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Antisindicalismo y posición de clase

Fuentes: Rebelión

Introducción A modo de charla, me encantaría comentar, desde mi punto de vista algo que en verdad me preocupa y creo que ha de preocupar a varios amigos míos; la postura de otros amigos, conocidos y demás personas que critican de manera dura e implacable las manifestaciones del magisterio a nivel nacional y algunas manifestaciones […]

Introducción

A modo de charla, me encantaría comentar, desde mi punto de vista algo que en verdad me preocupa y creo que ha de preocupar a varios amigos míos; la postura de otros amigos, conocidos y demás personas que critican de manera dura e implacable las manifestaciones del magisterio a nivel nacional y algunas manifestaciones de otros sindicatos como en su momento el Sindicato Mexicano de Electricistas.

Cabe señalar que ésta preocupación se ahonda más cuando pienso que son personas económicamente semejantes a los que se manifiestan, incluso podría decir, cercanas en su ámbito de convivencia. ¿Pero qué hace que una parte de la sociedad deteste las acciones de protesta de un sindicato? ¿Las acciones de protesta de los sindicatos en verdad hieren los intereses más profundos de ésta parte de la sociedad? Y digo intereses más profundos, porque a riesgo de parecer fanfarrón, creo en verdad, que son los intereses individuales o de grupo por los que se vela comúnmente, y ante la amenaza de estos intereses el individuo o grupo reacciona defendiéndolo.

Pero a ésta parte de la sociedad implacablemente critica, cuáles pueden ser sus intereses más profundos, no ya como individuos o grupo, sino como eso a lo que arbitrariamente llamo «parte de la sociedad». Creo que para responder a esa breve interrogante es necesario intentar comprender la constitución de la «sociedad», y para ello arbitrariamente me fundamentaré en el materialismo histórico, base del conocimiento para explicar la relación de los hombres en una sociedad determinada, y no hablaré de otros estadíos del desarrollo de la sociedad, sino concretamente en ésta en la que estamos inmersos hoy día.

1.- La sociedad en clases.

Para hablar de la composición de la sociedad, es menester, tener presente que como conglomerado no es algo homogéneo ni simple, ni constante en el devenir de la misma humanidad, la sociedad es compleja más allá de su composición orgánica, es compleja por las diversas estructuras políticas, jurídicas, espirituales y demás que la determinan en un momento histórico dado, y digo histórico porque de acuerdo al estudio del materialismo histórico no ha existido una única forma de sociedad; a saber, la humanidad ha transitado de la sociedad del comunismo primitivo, al esclavismo, al feudal y al actual imperante, el capitalismo, en la que a excepción del primero, siempre han existido clases sociales, determinadas por su posición en la esfera de la producción material de sus formas de vida, es decir, por la posición que asumen en la economía.

Así podemos decir, que en la sociedad esclavista, feudal y capitalista ha estado dividido, el primero entre esclavos y hombres libres (propietario de los esclavos), el segundo entre vasallos y señores feudales y el último entre obreros y patronos[1].

Esta división de la sociedad es objetiva por que no depende de la voluntad de los hombres, división que se enmarca dentro de las relaciones de producción, los cuales no son más que las formas en que se relacionan los hombres dentro del proceso productivo, en nuestro caso que queremos discernir, entre los propietarios de los medios de producción[2] y los que con su fuerza de trabajo[3] echan a andar esos medios de producción.

Estos tres elementos mencionados constituyen, más allá de su naturaleza material, las categorías sobre las cuales podemos entender el modo de producción, que no es más que una forma determinada en la que la sociedad se organiza, y en la cual el materialismo histórico define como base estructural de la sociedad.

2.- Conciencia y superestructura.

Habiendo una vez explicado de manera muy muy general el modo de producción, podemos ahora mencionar que la sociedad en general no solamente lo constituye su parte económica, sino que existe como ya lo mencionamos, otros componentes como lo son el andamiaje jurídico, el político y el ideológico, donde dentro de éste último podemos mencionar instituciones como la religión, la escuela y los medios de comunicación[4], estos componentes a grosso modo constituyen la parte de superestructura de la sociedad.

En éste sentido el materialismo histórico, como método de análisis de las sociedades, nos refiere que la realidad social en que se ha vivido y en el que vivimos está conformado por estas dos categorías sustanciales, es la base económica sobre la que se erige las demás estructuras (superestructuras), y es ésta base económica la que condiciona en última instancia[5] la naturaleza de lo jurídico, político e ideológico; es decir, para la reproducción de una sociedad económica determinada, la superestructura tiende a reflejar la naturaleza de la forma en que se relacionan los hombres entre sí en el proceso productivo, ya en el esclavismo la idea de que los hombres nacían algunos esclavos y otro libres por naturaleza[6], confiere una legitimación a la desigualdad en el proceso de producción, y ésta cosmovisión de desigualdad natural está claramente garantizada por instituciones jurídicas que mantenían el status quo, de igual manera en el feudalismo la institución ideológica predominante fue la iglesia[7], la cual impregnaba de legitimación al principal poder político, el monarca, sobre el que recaía el mandato divino de la organización del cuerpo de cristo, es decir, la cristiandad.

