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Ante la bifurcación de la paz total

Fuentes: Rebelión

Es obvio que el triunfo electoral de Petro precipitó la bifurcación ante la cual se encuentra la sociedad, después de casi una centuria de aplicar, con la anuencia de un grueso apoyo social, la coerción (más despiadada), usada con el fin de controlar la resistencia de las clases explotadas y grupos subordinados.

Aplicar conceptos de las ciencias naturales en las ciencias sociales, es como lo señalaron los fundadores de las diferentes ramas de las ciencias sociales, un asunto problemático además de riesgoso, dado el carácter tendencial inexacto de los fenómenos sociales. Sin embargo, el uso y generalización del concepto bifurcación, entendido como el cambio brusco en la estructura cualitativa de un sistema o en un proceso que genera una ramificación y la aparición de un nueva situación o estadio; ha empezado a utilizarse con mayor frecuencia y éxito para explicar cambios sociales o fenómenos sociales complejos, derivados de la contradicción orden-desorden (con sus equivalentes paz-guerra, organización-caos) y de los intentos de las clases dominantes para mantener su poder formal para explotar la fuerza de trabajo ajena (enajenada ya como mercancía).

Es lo que han hecho con gran fortuna para el enriquecimiento del corpus marxista, científicos sociales de la talla de Arrighi, Wallerstein, Harvey o Samir Amín, sustentadores de la teoría del sistema-mundo. Un poco antes, el comunista Gramsci ya se había hecho la pregunta al analizar la hegemonía y el Estado en la etapa fascista del imperialismo: ¿Cuál fuerza prevalece? ¿la coerción o el consenso; el orden o el desorden?

En la Colombia actual, es obvio que el triunfo electoral de Petro como presidente de la república, precipitó la bifurcación ante la cual se encuentra la sociedad, después de casi una centuria de aplicar, con la anuencia de un grueso apoyo social, la coerción (más despiadada), usada con el fin de controlar la resistencia de las clases explotadas y grupos subordinados; hoy se da un viraje súbito, también con el apoyo de un grueso apoyo social, en busca del consenso político más amplio que se ha dado en llamar desde el gobierno como “paz total”. Es claro que en la actual Colombia son muy pocos quienes se oponen a dicho consenso propuesto por el gobierno Petro. Nadie, ni las “casandras más radicales”, como llamaba a sus opositores López Michelsen, aquel lord de Teusaquillo educado como banquero en Inglaterra para que fuera el presidente en Bogotá, cree que la coerción imperialista contrainsurgente vaya a resolver, ni ahora ni en el futuro cercano o lejano, los problemas del secular conflicto colombiano.

Sin embargo, sin ser augur de desastres, también es cierto que la realidad, no sólo nacional sino internacional y obvio, global; está oscurecida por los nubarrones negros de la gran crisis por la que atraviesa la civilización occidental donde se encuentra Colombia con su privilegiada posición estratégica; megacrisis que sobre-determina (querámoslo o no) cualquier análisis serio de la realidad colombiana.

La investigadora Ana Esther Ceceña de la UNAM de México, describe con bastante detalle y seriedad los que considera los cuatro jinetes del apocalipsis que atentan contra “el Estado-nación” de la siguiente manera:

Resumen: El diseño organizativo político-territorial del sistema-mundo capitalista forjó una configuración disciplinaria-cohesionadora en la que el Estado-nación se erigió como estructura central. Con el tiempo esta figura y la institucionalidad misma del capitalismo han sido cuestionadas o corroídas por los mismos agentes y fuerzas que las crearon o que no alcanzaron a ser disciplinados. En este texto se destacan los desafíos a la soberanía del Estado que emergen de la acción de cuatro sujetos: 1-los supra-Estados (teoría del imperialismo), 2-las corporaciones, 3-el crimen organizado (los cárteles) y 4-las fuerzas y societales subordinadas y en resistencia (teoría del colonialismo interno)”… https://www.clacso.org/la-soberania-y-los-4-jinetes-del-apocalipsis/

La cascada de preguntas sombrías y reales que este texto precipita (siguiendo el símil bíblico tan caro a los colombianos) son:

