elegidas dirigentes de la CUT Livia Videla y Mireya Baltra, respaldadas por los avances del feminismo, y los estudiantes universitarios y profesores comprometidos con su pueblo.

La Declaración de Principios de la CUT, aprobada en el Congreso de Fundación (1953) señaló sin equívocos: «Que el régimen capitalista debe ser sustituido por un régimen que liquide la propiedad privada… Que la CUT realizará una acción reivindicacionista dentro de las principios y métodos de lucha de clases hasta llegar al socialismo integral… La CUT considera que la lucha sindical es parte del movimiento general del proletariado y no puede permanecer neutral en la lucha social».

La CUT convocó al paro nacional del 7 de Julio de 1955, una de las huelgas generales más importantes del siglo XX, en la que participaron 1.200.000 trabajadores.

El 9 de Enero de 1956 se realizó un nuevo paro general y otro en marzo, donde cayó preso una vez más Clotario Blest y luego «relegado al pueblo de Molina, en plena región campesina, entre Curicó y Talca», anota Maximiliano Salinas en su libro «Clotario Blest», p. 156, Editorial Pastoral Obrera, 1980.

El 2 de Abril de 1957 estalló una cuasi-insurrección popular. Pobladores de los suburbios periféricos urbanos marcharon hacia el centro de Santiago, lugar de las luchas callejeras del 2 y 3 de Abril.

Los tanques del ejército invadieron las calles, pero los manifestantes los hacían girar en redondo, derramando aceite de tambores que habían requisado de los negocios cercanos, mientras otros grupos expropiaban armamentos de los locales de venta de armas. En la esquina de Arturo Prat con Alameda cayeron muertas 10 personas en el momento que asaltaban una armería. Al final de la lucha de dos días hubo 36 muertos, según el parte oficial del ejército, aunque los participantes manifestaron que fueron ametrallados muchos más.

Estos jornadas de lucha popular masiva se realizaron también en otras ciudades, especialmente Concepción y Valparaíso por su nivel de combatividad.

El General Horacio Gamboa hizo una declaración en la que señalaba la paralización total del transporte público y que los Tribunales de Justicia, el Congreso Nacional y El Mercurio también se sufrieron ataques, lo mismo que el Club de la Unión… «Con escaramuzas, ardides y golpes fugaces, hacían desplegar las tropas en todos los sentidos.»16

En síntesis, la toma de las calles de Santiago durante los días 2 y 3 de Abril de 1957 puede caracterizarse como uno de los brotes insurrecciónales urbanos más importantes del siglo XX.

En 1960 se agudiza la lucha de clases con las movilizaciones de la CUT: Huelga General del 7 de Noviembre, respaldada por 800.000 participantes, entre ellos Gonzalo Toro, Federico García y otros jóvenes comunistas escindidos de su partido y creadores del grupo «2 de Abril».

Ante la combatividad de los trabajadores, el gobierno de Jorge Alessandri ordenó tomar preso al Presidente de la CUT. Clotario Blest manifestó: «No he dicho que este gobierno caerá hoy o mañana, pero caerá porque el proceso revolucionario chileno está en marcha.»17

El investigador del movimiento obrero, Jorge Barría señaló entonces: «La CUT coronó las más optimistas expectativas.»18

El 22 de Agosto de 1962, la CUT resuelve convocar una Huelga General, que sorpresivamente es suspendida por solo 11 de las 32 Federaciones Nacionales de la CUT, dos horas antes de iniciarse. De inmediato, Clotario Blest presentó su renuncia. Un mes después hizo una defensa de su posición en el Tercer Congreso de la CUT, realizado en Septiembre de 1962, pero insólitamente fue interrumpido por delegados del PC, que insultaron y arrojaron huevos al hombre que había liderado las luchas de la CUT durante 9 años.

De esta manera, se cierra el ciclo de las combativas huelgas generales de la Central Única de Trabajadores, que agudizó la lucha de clases, y se inicia una fase de reformismo sindical, que recién será superada en 1972-73 por los:

Cordones Industriales y Comandos Comunales

Los Cordones Industriales fueron las organizaciones de base más importantes del movimiento obrero durante el gobierno de Salvador Allende.

Se estructuraron con un criterio territorial, no por gremios nacionales, sino por sindicatos de base de las fábricas de cada comuna. Por eso, se equivocaron dirigentes políticos al opinar que los Cordones Industriales estaban provocando la división del movimiento sindical, crítica respondida por los líderes de los Cordones: los sindicatos agrupados en los Cordones no se han desafiliado de las Federaciones de la CUT, por ejemplo, los sindicatos de Hirmas, Yarur, siguen perteneciendo a la Federación Textil de la CUT, al igual que los otros sindicatos de las Federaciones Nacionales, anota Miguel Silva: «Los Cordones Industriales y el Socialismo desde abajo», Santiago, sin fecha de edición.

Para fortalecer la organización, los Cordones Industriales se relacionaron con los Comandos Comunales, creados por los pobladores de la misma comuna, con los cuales los sindicatos gestaron un poderoso movimiento social coordinado que logró crear embriones de poder local.

