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Ante la agenda de género de Piñera: ¡Programa y protesta feminista!

Fuentes: Aurora Roja

Durante estas últimas semanas, las mujeres hemos levantado la voz tan fuerte que el Mayo Feminista llegó prontamente a los oídos del gobierno de Sebastián Piñera, provocando que el pasado miércoles éste anunciara en cadena nacional su «Agenda de Género». En esta agenda se establecen 12 puntos que tienen el objetivo de «combatir la discriminación […]

Durante estas últimas semanas, las mujeres hemos levantado la voz tan fuerte que el Mayo Feminista llegó prontamente a los oídos del gobierno de Sebastián Piñera, provocando que el pasado miércoles éste anunciara en cadena nacional su «Agenda de Género».

En esta agenda se establecen 12 puntos que tienen el objetivo de «combatir la discriminación contra las mujeres«. Se trata de un abanico de medidas diversas, con implicancias en distintos niveles, consistentes en: (i) una modificación a la Constitución de la República para que ésta consagre como deber del Estado la promoción y garantía de la plena igualdad de derechos entre el hombre y la mujer; (ii) terminar con las situaciones de discriminación contra la mujer incorporadas en las leyes (como por ejemplo, la desigualdad en la administración del patrimonio dentro de la sociedad conyugal y la tipificación del delito de violencia en el pololeo); (iii) expedir un instructivo para promover y garantizar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en la Administración del Estado; (iv) la promulgación de la Ley de Universidades del Estado que regula la relación entre docentes y estudiantes y sanciona el acoso sexual o laboral, las discriminaciones y los malos tratos; (v) la elaboración de un plan de asistencia técnica para Universidades, Institutos Profesionales Centros de Formación Técnica y Establecimientos de Educación Escolar para promover reglamentos de convivencia; (vi) el desarrollo de un Plan de Derechos Humanos que erradique la discriminación arbitraria contra la mujer en las Fuerzas Armadas; (vii) una reforma al sistema de salud privada para terminar con la diferencia de precios de planes entre hombres y mujeres; (viii) la promoción de una mayor participación de la mujer en cargos de alta responsabilidad; (ix) la ampliación de la cobertura del programa 4 a 7, para el mejor cuidado de los hijos después de la jornada escolar; (x) la mejora de protocolos de Gendarmería para aquellas mujeres privadas libertad que van a ser madres; (xi) el fortalecimiento de los tratamientos contra la infertilidad para promover la maternidad deseada y; (xii) el facilitamiento para el cobro de pensiones alimenticias por parte de las mujeres.

Como organización política anticapitalista y antipatriarcal, consideramos que ninguna de estas medidas logra problematizar, ni menos aún, subsanar la violencia estructural y sistemática que las mujeres vivimos día a día en esta sociedad. Muy por el contrario, la Agenda de Género de Piñera demuestra que lo que pretenden hacer es maquillar con unas pinceladas de color morado su verdadero interés en esta cuestión: mantener y profundizar el sistema que hoy precariza nuestras vidas. Con estas medidas, en definitiva, sigue ganando el sistema capitalista patriarcal.

En estas medidas se omite deliberadamente dar respuesta a una de las principales demandas que se ha impulsado desde el movimiento de mujeres, que es la demanda por una educación no sexista, la cual plantea un quiebre respecto a la educación sexista que hoy se imparte en todos los niveles de nuestro sistema educativo, una educación que enseña, promueve y reproduce los roles de género impuestos socialmente y que reducen a la mujer a un lugar secundario en la sociedad, manteniendo a los hombres en el espacio de lo público y relegándonos a nosotras al espacio de la vida privada y de la reproducción.

La agenda de Piñera pretende reducir estas disputas en materia educativa al establecimiento de protocolos contra el acoso y el abuso sexual, lo cual demuestra una forma absolutamente miope y limitada de abordar el conflicto. Sostenemos por supuesto la necesidad de contar con este tipo de instrumentos, que deben otorgar un nivel indispensable de protección para las mujeres, pero entendemos que el principal punto aquí debe ser el cuestionamiento del sistema educativo al servicio del mercado como un dispositivo de reproducción del sistema capitalista, lo que se expresa también en la generación de sujetos que funcionan en base a la división del trabajo por género.

Resulta relevante también analizar cómo esta Agenda omite olímpicamente cualquier referencia a las demandas de la disidencia sexual y de toda la comunidad LGTBI, incluso a pesar de que el último tiempo esta comunidad ha tenido una alta presencia e importancia en el debate público. Y es que a fin de cuentas esa omisión no es sino expresión de la forma completamente reducida en que la derecha comprende el problema del feminismo, pues para ellos, el feminismo es simplemente una demanda de mayor protección a favor de las mujeres. De esta forma, la conservadora Agenda de Piñera esencializa a la mujer, pues sólo la entiende bajo el ideal de mujer-madre, invisibilizando absolutamente a todas aquellas personas que no cumplen con dichos estándares.

Omiten también pronunciarse sobre el contenido del nuevo Reglamento de la Ley de Aborto tras la declaración de ilegalidad que realizó la Contraloría respecto al Reglamento creado por ellos que consagraba la objeción de conciencia institucional incluso en hospitales financiados con recursos estatales. Mucho menos aún se refirieron a nuestra histórica demanda por un aborto libre, seguro y gratuito, ya que sabemos que se trata de una derecha profundamente conservadora que nos reduce a meros objetos reproductores. En este mismo sentido, podemos ver que la agenda de género de Piñera está pensada para la mujer-madre, ya que la derecha neoliberal y conservadora nos quiere reducidas al ámbito de la reproducción. Por esta razón en la agenda se propone fortalecer las terapias de reproducción asistida, pero nada se plantea respecto a las mujeres que no quieren ser madres y que se ven obligadas por el Estado a serlo, ya que éste les prohíbe la posibilidad de decidir sobre su cuerpo.