1-¿Cuál de esos perturbadores jinetes con sus respectivas agendas e intereses o lógicas de acumulación no cabalga libremente en la sociedad colombiana? Es decir, El imperialismo global con su agenda energética (petróleo), su agenda climática y amazónica, su agenda “Monroísta” para América Latina y el Caribe de revertir con golpes híbridos los avances progresistas en algunos países y de derrotar y sacar a Rusia y a China del continente americano, su agenda de war on drugs, etc. Las corporaciones transnacionales con su lógica empresarial y capitalista de intercambio desigual de mercancías por recursos naturales y minerales. Los Carteles con su infinita avaricia acumulativa de capital financiero. Los movimientos societales con sus legítimas y transformadoras reivindicaciones sociales y de derechos humanos tanto tiempo postergadas.

2-¿Cuándo el Estado colombiano ha declarado sin efecto su estrecha vinculación con la fuerza militarista y expansionista que el sistema global del Imperialismo tiene en el Noratlántico (la OTAN), que actualmente tiene en vilo a la humanidad en Ucrania con la posibilidad real de una guerra atómica generalizada?

3- ¿Acaso el nombramiento de la experimentada embajadora de los EEUU en Bogotá, la señora Jean Elizabeth Manes, representante civil del Departamento de Estado ante el Comando Sur de Estados Unidos, tiene por objetivos la paz total que reseña la revista Semana.org? (https://www.semana.com/politica/articulo/atencion-jean-elizabeth-manes-es-la-nueva-embajadora-de-estados-unidos-en-colombia/202325/

4- ¿Desde cuándo el Estado colombiano (no el gobierno) ha renunciado realmente a la doctrina contrainsurgente y a su práctica híbrida genocida de 70 años? Cambiar o purgar unos generales por otros no es una renuncia efectiva ni creíble.

5- ¿Qué objetivo plausible tiene la estrategia de lograr un nuevo consenso hegemónico de “paz total”, metiendo en un mismo “saco o costal político” a organizaciones de la resistencia popular que aún continúan en armas, junto con reconocidos carteles transnacionales del narcotráfico y, con viejas conocidas organizaciones estatales de narco paramilitares, todas ellas con diferentes agendas y en combate permanente entre sí de manera caótica*? ¿Es esto acaso un marco teórico de paz de un Estado soberano?

6 ¿Acaso la tradición culinaria caribeña no enseña que los “sancochos” se deshacen cuando se rebullen?  Es decir, ¿qué sucederá con los movimientos sociales cuando, para mal o para bien, el objetivo de la paz total se agote?

Así las cosas, es más factible creer en la “teoría del caos administrado” sustentada desde la época de los ‘90 del siglo pasado por la influyente camarilla imperialista de los “neocons” estadounidenses en el poder, diseñada para destruir toda resistencia popular y antiimperialista, introduciendo en la sociedad un virus cibernético como si fuera un PC (ordenador o computador) y arrojar la sociedad al caos para poder gobernarla.

Un caos controlado siguiendo los ciclos sistémicos orgánicos de estabilidad, desorganización o desestabilización, reorganización y nueva estabilidad o retroalimentación; haciendo de un conflicto social algo interminable y recurrente. OJO: Interminable y recurrente, que dejado en la mano invisible del mercado se regulará por sí mismo. Tal como lo han desarrollado siguiendo la experiencia práctica adquirida en Oriente Medio en el conflicto árabe-israelí, en Yugoslavia, en Irak, Siria, Kósovo, Somalia, Libia, Yemen, y como parece ser el futuro colombiano.

Y así volvemos a la contradicción social básica orden-caos, que finalmente se nos ha hecho evidente y puesto de manifiesto a los colombianos; cuya solución va más allá de unas promesas electorales y mucho más allá de la mano invisible de la oferta y la demanda de las manos invisibles del mercado global.

*Nota: intereses disímiles, contradictorios y enfrentados entre:  Las insurgencias políticas con su objetivo final de realizar cambios estructurales de fondo en la sociedad colombiana, ampliar y profundizar la democracia verdadera, lograr la justicia social y la soberanía patria, los narcotraficantes y carteles con su inagotable e infinita voracidad por acumular capital financiero y lavarlo, y los paramilitares con su vieja pretensión uribista de constituirse en un tercer actor IMPUNE frente al Estado y frente a las insurgencias.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.