El periódico «Aurora de Chile» de Julio de 1973 manifestaba: «Los Cordones Industriales incorporan nuevos contingentes de clase… Son los únicos organismos de clase capaces de incorporarse a un poder territorial en un enfrentamiento directo con la burguesía, con todas las ventajas estratégicas que ello significa». Este artículo fue escrito luego del «Tanquetazo» o intento golpista del general Soupper contra el gobierno de Allende.

Asimismo, el proceso de radicalización de los Cordones Industriales fue la base de la movilización general contra el paro patronal de Octubre de 1972, logrando que los trabajadores abrieran los candados de las fábricas cerradas para ponerlas en funcionamiento por vía del trabajo autogestionario.

En ese momento la clase trabajadora fortaleció su conciencia acerca de los planes golpistas de la burguesía, que efectivamente se concretaron en el golpe de las Fuerzas Armadas, encabezadas por el general Pinochet.

Argentina

Durante toda la historia de la Argentina del siglo XX, el movimiento obrero ha sabido cómo organizarse y cómo luchar por mejores condiciones de vida y de trabajo. A partir de su lucha ha llegado a cuestionar a las clases poseedoras y a sus gobiernos, enfrentándose a ellas en las más duras batallas, que marcaron hitos en la historia de la lucha de clases.

Primera Huelga General en Argentina – 1902

En 1901 se funda la Federación Obrera Argentina (FOA) cuyo carácter era anarcosindicalista. La primera Huelga General en Argentina, es convocada precisamente por esta organización, ante la emergencia de paros y huelgas en todo el país (panaderos, estibadores, peones de las barracas y el Mercado Central). La respuesta del gobierno ante esta Huelga fue la creación de la «Ley de Residencia» que permitía la deportación inmediata de los dirigentes sindicales extranjeros.

Divisiones al interior de la FOA – 1903 a 1909

La FOA se divide y surgen: la Unión General de Trabajadores (UGT) en 1903 (socialista), y la Federación Obrera Regional de Argentina (FORA) en 1905 (anarcosindicalista).

Para evitar las divisiones al interior del movimiento obrero, surge una organización que logra unificar a ambas Federaciones, la Confederación Obrera de la República Argentina (CORA), que en 1915 se divide nuevamente formando la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) IX Congreso, mientras los anarquistas se concentraron en la FORA V Congreso.

La «Semana Roja» de Buenos Aires – 1909

Ambas FORAs convocan a una manifestación en la Capital, que fue rápidamente baleada por la policía con el resultado de varios muertos. La respuesta de los trabajadores fue una semana entera de paralización total con enfrentamientos en las calles.

«En 1907 una huelga de inquilinos movilizó a la totalidad de los sectores populares (…), otro importante acontecimiento ocurrió ese mismo año en Ingeniero White: Un piquete de marineros disparó sobre una asamblea de huelguistas, provocando seis muertos y veinticuatro heridos. (…) La huelga general proclamada por la Federación Local se extendió entonces a todo el país, que paralizó su actividad durante dos días en protesta por la masacre. La violencia desatada alcanzó en 1909 su punto culminante. La manifestación de la FORA fue atacada por las tropas en la Plaza Lorea, dejando un tendal de muertos y heridos. La indignación popular paralizó entonces totalmente la ciudad durante una semana de huelga general, en medio de la cual se multiplicaron los incidentes y enfrentamientos que aumentaron el número de víctimas. Grandes mitines realizados en varios puntos de la ciudad mantenían una intensa agitación. Finalmente el gobierno debió ceder y parlamentar con las centrales obreras.»19

Huelga general de dos días – 1910

La CORA convoca a una gran Huelga General contra la Ley de Residencia, que permitía expulsar a los inmigrantes sin ningún tipo de trámite, en una época en que la Argentina estaba llena de obreros anarquistas, casi todos ellos inmigrantes.

«En ocasión de los festejos del Centenario la recién constituida CORA decide proclamar en esa fecha una huelga general contra la Ley de Residencia, la FORA anticipa su adhesión. Frente a esta amenaza, el gobierno declara el estado de sitio, clausura los locales sindicales, detiene a los redactores de la Protesta y la Batalla -diarios anarquistas- y de La Acción Socialista, secuestra sus ediciones e impone un clima de terror. (…) La huelga general, que debía comenzar el 18 estalla en forma espontánea el 16. Aunque las direcciones sindicales están presas y no se pueden realizar reuniones, el movimiento se mantiene durante varios días. (…) La intensidad y la sistematización de la represión eran el más claro síntoma de la importancia que había alcanzado el movimiento obrero en la Argentina al cumplir la primera etapa de su historia.»20

El Grito de Alcorta – 1912

Las relaciones sociales en el campo argentino, con el desarrollo del capitalismo, también estaban generando explotación hacia el proletariado agrícola que se comenzaba a formar, y hacia las formas intermedias que surgían:

«En la última década del siglo XIX, los terratenientes buscaron fuerza de trabajo. Para ello ofrecían tierras en arriendo siguiendo cuatro pautas distintas de explotación: 1) cuando sólo disponía de brazos, el trabajador se convertía en peón agrícola; 2) si disponía de todos los brazos de su familia (mujer e hijos) se convertía en mediero; 3) si aceptaba pagar con la mitad o una parte de la cosecha, se convertía en aparcero; 4) cuando alquilaba se convertía en arrendatario y era explotado por grandes compañías que invertían el capital en equipos, semillas y animales o por el dueño de la tierra»21.

