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Apicultura orgánica para salvar las abejas

Fuentes: Rebelión

«Es necesario dar un golpe de timón ahora, ya que las abejas están en una ´línea de flotación´ marcada por el colapso del 40% de las colmenas a nivel global. La apicultura orgánica es un faro que se enciende para mostrar el camino correcto que debemos recorrer para salvar las abejas», expresó el profesor Fernando […]

«Es necesario dar un golpe de timón ahora, ya que las abejas están en una ´línea de flotación´ marcada por el colapso del 40% de las colmenas a nivel global. La apicultura orgánica es un faro que se enciende para mostrar el camino correcto que debemos recorrer para salvar las abejas», expresó el profesor Fernando Fuentes Villagra en el momento culminante del Primer Simposio Nacional de Apicultores Orgánicos. El es docente en esta materia desde 1977 en el Centro de Educación y Tecnología CET de Yumbel. El evento que premió la trayectoria del profesor, tuvo lugar a comienzos de agosto en el centro Kelluwun del Templo Bahai de Sudamérica, ubicado en la precordillera de la comuna santiaguina de Peñalolén.

La Coordinadora Nacional de Apicultores Orgánicos CONAOC convocó a esta jornada bajo el lema «Salvemos las Abejas». El simposio, patrocinado por las universidades Austral, La Frontera y Los Lagos, junto a AustralOmics, Muebeete, Red de acción en Plaguicidas-Chile, INDAP, Productos Isla Mocha, Mongeleche Mapu, y Reinas del Sur incluyó presentaciones de nueve expertos sobre los riesgos que enfrentan las abejas respecto del ambiente, ecosistemas, sustentabilidad y su relación con el ser humano.

José Antonio Guerra, apicultor orgánico es el presidente de la CONAOC, fundada hace dos años. Forjador de este encuentro, Guerra es arquitecto. Discípulo de Fernando Fuentes, con quien estudió en el CET de Yumbel, Guerra evalúa con entusiasmo esta primera experiencia que permitió reunir a quienes buscan producir una miel sana, sin utilizar insumos con plaguicidas ni sustancias químicas para la alimentación o el cuidado de las abejas:

«La asistencia al simposio superó nuestras expectativas. Llegaron más de 300 personas, excediendo la capacidad del recinto. Al igual que las colmenas que en su interior tienen 35 grados de temperatura, esta era una colmena orgánica zumbante, con calor, aprendiendo, con mucho respeto. Estábamos devolviendo la nobleza al apicultor, algo que hemos perdido con la tecnificación exagerada del trabajo, recuperando la austeridad. Fue un gran aprendizaje. Además de nuestros socios, asistieron apicultores convencionales, ya que a través de INDAP, que nos apoyó con su área de fomento, llegaron grupos de SAT Y PRODESAL de distintos lados. Entre las delegaciones más numerosas estuvieron las de los apicultores de Casa Blanca, La Ligua, Paine, ruta de la miel de El Laja, San Fabián de Alico, Mulchen, y Lumaco. Participaron también apicultores biodinámicos, otros viajaron desde Ñuble y Los Angeles, y algunos lo hicieron desde Peulla cruzando el lago Todos los Santos, o de Lenca en la carretera austral, el Alto Biobio, la isla de Chiloé, Isla Mocha. Venían desde las diez regiones en las que estamos presentes, desde la cuarta región al sur, y desde la cordillera al mar. Hemos aprendido de las abejas a buscar la unidad. Trabajamos todos por el mismo fin. Fue una instancia tras la cual la gente se fue cargada de una frecuencia vibratoria poderosa que creo va a impactar no sólo a nivel nacional sino también en el exterior.»

¿Por qué eligieron el recinto del templo Bahai?

