Según la Agencia Europea de Defensa, el gasto en defensa de los 26 países miembros de la Agencia se situó -en 2021- en “un nuevo máximo” de 214.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 6% respecto a 2020; se trata del séptimo año consecutivo de incremento.
¿Qué carga transportan los barcos de la muerte saudíes que atracan en el puerto de Sagunto? Amnistía Internacional (AI) exige información al Gobierno de España y, por esta razón, activistas por los derechos humanos participaron –el pasado 4 de febrero- en una concentración en el Puerto de Valencia. AI ha denunciado escalas “vergonzosas” de estos buques en Sagunto, por ejemplo en octubre de 2022, abril de 2021, marzo de 2020 o diciembre de 2019.
Se trata de embarcaciones “sospechosas de transporte de armas que se emplean en las campañas militares en Yemen”, denunció Amnistía Internacional. La protesta frente a la sede de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) contó con el apoyo de la Assemblea Popular València contra les Guerres y Acció Ecologista Agró.
Antimilitaristes-MOC de Valencia respaldó la citada movilización: integrantes del colectivo pegaron carteles en las vallas del Puerto de Valencia con la consigna La guerra empieza aquí. El colectivo denuncio la “complicidad de la APV –dependiente del Ministerio de Transportes- en el tráfico de armas al Yemen”.
En una nota informativa, el grupo antimilitarista advirtió de la llegada al puerto de Sagunto, el 5 de febrero, del buque “traficante de armas” Bahri Abha, perteneciente a la naviera estatal saudí Bahri, “que con mucha seguridad transporta armamento hacia Arabia Saudí”.
El Centre Delàs d’Estudis per la Pau señala, con datos de la Secretaría de Estado de Comercio, que Arabia Saudí continúa siendo el mayor importador de armas españolas; de hecho, España exportó armamento a este país, en el primer semestre de 2022, por valor de 302,2 millones de euros); en el mismo periodo, el estado español exportó armas a Ucrania por valor de 18,2 millones de euros.
Por otra parte, en una octavilla distribuida en febrero, Antimilitaristes-MOC denunciaba que Cap exèrcit defensa la pau!! Ni Putin, ni OTAN!!, así como la Insubmissió a les guerres. Manifestaba, además, su solidaridad con las organizaciones pacifistas, los objetores de conciencia y los desertores de Ucrania, Rusia y Bielorrusia (campaña #ObjectWarCampaign: firma de peticiones dirigidas a las presidentas de la Comisión Europea, el Parlamento europeo y el presidente del Consejo Europeo, en apoyo a “quienes se niegan a matar”).
La hoja (reivindicativa) advertía de la “peligrosa deriva militarista” emprendida por la UE, “un dispendio para satisfacer las exigencias de la OTAN, mientras crece la injusticia social y la crisis climática” (según la Agencia Europea de Defensa, el gasto en defensa de los 26 países miembros de la Agencia se situó -en 2021- en “un nuevo máximo” de 214.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 6% respecto a 2020; se trata del séptimo año consecutivo de incremento).
El 9 de febrero Antimilitaristes-MOC presentó en la Universitat Politècnica de València el informe titulado La resistencia civil no violenta ucraniana ante la guerra, de NOVACT y el Institut Català Internacional per la Pau, realizado por el investigador Felip Daza Sierra; el documento analiza las tendencias e impactos del conflicto y las resistencias entre febrero y junio de 2022.
En el texto se hace referencia a 235 acciones no violentas en Ucrania, divididas en tres grupos; 148 de protesta (actos de expresión); 51 de no cooperación (actos de omisión) y 36 de intervención no violenta (actos de comisión); “la mayoría de acciones se ha localizado en los oblasts (regiones) del Sur –Kherson y Zaporizhia-, lo que demuestra la persistencia de la resistencia no violenta en las zonas bajo ocupación”.
En concreto (análisis por regiones), se desarrollaron 20 acciones de desobediencia en el norte de Ucrania (Chernihiv, Sumy y Kyiv); 191 en las regiones del Sur (Kherson, Zaporizhia y Odesa); nueve en el Este (Kharkiv; Luhansk; Donetsk); nueve en el Oeste (Lviv; Chernivtsi; Rivne): y seis en el ámbito estatal (o más de una región).
Además de la territorial, otras variables consideradas son el tipo y las dimensiones de la coordinación: “La gran mayoría de las acciones no violentas se han organizado de forma local, sin coordinación a nivel nacional; en cambio, las acciones relacionadas con la protección de civiles, ayuda humanitaria, monitoreo de crímenes de guerra, comunicación no violenta masiva y hacker-activismo implicaron una coordinación supralocal e incluso estatal”, detalla la investigación.
Una de las circunstancias de interés es que, de las 148 acciones no violentas de expresión (el grupo mayoritario de las reportadas), 73 están relacionadas con manifestaciones y concentraciones públicas; asimismo, “una de las características más significativas de las protestas durante la guerra era el uso de símbolos ucranianos, como su bandera o el canto del himno nacional”, informa el documento.
A partir de abril de 2022, según el informe, se redujeron las movilizaciones en la vía pública; fue el punto de inflexión hacia una estrategia basada en las “acciones clandestinas e invisibles”; de hecho, ya a mediados de marzo, empezaron a hacerse visibles los grafitis, banderas nacionales, carteles y panfletos que reivindicaban “la desobediencia frente a la ocupación”.
¿En qué contexto se dan estas acciones de resistencia? El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, dio cuenta el pasado 21 de febrero de las dimensiones de la guerra: 8.006 civiles muertos y cerca de 13.300 heridos en el último año, “a lo que se suman las numerosas vidas perdidas previamente en el conflicto en el Este de Ucrania”. Naciones Unidas calcula que cerca de 14 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares y 18 millones se hallan “gravemente” necesitadas de ayuda humanitaria.
Por otra parte, Antimilitaristes-MOC se adhirió a la convocatoria de la manifestación que tuvo lugar el pasado 5 de febrero en Valencia, en la que se reivindicó un alto el fuego; el diálogo y las negociaciones de paz en la guerra de Ucrania, “para construir una Europa segura y pacífica”; el manifiesto subrayaba que la guerra “es una derrota para toda la humanidad” (30 conflictos armados se mantienen activos en el planeta), y declaraba su solidaridad con el pueblo ucraniano.
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