Esta relación social de explotación, cobró formas abusivas que estimularon al levantamiento conocido como «El grito de Alcorta»:

«El propietario de campo que a fines del siglo XIXy principios del s. XX se contentaban con un 15% de la cosecha líquida obtenida por cuenta y riesgo de sus arrendatarios, exigía luego el 20 y 25% y al estallar el «Grito de Alcorta» en 1912 ya estaba en el 35-40%»22.

El 25 de junio de 1912, una asamblea de 300 agricultores de la localidad de Alcorta, Provincia de Santa Fé, declaró la huelga por tiempo indeterminado contra los latifundistas de la Sociedad Rural. Entre sus principales demandas estaban: la rebaja general de los arrendamientos y aparcerías; la entrega en las aparcerías del producto «como salga» (los latifundistas obligaban a entregar el grano embolsado, listo para exportar); contratos por un plazo mínimo de cuatro años.

En esos años, el proletariado agrícola se estaba conformando en la Argentina, y el proletariado urbano se consolidaba como fuerza social y política, permitiendo así la alianza de campesinos y obreros:

«La alianza obrero-campesina, la organización de piquetes de huelga, comités de lucha, comisiones en cada campo y pueblo, elegidas democráticamente, y esta actitud frente al terrateniente, son la gran aportación del movimiento a la elevación de la conciencia revolucionaria del campesinado»23.

El movimiento fue duramente reprimido, pero entre sus logros está que en agosto de 1912, se fundó la Federación Agraria, que en su primer congreso proclamó la consigna «la tierra para quien la trabaja».

La Semana Trágica – 1918 – 1919

El 2 de Diciembre de 1918 los trabajadores de los talleres metalúrgicos de la empresa Pedro Vasena, cansados de las malas condiciones de trabajo y los malos salarios, declaran la huelga. Se instalan en las inmediaciones de la empresa, y realizan allí piquetes de trabajadores para evitar el ingreso o la salida de cualquier persona, evitando que la fábrica continúe funcionando.

El industrial decide que la fábrica tenía que seguir funcionando, y contrata entonces a obreros de la Asociación Nacional del Trabajo para que actúen como rompe huelgas, o lo que se llama en Argentina, como «carneros».

Los huelguistas indignados, enfrentan a los rompe huelgas el 7 de Enero de 1919 generándose duros enfrentamientos entre ambos.

El dueño de la empresa, al verse imposibilitado de seguir con el funcionamiento normal de la empresa, y decidido a no dar el brazo a torcer frente a las demandas de los trabajadores, manda a llamar a la policía para reprimir a los huelguistas.

Al llegar la policía, reprime violentamente, disparando al cuerpo de los trabajadores y asesinando a mansalva a tres de los obreros en lucha.

Al día siguiente la policía recorre las calles y los barrios obreros, atacando a todo transeúnte, acosando a los trabajadores, a sus mujeres, y se producen nuevas agresiones. La Liga Patriótica Argentina y la Asociación del Trabajo salen armados a las calles a matar obreros.

Pero el 9 de Enero de 1919 las dos FORAs, deciden declarar la huelga general en solidaridad con el conflicto de Vasena y la represión desatada por la policía. Salen a las calles cientos de obreros que recorren la ciudad. Se cierran todos los negocios y la ciudad es tomada por los obreros.

Durante tres días, no circula ningún automóvil por la ciudad sin la autorización del Comité de Huelga. La policía se atrinchera, y no se atreve a salir. Sólo se venden tres periódicos en toda la ciudad: «La Protesta», «La Vanguardia» y «La Internacional», los tres periódicos obreros más importantes de la época.

«La repetición de episodios similares en todas partes, la imposibilidad de controlar la situación y el temor de que los hechos respondieran a un complot revolucionario, hicieron que el gobierno dispusiera el acuartelamiento de todas las fuerzas policiales. Las calles quedaron, prácticamente, en poder de los obreros.»24

Ante semejante escenario, el mismo Presidente de la República, Yrigoyen, debe intervenir en el conflicto y ordena al industrial Pedro Vasena que acceda a las demandas de los obreros y así acabar con la huelga.

El 11 de Enero de ese mismo año, Vasena accede a todas las demandas. Ambas FORAs aceptan terminar con el paro, y la huelga finaliza.

El resultado: una semi insurrección de tres días, con obreros tomando y organizando el control de toda una ciudad.

La Patagonia Trágica – 1922

En 1922 se desata un conflicto entre los peones de una estancia en la Provincia de Santa Cruz y sus dueños. Al mando de la Federación Obrera de Río Gallegos, afiliada a la FORA de orientación anarquista, los peones declaran la huelga. El dueño de la estancia cede inmediatamente a las demandas de los peones, y estos retornan a sus actividades normales.