«Podemos hablar de una cierta sincronía de nuestro quehacer con la arquitectura del templo. Las primeras colmenas en Asia tenían la forma del recinto Bahai, que para nosotros es la gran colmena blanca. Hay nueve columnas y contamos con nueve expositores. En la jornada hicimos audiovisuales que difundiremos a nivel nacional e internacional para dar a conocer también importantes aportes chilenos para el estudio de los peligros que enfrentan las abejas, como por ejemplo el trabajo de la investigadora Andrea Silva sobre neonicotinoides y genoma de las abejas, y la sistematización de María Elena Rozas sobre Abejas y Plaquicidas Altamente Peligrosos registrados en Chile por el SAG».

¿Cuáles son los próximos pas os de la CONAOC?

«Ahora nos corresponde llegar a visibilizar a gran escala el tema de la apicultura orgánica. Pensamos hacer un Festival de la Abeja en el verano, seguiremos planteando el tema de la prohibición de los insecticidas que matan a las abejas, ahora llegando a la comunidad, para lo cual estamos en conversaciones con artistas y productoras para el desarrollo de eventos de este tipo.»

¿Cómo pueden los consumidores acceder a los productos de la CONAOC?

«Estamos desarrollando una web en la que se publicará oportunamente un listado nacional de productores para que los consumidores puedan contar con mieles orgánicas, limpias y saludables. Esto no es rápido porque se hace a base de voluntariado, sin financiamiento alguno. El Ministerio de Agricultura se ha comprometido a hacer una campaña para aumentar el consumo per capita de miel en Chile que es muy bajo. El 90 % de nuestros delegados produce para el mercado interno. No es ventajoso exportar, ya que ese es un negocio en que quienes ganan son las exportadoras y certificadoras. Nosotros no queremos intermediarios. En Chile es mejor el precio, ya que en el mercado internacional el precio de la miel orgánica a granel es $2.400, bastante bajo ya que en nuestro país nuestra miel tiene un precio que varía entre los $3000 a $3500 pesos.»

Profesor Fuentes, pionero en el rubro

Entre las exposiciones presentadas destacaron los planteamientos del profesor Fernando Fuentes, formador de muchos de los asistentes, quien fue además premiado por su trayectoria como pionero y maestro en la apicultura orgánica. El habló de la sabiduría de las abejas y recalcó que el azúcar las daña pues ellas tienen en su despensa todo lo que necesitan para sobrevivir: la miel, el néctar y el polen. Las abejas saludables generan altas temperaturas para defenderse, por ejemplo, del abispón gigante. Pero si tienen varroa, no pueden hacerlo.

El profesor Fuentes reiteró que la miel debe ser consumida tal como se saca de la colmena y jamás cocerla porque el polen pierde sus cualidades. Aconsejó que para mantener la temperatura, se puede cubrir los envases en papel de diario, y ponerlos en caja de cartón, para conservar los 60 microelementos que contiene. Interrogado por los asistentes sobre si las abejas pueden con el tiempo hacerse resistentes a los neonicotinoides dijo que en teoría ello sería posible, pero primero debería haber muchas muertes, además reiteró que el factor determinante son los niveles de neonicotinoides, que operan por lo general a un nivel bajo. Por ello es muy poco posible que se den las condiciones para que exista esa evolución. Antes había explicado que las abejas demoraban 20 años en aprender a extraer el néctar de una nueva especie en su hábitat.

 

Una primicia científica global

En el evento, la ecóloga y bióloga evolutiva Andrea Silva, especialista en genómica, formada en la Universidad Austral y la Universidad Católica, dio a conocer los resultados aún no publicados de su proyecto FONDECYT de cuatro años de investigación sobre efectos de niveles bajos («campo realistas») de insecticidas neonicotinoides en las abejas. La investigación busca determinar los mecanismos moleculares de resistencia a estas sustancias en su genoma y relacionarlos con el Síndrome de la Desaparición Global de los polinizadores. Se trata del primer estudio a nivel global que aborda los cambios en el campo genómico de estos insectos. Dos grupos de abejas de la misma edad fueron alimentados unos de forma orgánica y el segundo grupo recibió dosis bajas de neonicotinoides. Luego se procedió a realizar un examen ómico masivo para ver qué ocurrió con el micro RNA (moléculas reguladoras de la transcripción genética) de la célula que refina la proteína. La investigadora explicó que 48 proteínas cambiaron y 9 microRNA también lo hicieron. Los niveles de neonicotinoides utilizados son del tipo subletal (de largo plazo, no provocan la muerte). Para detectar su presencia residual es necesario utilizar instrumentos especiales, proporcionados en Canadá por un equipo adjunto de investigación. Sin embargo a estos niveles, se determinaron tres cambios significativos. Uno de estos cambios afecta el impulso nervioso. La dosis de neonicotinoides altera la comunicación. Se comprobó además la alteración de sistema inmune: la jalea real defensiva se encuentra disminuida. Se produce menos apolipopolina y esta disminuye y se hace menos abundante a nivel de proteínas. La abeja nodriza pasa en forma anticipada a ser pecoreadora, o sea es una pecoreadora precoz.