En suma, la derecha no cuestiona ni siquiera un poco la doble explotación a la que hoy es sometida la mujer trabajadora, y la sigue relegando a la esfera «de lo privado»; de esta forma, no se avanza ni un solo paso en el reconocimiento del trabajo doméstico como trabajo, ya que se entiende que ése es el lugar al cual la mujer pertenece naturalmente y que por ello no se debe reconocer en términos de salario.

Con esta Agenda, el gobierno de Piñera busca aprovecharse de la histórica movilización de cientos de miles de mujeres para introducir mayores profundizaciones neoliberales a un sistema laboral y de seguridad social que se encuentra entregado en bandeja al mercado y al empresariado. La alianza político-empresarial de nuestro país nuevamente demuestra cómo utilizan al Estado para sacar provecho de las necesidades del pueblo, sosteniendo los inescrupulosos negocios con los cuales acumulan incalculables cantidades de riquezas, a costa de la precarización de la vida de la clase trabajadora, particularmente de las mujeres. Esto se ve claramente demostrado en la propuesta de sala cuna universal que pasa a ser financiada directamente por los trabajadores y las trabajadoras, liberando a los empleadores de toda responsabilidad sobre el cuidado de los niños y niñas, desprendiéndose del costo de mantener el cuidado primario de quienes más tarde le servirán como nueva mano de obra en sus negocios.

Especialmente, gana el empresariado con la medida que anunció que, en materia de salud, los planes de Isapre de los hombres incrementarán su precio para subsanar la problemática de la desigualdad entre los precios de planes de salud de hombres en comparación a los de las mujeres en edad fértil. De esta forma, una vez más siguen ganando las ISAPRES, entidades que para el año 2017 reportaron utilidades por $77.577 millones. Entonces, cabe preguntarse, ¿a quién estamos beneficiando cuando «igualamos» los precios de los planes de salud entre hombres y mujeres? Y la respuesta es clara: acá sólo gana el empresariado a costa de los trabajadores y las trabajadoras.

No nos sorprendemos en lo absoluto del completo silencio del Gobierno frente al tema de las pensiones y la seguridad social, pues tenemos más que claro que a la derecha no le preocupa la vejez de la clase trabajadora, menos aún la vejez de las mujeres. A pesar de la fuerza que ha tenido el movimiento social NO + AFP, la administración Piñera hace oídos sordos ante la legítima y respaldada demanda de la clase trabajadora por una vida digna durante la vejez, ya que lo único que le interesa al empresariado es mantener las ganancias que desde la Dictadura acumulan gracias al negocio de las AFP, es decir, gracias a la miseria de nuestros abuelos y abuelas.

En definitiva, el problema con la agenda de género de Piñera no es que se trate de medidas insuficientes, sino que se trata lisa y llanamente de una maniobra de la derecha para profundizar el modelo neoliberal mediante la cooptación de las legítimas demandas que surgen desde el movimiento de mujeres, con medidas que aumentan la precarización que vive todos los días la clase trabajadora, y dentro de ella, particularmente las mujeres, cuyo trabajo fuera del mercado laboral formal no se reconoce como trabajo puesto que su labor como «dueña de casa» sería una labor que le corresponde por naturaleza.

Hoy urge aclarar que el feminismo no es una apuesta transversal a izquierda y derecha, como pretende esta última en un intento despolitizador, sino que por el contrario, el feminismo es profundamente político y, por lo tanto, es un terreno en disputa. Por lo mismo creemos que hoy debemos trabajar para que el movimiento feminista avance en su agenda programática con la finalidad hacerle frente a la derecha neoliberal que se pretende feminista, la cual sólo beneficia a aquellas mujeres privilegiadas social y económicamente.

Creemos firmemente que la única forma de hacerlo es desde la vereda del feminismo clasista, ya que no hay posibilidad de construir una sociedad libre de opresión y explotación bajo el sistema capitalista patriarcal que hoy nos oprime y nos explota no sólo por ser mujeres sino que por ser parte de la clase trabajadora. No podemos seguir dándole más espacios al feminismo liberal, a ese feminismo que pretende asegurarnos igualdad y representatividad formal sólo para continuar precarizando nuestras vidas, para seguir desconociendo el trabajo doméstico como trabajo, para seguir relegándonos a roles y labores secundarias e invisibilizadas, en definitiva, ese feminismo que sólo nos asegura igualdad de explotación.

Por todo lo anterior, como Convergencia 2 de Abril nos sumamos y llamamos a participar de la Jornada Nacional de Protesta Feminista de este viernes 1 de junio, convocada por la Coordinadora 8 de Marzo, que se realizará en paralelo a la cuenta pública del gobierno. Este viernes las mujeres de todos los espacios, sectores y territorios nos levantamos para manifestar nuestro absoluto rechazo a la agenda de Piñera porque entendemos que la única forma de responder a los nuevos embates de los defensores de este sistema es mediante la organización feminista y de clase; en definitiva, mediante la organización y la unión de las mujeres trabajadoras contra la precarización de la vida.

Fuente: https://www.auroraroja.cl/2018/05/29/ante-la-agenda-de-genero-de-pinera-programa-y-protesta-feminista/