Pero después de unos días, los peones ven que no se cumple con los acuerdos alcanzados, y entonces deciden retomar la huelga.

Los peones de las estancias vecinas, no se mantienen sólo a la expectativa, y deciden solidarizar con sus compañeros huelguistas. Comienza a prepararse un movimiento de gran envergadura entre los trabajadores rurales.

El Coronel Varela, desde Buenos Aires, ordena desatar una dura represión contra los peones y evitar que éstos desarrollen su movimiento. Apoyado por la Sociedad Exportadora e Importadora de la Patagonia, por la Sociedad Rural de Santa Cruz y por algunos «vecinos notables», el Coronel Varela desata la más cruenta represión sobre los peones de Santa Cruz.

Los fusila uno tras otro. Y a los que no resultaban muertos los enterraba vivos, con la cabeza expuesta a las aves de rapiña para someterlos a la más cruel de las torturas. A otros los arrojan, con una piedra atada al cuello, al Lago Argentino.

Resultan muertos más de 2.000 obreros.

Huelga del Azúcar – 1923

En 1922 se funda la Unión Sindical Argentina (USA).

Un año más tarde, en Marzo de 1923 el gobernador radical de la Provincia de Tucumán, Vera, decide sancionar una ley que establecía un salario mínimo para todos los trabajadores del campo, y en especial de los cultivos de azúcar, y la obligación de cumplir con jornadas de 8 horas.

La oligarquía del azúcar, enfurecida, reacciona violentamente contra el gobierno, y descarga su furia contra los propios obreros del campo. El gobernador Vera retrocede en la aplicación de la Ley, pero los trabajadores deciden que un salario mínimo y una jornada máxima de 8 horas, son derechos indispensables que están decididos a ganar. Así, se organizan y declaran en Junio de 1923 la Huelga General, sumando a más de 15.000 huelguistas.

«La huelga iba ganando en extensión y en profundidad, los piquetes recorrían los campos y sitiaban los ingenios: Ya empezaba a llegar la solidaridad de otros gremios.»25

La patronal, ante el avance de los trabajadores del campo organizados, declara el lock out, y al ver que esta estrategia no daba resultados, recurre a los militares para desatar una cruenta represión.

El 6 de Junio de 1923, el General Vellón lanza una feroz balacera, asesinando a decenas de peones.

Huelga General de la Construcción – 1936

En 1930 se funda la Confederación General del Trabajo (CGT), resultado de la fusión de la Confederación Obrera Regional (COA) con la Unión Sindical Argentina (USA), y varios sindicatos independientes.

Y el 22 de Julio de 1935 se forma la Federación Obrera de Sindicatos de la Construcción (FOSC). Pero los patrones se niegan a reconocer la existencia de la Federación, ante lo cual los obreros amenazan con lanzarse a la huelga.

El 23 de Octubre los trabajadores de las principales empresas constructoras decretan el paro. Días más tarde votan una Huelga General.

«El 15 de Noviembre fue convocada una asamblea general de la Federación Obrera Local de Sindicatos de la Construcción donde la participación obrera desbordó el Luna Park. (…) Allí se votó la huelga general de los trabajadores de toda la rama de la construcción. Con esta resolución se incorporaron los obreros de otros gremios, y el número de huelguistas llegó, según la FOSC a aproximadamente 60.000 trabajadores. (…) La construcción quedó paralizada en la ciudad de Buenos Aires y alrededores, extendiéndose la huelga a todo el país e incluso a la ciudad de Montevideo.»26

El Departamento Nacional del Trabajo (DNT) se ofrece como mediador en el conflicto. Pero pronto los obreros son reprimidos, con decenas de presos, sin poder hacerlos retroceder con esta medida.

En todo Buenos Aires emergen Comités de Solidaridad con los huelguistas.

El 7 de Diciembre de 1935, se constituye un Comité de Defensa y Solidaridad con la participación de 68 organizaciones sindicales, a cargo de Matteo Fossa, dirigente del gremio de la madera.

Un mes después, el 7 de Enero de 1936 el Comité declara la Huelga General. Comienzan movilizaciones y enfrentamientos callejeros y los ataques de la policía son rápidamente dispersados por los manifestantes, obligándolos a retroceder.

Los obreros toman así el control de la ciudad.

El Presidente de turno, Juan José Justo, debe intervenir en el conflicto, y obliga a los patrones a ceder ante las demandas de los trabajadores. La huelga termina triunfante, y las organizaciones patronales deben aceptar el nacimiento de la gran Federación Obrera de Sindicatos de la Construcción.

Se forma el Partido Laborista – 1944

Fue el primer intento de formar un partido basado en los sindicatos, dirigido por Luis Gay y Cipriano Reyes, de corta vida.

Fue parte del proceso de huelgas obreras de la década de los ’40, especialmente de los frigoríficos en 1944; en 1945 la más trascendente fue en octubre el paro con movilización en defensa de las medidas a favor de los trabajadores que el Secretario de Trabajo Coronel J. D. Perón había impulsado.