Abejas y plaguicidas altamente peligrosos

María Elena Rozas, coordinadora de la Red de Acción en Plaguicidas Chile se refirió al impacto de los plaguicidas altamente peligrosos en las abejas y otros polinizadores. Señaló que hay más de 400 principios activos registrados en Chile por el SAG, de los cuales 104 son de la nueva categoría «Altamente peligrosos». En ese grupo, hay 46 sustancias químicas especialmente peligrosas para las abejas.

Denunció la panelista que diez   de estos plaguicidas usados legalmente en Chile, no están aprobados por la Unión Europea y 6 plaguicidas forman parte de la Lista PIC ( Convenio de Rotterdam sobre comercio de plaguicidas altamente peligrosos). Estos son datos de última generación recogidos en la investigación» Situación de los plaguicidas altamente peligrosos en Chile» llevada adelante por la especialista por encargo de IPEN (Coalición por un Futuro Libre de Tóxicos) . Especial atención del público recibió la mención al herbicida glifosato, el «matamalezas» más usado en Chile y el mundo, considerado por la OMS como posible carcinogénico en seres humanos. Ella informó que las abejas que visitan flores alcanzadas por estos herbicidas, sufren cambios en la percepción olfativa y gustativa, y presentan dificultades para reconocer olores y memorizar la relación entre un olor y un néctar determinado.

Los efectos nocivos que se producen en las abejas jóvenes que aun no pecorean, sumados a los observados en abejas adultas recolectoras, pueden poner en riesgo la supervivencia de las colmenas.

M. Elena Rozas destacó que especialistas de la Unión Europea midieron 13 posibles factores que contribuyen al Síndrome de Colapso de las Abejas o Colony Collapse Disorder, CCD. Los académicos concluyeron que las correlaciones más importantes para el CCD tienen que ver con el uso de insecticidas y la reducción del potencial natural de control de plagas, así como con la utilización de insecticidas y fungicidas, y los efectos negativos de ello en aves reproductoras, escarabajos carabíes y plantas con flores. Más abajo en cuanto a incidencia figuran la pérdida de elementos paisajísticos, la ampliación del tamaño de la granja y el campo, y mayores insumos de fertilizantes y plaguicidas.

Aceites esenciales en control sanitario apícola

Por su parte, el destacado apicultor y exportador de abejas reina Roberto Montero (que dirige el Centro de Estudio e Investigación de alta Tecnología Apicola y Agroecología en Tomé) disertó sobre su amplia experiencia en control sanitario con aceites esenciales cuando se presenta una enfermedad. Con décadas de trabajo y experimentación, ha desarrollado un tratamiento con aceites esenciales quimiotipados que tengan certificación botánica y orgánica así como una composición y concentración molecular conocidas. Ilustró al auditorio sobre las flores que sirven para elaborar esos aceites, señalando que el tomillo o chascú es importante por el timol;la menta es buena para tratar acariosis; el romero sirve para la varroa porque contiene alcanfor y cineol. Agrega que el clavo de olor es apropiado para tratar la nosema (por el eugenol que contiene) y el orégano opera como un reforzador del sistema inmune. Por lo mismo recomienda tener plantadas varias hectáreas con orégano. Asimismo, explicó generosamente «porque los apicultores tenemos que ser solidarios, como lo son las abejas» que el aceite destilado es de precio prohibitivo por lo tanto es aconsejable utilizar como tratamiento el hidrolato, una emulsión de agua que contenga trazas de los aceites esenciales citados. Y ello se puede agregar al agua, a la miel u otras formas de presentación.

