Para frenar la adopción de sistemas libres por parte de los gobiernos, la industria informática reclama ante la OMC alegando que la política común a Brasil, China y Venezuela es discriminatoria. Y pide que tome providencias
La presión ahora deberá venir desde arriba, más especificamente de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Después de intentar acorralar al gobierno brasilero, procesando al presidente del Instituto Nacional de Tecnología de la Información (ITI), Sergio Amadeu, ahora la gran industria del software resolvió apelar al escalón de arriba. Respondiendo a la consulta hecha por los representantes de comercio de los EEUU, CompTIA (entidad que reúne a las empresas de software), reclamó que ciertos países están discriminando a empresas norteamericanas a la hora de hacer sus compras gubernamentales. La gota que rebalsó el vaso parece haber sido el reciente anuncio del gobierno venezolano de que dará preferencia al software libre a la hora de equipar las computadoras de la administración pública.
En la carta dirigida a los representantes estadounidenses, la industria se queja de que «varios gobiernos, incluyendo China, Brasil, India y Rusia, están limitando o amenazando limitar el acceso de empresas de Tecnología de la Información de los Estados Unidos a sus sistemas de compras gubernamentales. La pérdida de acceso al sistema de compras gubernamentales de esos países puede ser devastadora para el interés de EEUU en esos mercados».
El gobierno brasilero ya declaró enfáticamente que privilegia el software libre en la administración pública y que hay un proyecto para transformar eso en ley que está siendo tramitad en la Cámara de Diputados. El proyecto es de autoría de Walter Pinheiro, del partido de gobierno, el PT, pero hay sectores de la administración federal que consideran que no es necesaria una ley, sino que basta con la actuación del ejecutivo.
China y Rusia ya anunciaron iniciativas semejantes en lo que se refiere al software libre, con o sin la adopción de leyes. Para el año que viene, autoridades brasileras visitarán India para dar inicio a los proyectos de cooperación en software libre.
Venezuela se une al grupo
A inicios de octubre, quien se unió a ese grupo fue Venezuela. De acuerdo a la agencia IPS, el presidente Hugo Chávez declaró que su gobierno está trabajando para promulgar una ley que tornará la adopción y el fomento de sistemas libres en obligatoria para la esfera pública. El ministerio de Educación no esperó la ley y está llevando a cabo un plan para, entre 2002 y 2007, instalar sistemas libres en 380 mil computadoras, que servirán a 8 millones de estudiantes. Si ese mismo programa fuera realizado usando software propietario podría significar el envío de más de US$ 400 millones al exterior.
Los motivos para la migración venezolana -es decir para el cambio de sistemas propietarios, como Windows, hacia softwares libres, como GNU/Linux – son semejantes a los ya expresados por el gobierno brasilero: deseo de adquirir autonomía tecnológica; fomento de la cooperación con otros países y reducción del envío de recursos al exterior. Felipe Perez Martí, ex-ministro de Planeamiento de Venezuela y uno de los principales artífices de esa política, calcula que han sido enviados al exterior US$ 7,5 millones en licencias de software, solamente durante el año pasado. En Brasil, que tiene un PIB cinco veces mayor que el venezolano, se calcula que el envío al exterior referente a la compra de software es de aproximadamente US$ 300 millones anuales, cifra que el gobierno viene luchando para disminuir.
Coerción en la OMC
Quien firmó el mensaje de alerta para las autoridades de comercio de EEUU no fue propiamente la CompTIA, sino su entidad testaferro, la Coalición por la Libre Elección de Software. A pesar de tener el término libre en su nombre, la entidad lucha por el software propietario -uno de sus cuatro objetivos principales es luchar contra lo que llama «preferencias categóricas», además de reforzar las leyes de propiedad intelectual. Dice representar empresas de todo el mundo, pero por lo menos en Brasil, donde también tiene una oficina, pocos de los asociados están realmente involucrados en la producción de software. De las 15 entidades brasileras, apenas tres no son empresas de advocacy, de publicidad o meros revendedores de software propietario. La Campaña por la Libre Elección en verdad, es un lobby para impedir que el gobierno establezca libremente sus reglas para la compra en el área de tecnología de la información.
Un día antes de enviar la comunicación al Departamento de Comercio de EEUU, el día 3 de noviembre, dicha Coalición por la Libre Elección -en una carta firmada por la oficina brasilera y dirigida al Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela- dejó bien en claro que considera cualquier ley a favor del software libre (referido como «de código abierto») como discriminatoria para con las empresas que trabajan con software propietario. «Nosotros creemos que cualquier reglamentación gubernamental estableciendo la preferencia sobre determinado modelo afecta al mercado de software, así como su desarrollo futuro», dice el documento.
La CompTIA quiere que las autoridades de EEUU trabajen en sentido de «conseguir total acesso, usando todos los medios posibles y en el menor plazo posible, para el mercado de compras gubernamentales de socios comerciales clave». Para eso, elige como táctica «obvia», hacer que esos mercados (en verdad, los países), firmen el Acuerdo de Compras Gubernamentales (GPA, sus siglas en inglés) de la OMC. «Infelizmente, el GPA sólo consiguió la firma de 38 de los 147 países miembros de la OMC, a pesar de que estos representen el 77% del comercio internacional. Nosotros reclamamos que EEUU consiga la ayuda de Europa y de Japón para aumentar esa lista», dice CompTIA.
El Acuerdo de Compras Gubernamentales de la OMC uniformiza las leyes de los países miembros garantizando ciertas reglas homogéneas. En la práctica, éste retira el poder de esos países para establecer sus políticas de forma autónoma. La firma de China, es descripta como esencial -«Europa ya está presionando a China para adherir al GPA», dice. Rusia, que negocia su entrada a la OMC, podría ser llevada a engullir el acuerdo para garantizar su acceso.
¿Empleos? ¿Dónde?
Para convencer a los representantes de comercio de EEUU para que actúen en defensa de la industria de tecnología de información (TI) de su país, CompTIA afirma que esa industria genera ganancias y millones de empleos…en EEUU. «Aproximadamente 10,1 millones de personas se ganan la vida trabajando en la rama de la TI», dice. Defender el acceso a nuevos mercados sería defender aún más empleo y crecimiento en EEUU. «Al mismo tiempo que esos números son impresionantes, la industria de TI de los EEUU cree que puede conseguir más si se le garantizase el justo y amplio acceso a los mercados extranjeros», justifica.
Sólo faltó decir que, si dependiera del modelo propietario, los pocos empleos en la rama de TI que son generados en los países pobres, son apenas de las secciones de gerencia y venta, mientras que el dominio y desarrollo queda restringido a los centros ricos. Lo que, ciertamente, también agrada bastante a los representantes del comercio de EEUU.
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Traducción: Maité Llanos Publicado em www.planetaportoalegre.net
Rafael Evangelista es Jornalista brasileiro