Oleada de huelgas y fortalecimiento de las Comisiones Internas y los Cuerpos de Delegados – 1956 a 1958

Se desata una Huelga metalúrgica de 40 días, en plena dictadura de Aramburu, conocida como la «fusiladora».

En este período, se extienden y fortalecen desde la base las Comisiones Internas y los Cuerpos de Delegados de fábrica.

«Aunque la práctica de nombrar delegados que asumieran la representatividad de sus compañeros en las fábricas y en los talleres frente a la patronal existía desde los orígenes del movimiento obrero, el período peronista significó la efectiva consolidación de las Comisiones Internas, los Cuerpos de Delegados. (…) Al no tener reglamentadas sus funciones en los convenios colectivos, de hecho, las Comisiones Internas asumieron una innumerable cantidad de funciones, entre ellas, el propio cumplimiento del convenio y su aplicación en el interior de los establecimientos. (…) Esta amplia gama de funciones significaba, en el ámbito mínimo de la vida obrera, la representación de una efectiva participación en el poder y una experiencia concreta que quedaría grabada en la conciencia de la clase obrera.»27

Las Comisiones Internas se convierten así en formas de organización desde la base en las fábricas, ante la feroz represión de la dictadura.

«Eliminadas las fuentes formales de la organización comenzaron a jugar un papel preponderante las organizaciones informales, los ámbitos mínimos de la vida cotidiana, mucho más impermeables a la represión. (…) Estos ámbitos mínimos de la vida del pueblo son a) las fábricas y, en ellas, las Comisiones Internas, los Cuerpos de Delegados y en algunos casos los Sindicatos de fábrica; b) los barrios y en ellos los clubes de fútbol, las organizaciones vecinas, los lugares de esparcimiento y las propias casas de familia. En cuanto a las comisiones internas y Cuerpos de Delegados ya hemos destacado la importancia que adquirieron en la experiencia de los obreros. Cuando fueron intervenidos siguieron funcionando como estructuras paralelas que ejercían un efectivo control de los establecimientos. La mayoría de las huelgas de esos años, fueron organizadas por estas estructuras.»

Se forma la Comisión Intersindical y un grupo de «62 Organizaciones» para reorganizar al movimiento obrero desarticulado por la dictadura y organizar la resistencia obrera.

Se realiza así un Paro Nacional de dos días en octubre de 1957, y tres Paros Generales en 1958.

Ocupación del Frigorífico Lisandro de la Torre – 1959

En Enero de 1959 los trabajadores del Frigorífico Nacional Lisandro de la Torre, oponiéndose a su privatización, deciden tomárselo.

Los militares rompen los portones y desencadenan una feroz represión. Ante este hecho se declara una Huelga General de carácter indefinido. Se suman a ella los trabajadores de todo el sector público, y también los estudiantes.

Se toman toda la zona del barrio Mataderos, levantando barricadas y controlando el paso de los vehículos.

El Cordobazo – 1969 y 1971

El 29 de Mayo de 1969 los obreros de las fábricas de Córdoba, centralmente de la empresa SMATA y «Luz y Fuerza» se preparan para el paro. Recolectan todo tipo de objetos como hondas, miguelitos, bulones, bombas molotov, barras de acero sacadas de las industrias, y se enfilan para marchar en una enorme columna.

Los estudiantes también se preparan. El día anterior realizan reuniones y asambleas para organizarse frente al paro, y su adhesión a éste es prácticamente total.

La policía y sus fuerzas represivas se preparan también. Tienen listos sus efectivos de Infantería, los vehículos, y custodian los lugares estratégicos de la ciudad fuertemente armados.

Desde las 10.30 hs. los obreros comienzan a abandonar sus fábricas, dirigiéndose en una enorme columna hacia el centro de la ciudad. Columnas de 3.000 o 4.000 obreros convergen en todas las esquinas. Algunos a pie, otros en ómnibus, otros en auto o motocicletas.

A las columnas van sumándose grupos de estudiantes y obreros de otras zonas.

Camino al centro, se produce el primer enfrentamiento con la policía, que ataca a los manifestantes con gases. Pero la columna no retrocede ni se desarma. Se divide en dos, y rodea a la policía, arrojando sobre ésta una compacta lluvia de piedras que los obliga a retroceder.

Continúan llegando camiones de obreros.

Todos los comercios cierran ante el paso de los manifestantes. Se escuchan consignas contra la dictadura de Onganía.

Córdoba, ciudad industrial importante de Argentina, se repleta de obreros y estudiantes organizados, decididos a terminar con la dictadura.

Todas las esquinas se llenan de fogatas y barricadas. Se escuchan vivas a la unidad obrero estudiantil en boca de todos.

Más de 60 manzanas de la ciudad son ocupadas por obreros y estudiantes. La policía intenta hacer uso de su fuerza represiva, pero se ve colapsada ante el avance de la multitud organizada.