De ésta manera podemos enfatizar que la superestructura es complemento de la base económica para la reproducción del modo de producción, pero que no es simple reflectora estática, sino que cuando se llega a un momento determinado en el que las relaciones de producción (léase como formas de propiedad entre los hombres) chocan con el desarrollo progresivo de las fuerzas productivas (medios de producción y fuerza de trabajo)[8], se genera una contradicción insoslayable, que tiende a resolverse mediante una revolución social, que desde el ámbito ideológico, político y jurídico tiende a transformar la base económica de la sociedad, para de nuevo reflejar su naturaleza en la superestructura.[9]

3.- Modo de producción imperante, características.

Una vez intentado exponer las categorías básicas para el entendimiento de una sociedad determinada, es preciso para dar respuesta a las interrogantes al principio expuestas, centrarnos en muy breve análisis sobre el modo de producción imperante hoy día, el capitalismo.

Una institución primordial pero no exclusiva del capitalismo, es la propiedad privada, propiedad privada sobre los medios de producción[10], la cual es el fundamento esencial que determina la forma en que los hombres producen dentro de ésta sociedad, así entonces, dentro de las relaciones de producción capitalistas existen hombres propietarios y hombres sin propiedad de medios de producción, éstos últimos necesariamente -objetivamente- tienen que vender su fuerza de trabajo ante el propietario de medios de producción, es decir, ante el capitalista, para de esa forma subsistir en ésta sociedad[11].

Pero en éste proceso económico surge una contradicción, que Marx hace notar, el carácter social de la producción ante el carácter privado de apropiación de la producción, una contradicción inherente el capitalismo; así mismo, manifiesta la ley de la concentración y centralización de la riqueza, en el que a medida que el capitalismo se desarrolla, un número cada vez mayor de obreros asalariados ingresan al proceso productivo, mientras que por la competencia unos capitalistas se van devorando a otros, expandiéndose así cada vez más el carácter masivo de la producción y centrándose cada vez más el carácter privado de la apropiación. Ésta contradicción se agudiza aún más cuando el capitalismo se desarrolla hacia su etapa monopolista[12], debido a la ley ya mencionada. Así, ésta es la principal contradicción dentro del capitalismo, contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas (la fuerza de trabajo cada vez más masiva y colectiva) y las relaciones de producción (la forma de propiedad privada, cada vez más reducida a un número pequeño de capitalistas), contradicción que como comentábamos se resuelve por una revolución social que modifica la base económica para ponerla en sintonía con el desarrollo de las fuerzas productivas.

Ante la composición de la base económica de la sociedad capitalista, una composición de sociedad de clase, la superestructura se erige como un reflejo de las relaciones de producción en donde impera la propiedad privada sobre los medios de producción, y es ésta institución de propiedad privada donde claramente se ve el funcionar de la superestructura en su ámbito jurídico, político e ideológico, basta con ver a nuestro alrededor y sabremos que todo lo que escuchamos, lo que nos regula legalmente y lo que se reproduce en la sociedad, está en función de éste valor primordial que se le da a la propiedad privada. Pero esta no es la única acción que la superestructura refleja de la base económica, sino que implementa valores de rechazo ante eventualidades o posturas que atentan contra el status quo, que atentan contra las relaciones de producción capitalistas.

Pero es preciso mencionar dialécticamente que es en éste espacio de la superestructura en donde podemos observar claramente, lo que hasta estos momentos, mencionaremos como lucha de clases, y que no es exclusiva del modo de producción capitalista.

La lucha de clases en éste estadío del desarrollo de la sociedad, no representa más que las contradicciones entre intereses que se dan en la base económica, es decir, en las relaciones de producción, contradicciones entre poseedores de los medios de producción y los que no tienen nada más que su fuerza de trabajo.

Esta lucha de clases de parte de los asalariados se refleja en lo político por el activismo de gremios y sindicatos, para una mejor calidad de vida, para una mejor organización política que atienda a sus intereses, en lo jurídico se refleja por mejores leyes laborales y en lo ideológico por permear a la sociedad de sus ideas de carácter progresistas o revolucionarias. En cambio la lucha de clase por parte de los patronos se refleja en lo político en mantener el Estado y la forma de gobierno tal cual garantice el status quo, en lo jurídico por tener certidumbre ante el proceso de producción y en lo ideológico en difundir su cosmovisión que garantice la reproducción del modo de producción capitalista[13].

Vemos pues, que en el capitalismo, en nuestra sociedad de hoy existen clases sociales independientemente a nuestra voluntad, y que esas clases sociales tienen sus propios intereses económicos inherentes a su posición que ocupan dentro del proceso de producción, vemos también que esos intereses se manifiestan en una lucha de clases que se refleja con mayor claridad en la superestructura social, lucha entre modificar las relaciones de producción o mantener el status quo, con ésta muy sencilla explicación esperemos dar respuesta a nuestras principales interrogantes.

4.- A modo de charla.

Una vez mencionada las categorías básicas para el análisis de las sociedades, y utilizadas esas categorías para intentar analizar el modo de producción capitalista, que hoy impera en nuestro país, quizás sea conveniente dar trato a las interrogantes y preocupaciones que expuse en la introducción de ésta charla.