En su charla destacó que un decreto del Ministerio de Salud del año 2015 incluye en la protección por fumigaciones terrestres a la apicultura orgánica. Además indicó que también lo está en el artículo 6.20 del Código civil, herramientas legales que tiene el apicultor para defenderse. Se mostró crítico del rol del SAG ya que sólo obstaculiza el trabajo de los apicultores orgánicos. Fue categórico en sostener que la polinización masiva es incompatible con la apicultura orgánica por el riesgo en que pone a las abejas dado el alto uso de plaguicidas que caracteriza los monocultivos de la agroindustria. Recordó que su nombre ha sido vetado en seminarios organizados por el SAG en los cuales participa la productora de agrotóxicos Bayer/Monsanto, que a su vez aparece fnanciando -junto a ANPROS – los seminarios de los apicultores convencionales.

Proyecto Abeja Mocha

La audiencia también fue informada del Proyecto Reservorio Natural de Abeja Isla Mocha por el apicultor José Manual Guajardo, quien lidera este proyecto. La iniciativa busca generar un nuevo linaje de abejas en las 2300 hectáreas de bosque nativo existentes en esa isla, donde se produjo años atrás la muerte de todas las colmenas locales.

El académico de la Universidad de Los Lagos, Alejandro Santibáñez, magister en Administración Pública, destacó que los cambios en políticas públicas «no ocurren solos» y que es necesario para ello incentivar la organización y visibilizar los problemas que enfrenta la apicultura para que ello pase a ser parte de la agenda pública y legislativa, porque hoy eso no ocurre.

Lorena Viel, agrónoma, académica e investigadora de la Universidad de la Frontera disertó sobre Polinización de Cultivos desde una mirada Ecosistémica, y dio a conocer la existencia de la Red Chilena de Polinizadores. Destacó que hay polinizadores manejados, los abejorros foráneos introducidos año a año que atacan a los nativos. Se refirió a que las especies exóticas no tienen insectos benéficos y el uso de plaguicidas elimina aquellos que controlan plagas.

Juan Antonio Hausheer, de la Universidad de la Frontera, nutricionista y apicultor orgánico expuso sobre ergonomía y nutrición llamando a tomar en cuenta el autocuidado de los apicultores y también los riesgos del oficio, para diseñar el predio y el trabajo de forma que prevenga riesgos para la seguridad.

La agrónoma Lillian Barrientos, de MongelechiMapu se refirió al enfoque ecosistémico y respetuoso de la cultura mapuche con el cual ha llevado adelante la recuperación de un terreno que el año 1987 era «un arenal pelado» y hoy es un centro demostrativo de agroecología y semilla tradicional, que contribuye a la alimentación sana y con identidad de la población local de una comunidad indígena Manuel Lorenzo del sector Rulo de la comuna de Nueva Imperial. Prevención, fertilidad del suelo, rotaciones, trueque con la comunidad y generación de bio masa han sido algunas de las herramientas utilizadas desde el inicio para que hoy esté «todo pasando en el huerto» y se reúnan allí abejas e insectos benéficos. En la cultura mapuche en que se inserta esta experiencia, Lillian Barrientos, cuyo proyecto cuenta con el apoyo de la Comunidad Bahai de Chile, ha recogido los principios de respeto a la naturaleza («pedir permiso»), junto a la moderación y la reciprocidad.

Junto al intenso diálogo entre panelistas y asistentes, se recolectaron firmas de todos los asistentes para la campaña A prohibir los neonicotinoides ya para salvar las abejas! que desarrollan la CONAOC, RAP-Chile y otras organizaciones sociales y ambientales en el sitio de peticiones de Avaaz.

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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.