Los vecinos desde los balcones arrojan papeles y cartones para avivar las fogatas. La ciudad está literalmente en llamas.

En los duros enfrentamientos con la policía, muere un obrero de nombre Mena, lo que altera aún más el estado de ánimo de los manifestantes.

Se organiza un sistema de correo entre los trabajadores de las distintas cuadras, con obreros o estudiantes en motocicletas que recorren la ciudad llevando y trayendo mensajes de las directivas a seguir, de los avances y retrocesos de la policía, del estado de los enfrentamientos.

Se atan cadenas que cruzan las calles de las avenidas principales, para evitar el paso de las tropas y los vehículos de la policía.

Las manzanas tomadas hacia las 14 hs., ascienden a más de 150.

Se destruyen negocios «por imperialistas y oligárquicos» como el local de Xerox o la concesionaria de Citroen, donde los obreros destruyen pagarés y documentos diciendo «para que nadie deba nada.»

Alrededor de las 16.00 hs. el ejército se prepara para entrar a la ciudad. Se producen enfrentamientos durante el resto del día y también durante la noche, pero los militares terminan por retomar el control de la ciudad.

Se producía así en Córdoba una semi insurrección de obreros y estudiantes, que mantienen la ciudad sitiada durante prácticamente todo un día.

Dos años más tarde, el 15 de Marzo de 1971 se repite esta escena. Esta vez a partir de una convocatoria de la Confederación General del Trabajo a paro, que detona una nueva salida masiva de los trabajadores a la calle con barricadas y la toma de algunos barrios o comunas emblemáticos como el Villa Roel, y la llegada de cerca de 15.000 personas al centro de la ciudad. Obreros ferroviarios, empleados públicos, empleados del correo, trabajadores industriales, estudiantes, se concentran en la Plaza principal de Córdoba, y después por los barrios obreros, donde vuelven a sufrir el ataque de la policía y su orden de reprimir. Una nueva semi insurrección volvía a producirse en la ciudad, dejando como resultado lo que la historia del movimiento obrero conocería por el «Cordobazo».

El Rosariazo – 1969

El país vivía un clima general de protesta en el año 1969. Córdoba ardía en llamas. Tucumán y los trabajadores del azúcar realizaban monumentales protestas por mejores condiciones de vida y de trabajo. Todo el país, y en particular el movimiento obrero, se encontraban en una ascendente tensión en contra de la dictadura de Juan Carlos Onganía.

En este marco, la constante represión policial produce la muerte del estudiante de la ciudad de Corrientes, Juan José Cabral, que protestaba por el aumento de los precios en los comedores universitarios.

Frente a este hecho, el Rector de la Universidad de Rosario suspende las clases en esta ciudad. Los estudiantes se concentran en los comedores y deciden salir a marchar por la ciudad en repudio a esta medida y a la muerte de Juan José Cabral.

Se forma una enorme columna de estudiantes hacia el centro de la ciudad. La policía reprime, y en medio de los enfrentamientos, asesina de un balazo al estudiante rosarino Adolfo Ramón Bello.

Los estudiantes deciden entonces llamar a un gran Paro General para el 20 de Mayo de ese año 1969. El resto de las ciudades adhiere al paro.

Para el 21 de Mayo se convoca a una nueva jornada de protesta. Se concentran en el centro de Rosario miles y miles de estudiantes que salen a las calles, y sumándose a ellos, obreros más jóvenes.

Más de 4.000 personas se concentran en el centro. Pero la policía reprime rápidamente, dando muerte a un nuevo joven estudiante, de apenas 15 años, Luís Blanco.

El día 23 de Mayo los sindicatos deciden solidarizar masivamente con los estudiantes y convocan a un Paro General. Así, más de 7.000 personas, entre obreros y estudiantes, acompañan el féretro de Luís Blanco hacia el cementerio.

La oposición al gobierno crecía. Todo el país, y en especial el movimiento obrero, se movilizaban por la caída de la dictadura de Onganía. Se produce así el primer «Rosariazo» en esta ciudad, poniéndose a tono con la situación que vivía el resto del país.

Unos meses más tarde Onganía decide lanzar un nuevo ataque y manda a intervenir sindicatos como el de los ferroviarios, buscando por ese medio terminar con las olas de protesta. También aplica una reducción masiva de los salarios, lo que detona inmediatamente nuevos conflictos.

El 7 de Septiembre los estudiantes de Rosario vuelven a salir a las calles. Al día siguiente los ferroviarios convocan a una huelga masiva. Más de 4.000 trabajadores se suman a la medida.

El 16 de Septiembre la Confederación General del Trabajo se suma a las protestas. Llegan al centro de Rosario miles y miles de obreros y estudiantes organizados produciéndose así un nuevo «Rosariazo». Metalúrgicos, ferroviarios, empleados, petroquímicos, trabajadores de la alimentación, del correo, estudiantes, todos se concentran en el centro de Rosario.

Se levantan barricadas y se produce el enfrentamiento con las fuerzas policiales. Más de 250.000 manifestantes controlan el centro de Rosario durante todo el día. Hacia las 21 hrs. llega a la ciudad el ejército, enfrentando a los manifestantes y logrando recuperar el control de la ciudad.