Pero para ello sólo intentaré responder a la pregunta que para mí es axial, y que espero pueda poner en análisis y reflexión a los amigos, compañeros y demás personas que son implacablemente críticos con las diferentes formas de manifestación del magisterio o de algún otro sindicato independientemente de la bandera que presente.

Mi pregunta: «a ésta parte de la sociedad implacablemente critica ¿cuáles pueden ser sus intereses más profundos, no ya como individuos o grupo, sino como eso a lo que arbitrariamente llamo «parte de la sociedad»?

Al principio decidí llamar «esta parte de la sociedad» a aquellos que critican formidablemente las manifestaciones sindicales y que expuse que eran personas semejantes económicamente a los que se manifiestan, los llamé así con el claro objetivo de dejar vacío esa descripción, y una vez expuesto las clases sociales dentro del modo de producción capitalista, veo ahora conveniente llenar ese vacío con la categoría de «clase social», y pregunto ahora de manera sincera: ¿Qué hace una clase social criticando implacablemente a su misma clase social?, es decir, ¿qué hace que algunos desposeídos, dueños únicamente de su fuerza de trabajo critiquen implacablemente a otros desposeídos, solamente dueños de su fuerza de trabajo?,¿qué hace que entre miembros de una misma clase social haya una distancia o incluso una posición contraria?, son preguntas que para llegar a responder se requiera de un estudio muy acucioso de la superestructura, sobre todo la ideológica.

A manera personal me permito decir, que los que constituimos la clase social de los desposeídos, dueños únicamente de nuestra fuerza de trabajo, quizás estamos muy permeados de una ideología ajena a nuestros intereses, una cosmovisión que más allá de resolver la contradicción que se da en la base económica entre nosotros que vendemos nuestra fuerza de trabajo y quienes ostentan la propiedad de los medios de producción, estamos bajo una cosmovisión que nos permea de la idea de mantener el status quo, de seguir reproduciendo éste modo de producción en la que una amplia mayoría produce las riquezas y una minoría se apropia de la producción.

Hay muchas interrogantes que como personas dignas de ser pensantes debemos hacernos, pero debemos hacernos reconociendo nuestra posición en el proceso productivo, es decir, qué papel jugamos en las relaciones de producción capitalista, cuando tengamos claridad sobre nuestra posición de clase, quizás ahí entendamos desde otra perspectiva los movimientos sindicales.

Para culminar sólo cito a Lenin, comentando que, quizás esto puede resumir todo lo que aquí se ha expuesto.

«Los hombres han sido siempre en política cándidas victimas del engaño de los demás y del engaño propio, y lo seguiran siendo mientras no aprendan a discernir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas morales, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase» [14]

Notas

[1] Aquí se da esta división de manera general entre los principales elementos humanos dentro del modo de producción capitalista, pero debe considerase que en la realidad de la composición social no existe un modo de producción puro, sino coexisten relativamente diversos modos de producción, a lo que se estaría denominando una formación social.

[2] Herramientas, inmuebles, mobiliarios, espacios, materias primas, etc., que en la sociedad capitalista son propiedad de los patronos.

[3] En el capitalismo el trabajo asalariado, constituido por lo obreros.

[4] Imprescindible consultar a Louis Althusser en Aparatos Ideológicos del Estado.

[5] «El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general» Marx, Karl. Prólogo a la Contribución a la Critica de la Economía Política, así mismo leer la carta de Engels a José Bloch sobre la advertencia del determinismo económico.

[6] Aristóteles. La Política.

[7] Huberman, Leo. Los Bienes Terrenales del Hombre.

[8] «Al llegar a una fase determinada de desarrollo de las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas…» Marx. Karl. Prólogo a la Contribución…

[9] Es conveniente la lectura de un compilado de textos referente a la dialéctica escrito por Vladimir Ilich Lenin, para entender la dinámica del desarrollo del mundo material como espiritual. Entorno a la cuestión de la dialéctica. http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/1915dial.htm

[10] Es conveniente aclarar que habló de la propiedad privada de producción capitalista, haciendo a un lado la pequeña propiedad, privada también pero que no interviene en el proceso propio de la forma de producir mediante el capital.

[11] De manera escueta y arbitraria aquí sólo se expone la estructura básica de la sociedad capitalista, para entender el porqué de ésas condiciones de propiedad, es imprescindible, adentrarse al tema de la acumulación originaria de capital, para tener conocimiento de la forma de desarrollo histórico de la propiedad sobre el capital, leer a Marx, Karl. El Capital.

[12] Ilich, Vladimir Lenin. Imperialismo fase superior del capitalismo.

[13] Humilde disculpa por descripción simplista de la manifestación de la lucha de clases en la superestructura política, pero esto sólo es para poner ejemplos muy concretos sobre cómo se pueden manifestar los intereses de una u otra clase. Para entender un poco más se debe analizar el Estado, las Formas de Gobierno (la democracia), los aparatos ideológicos del Estado, etc.

[14] Ilich, Vladimir Lenin. Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo.

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