Al pueblo colombiano le informamos que durante los días 30 y 31 de agosto, en Bogotá, sesionó la Comisión Política de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular con la participación de los quince procesos que la conformamos. Reafirmamos nuestra firme convicción, disposición y voluntad política de seguir trabajando por la unidad del movimiento social […]
Al pueblo colombiano le informamos que durante los días 30 y 31 de agosto, en Bogotá, sesionó la Comisión Política de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular con la participación de los quince procesos que la conformamos.
Reafirmamos nuestra firme convicción, disposición y voluntad política de seguir trabajando por la unidad del movimiento social popular, en el marco de los mandatos de la Asamblea Legislativa Popular y de los Pueblos, llevada a cabo en el mes de octubre del año pasado, y del Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales y Políticas, realizado el mes de febrero del presente año.
Estos escenarios democráticos contaron con una amplia y diversa participación del movimiento social popular y arrojaron directrices y propuestas, para avanzar en la Unidad Programática sobre la base de la construcción colectiva de una Plataforma de Lucha que sea la síntesis de las banderas políticas, económicas, sociales, ambientales y culturales, que el pueblo colombiano ha levantado históricamente a través de sus luchas.
En esa perspectiva, convocamos a las diferentes organizaciones, procesos y plataformas sociales populares a realizar un Encuentro Nacional en el que socialicemos nuestros pliegos y plataformas, los acuerdos incumplidos por parte del Estado, y nos dispongamos con voluntad unitaria a preparar una gran movilización nacional para el próximo año, para exigir su cumplimiento y dar un salto cualitativo hacia la unidad y la lucha política por cambios estructurales.
No podemos caer en la trampa del pacifismo, como el ideal de paz, con la que pretenden llevarnos a la falacia de que primero es el silenciamiento de las armas y luego vendrán los cambios, o en la trampa del supuesto «diálogo social» que plantea el gobierno de Duque para cooptar, neutralizar e inmovilizar. La Cumbre Agraria, en particular, está a la espera del cumplimiento de los acuerdos de Santander de Quilichao del año 2016, que los gobiernos de Santos y Duque han saboteado desgastando la Mesa Única Nacional, espacio de negociación conquistado por el movimiento agrario en la Minga y los paros agrarios de los años 2013 y 2014. Similar situación acontece con los acuerdos con el movimiento estudiantil, el magisterio, los trabajadores estatales, las consultas populares contra la minería, los pueblos y comunidades de Buenaventura, Chocó, Arauca, Casanare, sur de Bolívar, centro y sur del Cesar, Catatumbo, Cauca y Nariño, entre otras.
Las airadas e hipócritas voces funcionales al poder dominante que se levantaron para poner en la picota pública a unos rebeldes que, ante el incumplimiento de los acuerdos de La Habana, decidieron continuar la lucha armada; ignoran, adrede, la agudización de la guerra de la oligarquía colombiana y el capitalismo internacional contra el pueblo colombiano, que ha significado el recrudecimiento de la represión a la protesta popular, un mayor deterioro de las condiciones de vida del pueblo mediante reformas económicas neoliberales, la profundización de un modelo agroindustrial y extractivista de enclave subordinado al capital financiero que arrasa con los territorios y las comunidades y pueblos que los habitan, amenazas y judicializaciones de luchadores y luchadoras populares, y miles de asesinatos de excombatientes, defensores de derechos humanos, y líderes y lideresas sociales, que engrosan las cifras históricas de la impunidad y la barbarie.
La historia le ha enseñado al pueblo que la oligarquía colombiana es experta en la perfidia. Enfrentamos a un estado genocida y fascista al que no le interesa la paz, porque la violencia es una de sus principales formas de acumulación de riqueza y dominación ideológica y política. La paz para el pueblo colombiano es sinónimo de transformaciones, que sólo serán posibles cuando el pueblo tenga el poder.
Saludamos a Defendamos la Paz y la invitamos a que en su agenda incluya como ejes: la solución política al conflicto colombiano con amplia y decisoria participación de la sociedad, especialmente de los sectores populares; y la movilización por el cumplimiento de todos los acuerdos: Acuerdos de la Habana, Agenda de negociación entre el ELN y el estado colombiano, y los miles de acuerdos con el movimiento social popular.
A nuestras bases, organizaciones, procesos y plataformas, las convocamos a preparar la Asamblea Nacional de la Cumbre Agraria a celebrarse en la primera semana de febrero del próximo año, en la que nos proponemos reagruparnos para fortalecer la unidad y las luchas del pueblo colombiano. Nuestro Pliego de exigencias: Mandatos para el Buen Vivir, por la Reforma Agraria Estructural Territorial, la Soberanía, la Democracia y la Paz con Justicia Social, será tema central en la Asamblea, en tanto es nuestro aporte a una Plataforma Nacional de Lucha del pueblo colombiano. Aspiramos a enriquecerlo con los aportes de los sectores y las regiones para que sea un instrumento que guíe nuestra lucha común, a esa tarea los convocamos desde ya. También será objeto de nuestras reflexiones y análisis el fortalecimiento a nivel regional, tanto en lo organizativo como en lo ideológico y político: Hagamos de la Cumbre Agraria una escuela de formación es la consigna que propone la Comisión Política.
Finalmente, reiteramos nuestra convocatoria al pueblo colombiano para que entendamos que frente a la guerra del capitalismo contra el pueblo, el camino es la unidad y la lucha en las calles y carreteras de nuestro país. El derecho a rebelarnos nos asiste, es hora de agruparnos y arroparnos mutuamente para avanzar en la construcción de poder popular y derrotar el régimen opresor.
SEMBRAMOS ESPERANZA, COSECHAMOS PAÍS
COMISIÓN POLÍTICA
CUMBRE AGRARIA, CAMPESINA, ÉTNICA Y POPULAR ( 30-31.08.2018)