Los Sindicatos Clasistas Sitrac/Sitram – 1970

Se inicia una lucha por la expulsión de los dirigentes sindicales burocráticos del Sindicato de Trabajadores Fiat Concord (Sitrac) y del Sindicato de Trabajadores de Fiat Materfer (Sitram) en los sindicatos base de la industria automotriz (plantas de Fiat) de Cordoba. Gregorio Flores fue uno de sus principales dirigentes. Proclamaron la lucha contra la dictadura de Onganía y por la unidad de la clase obrera como clase social para la lucha contra el régimen de explotación.

«Es evidente que las frustraciones, la impotancia frente a las injusticias de la patronal y los dirigentes corruptos, producen tensiones que se van acumulando en la conciencia de los trabajadores. Tensiones que cuando afloran, esto es, cuando encuentran la forma de ser liberadas, dejan aparecer las exigencias que muchas veces son más radicalizadas que lo que piensan sus propios dirigentes. Así por ejemplo, estos trabajadores que han permanecido en silencio por temor al despido, cuando tienen una dirección que los representa quieren obtener todo aquello que le quitaron o no le dieron en los períodos represivos, o cuando los dirigentes venales no fueron capaces de representarlos. Esto ocurrió en Concord y Materfer. Así por ejemplo, a pocos días de haber sido recuperados los sindicatos el ánimo de los trabajadores estaba fortalecido y sin duda se sentían respaldados por la dirección que se había logrado imponer con la lucha.»28

El Villazo – 1970 a 1974

Villa Constitución es una ciudad de la Argentina, que tiene una gran concentración obrero, sobre todo metalúrgica. Una de las empresas más importantes de este gremio es Acindar. En esta empresa existía hacia el año 1969 un sindicato conciliador, con una fuerte burocracia sindical arraigada en su seno.

Como influencia de las luchas del Cordobazo y del Rosariazo, y del clima general que vivía este país en donde la clase trabajadora se encontraba en un alto nivel de organización y de lucha, comienza a gestarse al interior de Afincar una corriente sindical clasista, antiburocrática, que tiene intenciones de presentar una lista para las elecciones de Marzo de 1970 y así desplazar a la burocracia sindical. En esta corriente habían muchos obreros elegidos directamente desde los Cuerpos de Delegados, es decir, desde las bases.

Pero estas intenciones de presentar una lista no pueden llevarse adelante, ya que se produce el despido de 16 de los miembros de esta lista.

En repudio a los despidos, en Diciembre de 1969 se declara la huelga en la empresa, mostrando el peso que había ganado este sector clasista al interior de la fábrica. Se llama a Conciliación Obligatoria, es decir a establecer un Acuerdo, pero pasados varios días los despidos se mantienen.

Así es que en Marzo de 1970 los trabajadores deciden llamar a una nuevo huelga. La huelga dura 23 días, y el acuerdo que alcanza la directiva sindical, aún en manos de la burocracia, es el de la indemnización de 7 de los compañeros despedidos, pero no se consigue ganar el reintegro de éstos. Queda entonces entre los trabajadores una sensación de derrota.

Al año siguiente el sector clasista y antiburocrático vuelve a reorganizarse de manera clandestina, realiza reuniones secretas, discute con los trabajadores de base, se rearticula poco a poco en cada sección de la empresa. Y se constituye así como el Grupo de Obreros de Afincar (GODA), más tarde Grupo de Obreros Combativos de Afincar (GOCA).

Este grupo va ganando cada vez más influencia entre los trabajadores de base, así que en el año 1971 decide constituirse como Movimiento de Recuperación Sindical (MRS), con principios clasistas, y logran ganar la dirección del Cuerpo de Delegados y de la Comisión Interna de la empresa.

A partir de allí ven la necesidad de extender esta lucha contra la burocracia sindical a todo el sector metalúrgico y forman la Agrupación Nacional Metalúrgica 7 de Septiembre (en homenaje a la lucha porque este día se estableciera como el Día Nacional del Trabajador Metalúrgico), y ante las elecciones de este gremio deciden presentarse como la Lista Marrón.

La burocracia sindical decide expulsar a los dirigentes de la Lista Marrón, evitando así que se desarrollara un movimiento clasista y antiburocrático.

Contra esta medida, en Marzo de 1974 los trabajadores de Acindar declaran la huelga, se produce la toma de la empresa, y exigen que se haga un llamado a elecciones nacionales del gremio, para poder presentar la Lista Marrón.

Todas las fábricas de la industria metalúrgica se unen a este reclamo. Se declara un paro general del sector en Villa Constitución, y se organizan piquetes de abastecimientos, de control de la entrada y salida a la fábrica y de propaganda, de mujeres.

Se realizan asambleas, con más de 7.000 asistentes y movilizaciones por todo Villa Constitución.

Los trabajadores movilizados logran conquistar un Acta de Acuerdo que establecía la convocatoria a las elecciones. El paro general se baja y los obreros se sienten triunfantes.

El Acta de Acuerdo no se cumple, y frente al paso de los días, no se ve una clara convocatoria a elecciones.

Los obreros deciden por lo tanto llamar a un gran Plenario de todos los gremios de Villa Constitución en solidaridad, y así discutir cómo terminar con la burocracia sindical, pero ésta, indignada, produce la explosión de dos bombas para impedir que se concretara la reunión.

El Plenario se realiza igual, y llegan a él delegados de todas partes del país, en el inicio de una gran lucha contra la burocracia sindical. Y se plantean realizar un Congreso de Delegados para el 15 de Mayo de 1974.

Ante semejante demostración de fuerzas, la burocracia sindical se ve obligada a convocar elecciones para Noviembre de ese mismo año.

Allí la Lista Marrón se presenta y obtiene más del 64% de los votos, convirtiéndose en la nueva dirección nacional del gremio de los metalúrgicos, desplazando a la burocracia.

Durante tres meses la nueva directiva funciona en base a la democracia directa de los trabajadores, con Asambleas, delegados revocables y llevando adelante la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores.

Hasta que el 20 de Marzo de 1975 se produce un primer intento de golpe de Estado, que va a caer sobre Villa Constitución, deteniendo a cientos de obreros, patrullando las calles, imponiendo el estado de sitio.

Los obreros, no dispuestos a dejarse vencer, declaran la huelga. Se unen a ella las demás fábricas de Villa Constitución. Y todos los gremios adhieren, como los ferroviarios, los textiles, los trabajadores de la construcción.

Se organiza un Comité de Lucha para organizar las distintas huelgas y ocupar la ciudad. Y se hace un llamado para el 22 de Abril a un gran Paro General.

A los 59 días la huelga debe bajarse, ya que por razones legales, a los 60 días se podrían producir los despidos masivos de todos los trabajadores.

Meses después, llegaría el golpe de estado definitivo en la Argentina, que perseguiría y asesinaría a los dirigentes sindicales y a los obreros más combativos.

Huelga general política y surgimiento de las Coordinadoras Interfabriles – 1975

En 1975, la derecha peronista intentó una política de ajuste mediante shock económico que desató una espiral inflacionaria, atacó las formas tradicionales de organización y negociación del movimiento sindical argentino, el llamado «rodrigazo». La respuesta obrera fue inmediata, masiva y nacional Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mendoza, San Nicolás, La Plata, Berisso y Ensenada, el cordón industrial del Gran Buenos Aires, Capital Federal): paros, tomas de fábricas, y movilizaciones que culminaron en una huelga general de masas con movilización, de carácter político (exigiendo la renuncia del Ministro de Economía Celestino Rodrigo y del Ministro de Bienestar Social, mano derecha de la presidenta e impulsor de la Triple AAA, grupo paramilitar dirigido contra la izquierda y el sindicalismo de base clasista y combativo).

Su importancia fue doble y trascendental: contra la voluntad de la dirección sindical burocrática tradicional, formándose las Coordinadoras Interfabriles; fue la primera huelga general contra un gobierno peronista.

Respecto al surgimiento de las Cordinadores Interfabriles podemos destacar que:

«Este fenómeno se relaciona con la naturaleza de la burocracia sindical en la Argentina y con la forma en que estaba limitada la participación en los sindicatos. La dirigencia sindical da espacio para la lucha siempre y cuando ésta no desborde la estructura sindical. Cuando eso ocurre cierra el espacio y la militancia debe moverse por fuera de las estructuras. (…) A lo largo del mes de Junio se vivía un clima de profunda agitación y enfrentamiento a la política gubernamental y de rebasamiento de hecho de las conducciones sindicales. Esto fue abriendo el espacio político social que dio origen al surgimiento de nuevas formas organizativas de la clase, independientes de sus conducciones tradiciones y basadas en los principios de la democracia obrera y en una potenciada solidaridad de clase. En Capital Federal y Gran Buenos Aires el 28 de Junio, al día siguiente del paro general decretado por la dirigencia sindical, se realizó el primer plenario de gremios, Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados en lucha, convocatoria que se realizó a través de un conjunto de Comisiones Internas representativas de diferentes zonas (Capital, Norte, Oeste y Sur)»29

Paro General bajo la dictadura militar – 1979

Culminando un período de búsqueda de modos de resistencia bajo dictadura se iniciaron «trabajo a tristeza», «trabajo a reglamento», quite de colaboración, sabotaje, paros en los lugares de trabajo, hasta el cambio de las direcciones tradicionales y el paso a nuevas formas de lucha obrera.

Zanon: control obrero de la producción y oleada de fábricas recuperadas – 2000

En octubre de 2001 los obreros de la moderna fábrica de cerámicos Zanon, tomada por sus trabajadores, se desplaza a los viejos dirigentes sindicales burocráticos reemplazándolos por una nueva directiva, y en marzo de 2002 se pone la planta a producir bajo control obrero ante el abandono de los patrones.

En ese período más de 170 fábricas se recuperan, en medio de una crisis con aumento del desempleo y la pobreza).

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